François Roustang (1976) -filósofo psicoanalista- explica cómo opera la fé
ciega de la Secta de Lacan (desde adentro): "«Lacan puede afirmar
cualquier cosa, e incluso lo contrario, y nos adherimos a ello sin
tardar. Durante quince días corrió el rumor de que la forclusión era
reversible, pues de muy buena tinta, aquel-que-sabe lo había dicho: por
tanto, todo el mundo se lo creía. Pasado ese plazo, las mismas muy
buenas fuentes habían hecho saber que no había nada de ello: y ese mismo
todo-el-mundo creyó por lo tanto que no había nada de ello y que la
forclusión no era reversible»".
Un simple soplido de rumor puede cambiar todo un marco teórico si de fondo "lo dijo" Lacan...
Se puede leer el
ritual del "Passe" leyendo el informe de Jeanne Favret: «El día 22 de
marzo pasado dejé la "Ecole Freudienne de Paris". Algunas semanas antes,
una analista de la Escuela cuya vitalidad, cuya risa y cuya insolencia
siempre me habían gustado, se había
callado poco después de haber sido atrapada, como tantos otros, en esa
máquina de moler sujetos a la que se llama la "passé" (...) La passe
sólo puede producir alumnos, muertos o locos» (1977). De modo que el
didáctico es una empresa muy exigente, en tiempo, en dinero y en
derroches de orden psíquico. Se requiere que el candi-dato entregue su
vida íntima, que desnude toda su personalidad y dé prueba de sumisión.
Este rito de iniciación se desarrolla a lo largo de un número de años
que oscilan entre cuatro y más de diez, y exige unas sumas de dinero
considerables. Un ejemplo de los que da D. Frischer muestra cómo circula
el dinero en la mafia de los analistas parisinos: «Un médico joven
heredero de unos cincuenta millones y que es-taba en análisis con Lacan,
confiesa estar pagando 400 francos por sesiones de diez minutos. Acude
al análisis, en períodos en los que algunas cosas particularmente
importantes emergen del inconsciente, hasta unas diez veces por semana,
lo cual representa una suma que puede llegar a alcanzar dos millones de
francos antiguos por mes de análisis» (1977). Al final un individuo que
concede tanto o más valor a su iniciación cuanto más difícil y costosa
haya sido ésta. Es decir, una posición social tiene tanto más prestigio,
a los ojos del beneficiario y de su entorno cuantos más padecimientos
suponga ésta y así la fidelidad a un grupo es tanto más fuerte cuanto
más difícil haya sido la adhesión.
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