sábado, 25 de septiembre de 2021

Estilo sin pedagogía y fetiche mercancía críptica

Dominar realmente un tema complejo es cuando ya puedes expresarlo en frases simples sin perder la rigurosidad. La pulcra pedagogía no tan solo es una virtud, es un deber ético para la trasmisión. En el caso de Lacan: pedagogía y enseñanza no van de la mano. Más bien, son recurrentes las frases de: "no entiendo lo que dice PERO debe tener algo, algo interesante, le daré una oportunidad", "solo pocos podrán entenderlo pues se requiere de 'mucha' formación sobre diversas disciplinas", "Lacan escribió JUSTAMENTE para que no le entiendan", etc...

De algún modo, en sus rincones académicos, Lacan se asemeja a ese Arte Abstracto críptico que se entiende solo entre congéneres a fines de grupúsculos. Aunque no entiendas nada, hay un SIN FIN de libros introductorios y múltiples voceros que te lo venden como lo mejor que existe. Dando nula importancia que su contenido sea poco coherente e incohesionado: No importa! Así la obra sube de valor por su misma densa aspereza, tal como un niño en un mundo adultocéntrico a quien no le comparten sus códigos y mensajes. Así, la parsimonia y pedagogía quedan como fuera de moda y termina con su sello distintivo de perfume-estilo lacaniano o lacanés.
 
A tal nivel llega el fetiche de lo críptico que los mismos sectarios de escuela lacaniana, venden lo bienaventurado que es el no comprender: atenerse a leerlo de costado y abordar lo impenetrable para así saborear la mística Falta del $ujeto barradito en tu lectura (Allouch lo explica como espiritualidad del autoconocimiento tras leerlo).
 
De allí se justifican sus clínicas intervenciones mágicas a lo "REAL", es decir: te corto sesión o hago un acting-performance para que en el no-sentido, se haga escansión, corte y toque lo Real, la 'letra' o punto de Goce, etc.
 
Volvemos al Arte Abstracto de nuevo: No tiene sentido, es un conjunto vacío de valor, un sub-cero de origen en la afánisis desfalleciente del "intervalo" justito-jutito-entre, un agujero central de nada, etc. TODO SE PUEDE VENDER!

Nuevamente agradezco a Editorial Arrebol el permitirme participar en un nuevo Libro. Especialmente el permitir, una vez más, poder ser nuevamente el único autor díscolo del Libro que crítica expresamente a Lacan. Se agradece que en entornos bañados de modas y gremios se pueda dar libertad de expresión y apertura de perspectivas.
 
https://scontent.fscl11-2.fna.fbcdn.net/v/t1.6435-9/240933521_10225276993447950_8269693589710042020_n.jpg?_nc_cat=105&ccb=1-5&_nc_sid=730e14&_nc_ohc=D5_Y8DZ2lbsAX_B7X9y&_nc_ht=scontent.fscl11-2.fna&oh=ddb1e21b43319441ec0afc9561a31b1d&oe=6173ACB1

viernes, 10 de septiembre de 2021

Winnicott (1936) sobre la proyección y el control

"colocar fuera de nosotros, en los objetos o personas del mundo externo, lo que consideramos malo en nosotros mismos, y ahí controlarlo y luchar contra eso. Un ejemplo cercano de esto puede apreciarse en la Alemania actual [1936], donde la expulsión y el maltrato a los judíos constituyen, en el mejor de los casos, una tentativa de los llamados arias por sacarse de encima algo que no les gustó de sí mismos –intentan verlo en los judíos, imaginan que lo han logrado, y luego se cree justificado perseguirlos y se sienten mejor después de haberlo hecho.

Hacemos esta clase de cosas; por ejemplo, cuando ávidamente atribuimos nuestro reumatismo a gérmenes, nuestros dolores al ácido úrico y nuestro malhumor al clima de Inglaterra en general.
Ahora bien, es fácil ver que muchas personas se muestran ansiosas (me refiero a sus sentimientos inconscientes) de encontrar en el niño los impulsos que odiarían ver en sí mismas confían en que controlando, adiestrando y educando al niño podrán sentirse mejor, incluso sentirse buenas. Estas personas se desesperan por ocuparse no sólo de sus hijos sino de los de sus relaciones, y de todos los niños de la ciudad o el país en que viven. Las distinguirán fácilmente de quienes son amantes naturales de los niños porque aquéllas no pueden ver al niño íntegro, sólo ven sus burdos impulsos, que a su entender deben ser controlados."
 
Lo traduje amateur en: The Collected Works of D.W. Winnicott, Vol I.
Mental Hygiene of the Pre-School Child, 1936.


En la imagen: Winnicott con 14 años de edad.