domingo, 27 de abril de 2014

Esquizo-análisis: Un mérito y una crítica

Me sigue pareciendo que el "Esquizo-análisis" de Deleuze y Guattari es una clínica de abrir el goce erosionando el bálsamo del lenguaje-social que para ellos es una instancia territorialista o molar represora. Creo que la santificación del "perverso polimorfo" en contra del "Edipo", si bien otorgan una frescura y una crítica necesaria al determinismo binario papá-mamá de las interpretaciones psicoanalíticas, creo que es importante reconocer que la amoralidad del perverso polimorfo irremediablemente está destinado para reprimirse y terminar en diversos disfraces sociales (aparentes adaptaciones). Pienso que el Edipo que descubrió Freud, es una forma más de decodificación-represión del deseo en la sociedad, que por supuesto no es el único, pero sean cuales sean bajo su diversidad (formas de vínculos sociales, colectividades o familiares), la castración, la ley, el deseo del Otro, seguirá siendo lo que diferencia las Neurosis de las Psicosis. Con respecto a la estructura Perversa, que puedan desmentirse (la castración o la ley) en perversiones gozantes, fue un camino propulsado por W. Reich y sus seguidores (Foucault, Deleuze y Guattari), pero como tales, seguirán siendo primordialmente un reconocimiento de la castración y a su vez un fuerte deseo de rechazo a lo percibido de ésta (desmentida o renegación como mecanismo defensivo que corre paralelo a la represión en su conformación).
Pese a ello, aprecio, que si bien sin duda hay un manto perverso tanto en Kant como en Sade (como lo señaló Lacan) sobre cómo instituir de un nuevo modo la moralidad establecida, se hace necesario por lo tanto un goce o una posición perversa que permita establecer nuevos puntos de fuga, desterritorializaciones (artísticas, críticas, filosóficas), para abrir lo nuevo, lo diferente, la frescura socio-política ante una sociedad sobre-adaptada de un tipo de moralidad.