Algunos aportes de mi Libro El regreso a Freud tras el extravío de Lacan, por mencionar unas cuantas:
- Redefinir la diferencia entre Represión Originaria y Represión Primaria (junto a la Represión Secundaria y la Escisión kleiniana).
- Distinguir los S.P de la Representación-cosa y de la Representación-objeto en Freud.
- Emplear Metapsicología de Freud para diferenciar proyecciones defensivas del Trauma, la Fobia y Paranoia.
- Desarrollar el concepto de Fragmentación o pulverización como defensa súbita.
- Detallar ejemplos clínicos del Fort-Da en Freud y contemporáneos.
- Diferenciar la Escisión del Yo en Freud frente a la escisión del yo en Klein.
- Profundizar el Yo-piel de Freud con autores contemporáneos.
- Aclarar distinciones entre evacuación/proyección y de la alucinación/introyección.
- Rescatar el valor invaluable del psicoanálisis Bioniano de Chile para trabajo clínico.
- Integrar los aportes fantásticos de Piaget al psicoanálisis desde la psicomotricidad.
- Salvar y rescatar los autores de la Escuela Francesa NO Lacaniana.
- Criticar el mediocre punto de almohadillo o punto de capitonado de Lacan (S.3 y S.5).
- Criticar la mágica new age del das Ding (S.6 y S.7).
- Criticas al Fonocentrismo y mística del vacío-nada-agujero ex-nihilo a lo largo de la obra de Lacan.
- Críticas al Conductismo del Corte de sesión y la posición semblante.
- Criticar, denunciar, exponer al detalle la paupérrima ontología de Lacan y sus nefastos efectos clínicos (empleando Seminarios y Escritos, junto a variados autores Lacanianos contemporáneos).
sábado, 25 de diciembre de 2021
Temáticas y aportes del Libro: El regreso a Freud tras el extravío de Lacan
miércoles, 22 de diciembre de 2021
Piaget VS Foucault
Piaget fue un versado estudioso de la semiótica a fines de los años 20s, como son sus experimentos en la comunicación entre madre y bebé. Luego depuró las diferencias entre "significante", "símbolo" y "signo" en los años 40s en sus estudios con niños (junto a sus estudios sobre el simbolismo del juego en la obra Freud: Fort-Da y fantasías).
lunes, 13 de diciembre de 2021
Deleuze & Guattari VS Leclaire (1972)
Dentro de los Lacanianos de época, Leclaire sin duda mejoró varios aspectos no pulidos por Lacan, no obstante, no fue más allá de Lacan y permaneció hasta el final fagocitado en toda su teología fonocéntrica y Logos del Vacío. En el mismo debate tanto otros filósofos y antropólogo defienden a Deleuze & Guattari frente las críticas de Leclaire en su lacanismo.
El debate tiene añadido comentarios míos (Diego:) en paréntesis.
(Comentario Diego: Leclaire comienza alardear de doctrina lacaniana y pone como principal eje a su conveniencia las piezas lacanianas para abrir discusión:)
- S. Leclaire: La menor experiencia psicoanalítica muestra que el objeto parcial no puede definirse más que «diferentemente» y «con respecto al significante».
En lo que respecta al deseo, en relación con el cual pretende superar al psicoanálisis, aportando a la sociedad una buena nueva, no puede, repito, más que perder su objeto.
Este uso del objeto parcial como pieza esencial de la máquina deseante hay algo que me parece muy importante: cuando ustedes intentan «definirlo », dicen: el objeto parcial sólo se puede definir positivamente. Esto es lo que me asombra. En principio, ¿en qué difiere esencialmente la cualificación positiva de la imputación negativa que denuncian?
- F. Guattari-: No pienso que deba situarse el objeto parcial positiva ni negativamente sino más bien como participación en multiplicidades no totalizables.
La función fálica, según Lacan, en la medida en que sobrecodifica los objetos parciales, no acaba restituyéndoles una cierta unidad y, al redistribuir entre ellos una carencia, no remite a otra forma de totalización, simbólica en este caso.
Al convertirse en objeto «a», el objeto parcial se destotaliza, se desterritorializa, se aparta definitivamente de la corporeidad individuada; está en condiciones de desplazarse hacia las multiplicidades reales y de abrirse a toda clase de maqumismos moleculares que atraviesan la historia.
- G. Deleuze: Mantenemos una relación peculiar con Leclaire: hay un texto suyo sobre «La realidad del deseo» que, antes que nosotros, ya trabajaba en el sentido de un inconsciente- máquina y que descubría elementos últimos del inconsciente de carácter no figurativo ni estructural.
¿No utiliza el psicoanálisis el objeto parcial para establecer sus ideas de carencia, de ausencia o de significante de la ausencia, y para fundamentar sus operaciones de castración? Es el psicoanálisis quien, incluso cuando invoca las nociones de diferencia o de diferente, se sirve del objeto parcial de forma negativa para anclar el deseo a una máquina fundamental. Esto es lo que reprochamos al psicoanálisis: una concepción piadosa, con la carencia y la castración, una especie de teología negativa que comporta un llamamiento a la resignación infinita (la Ley, lo imposible, etcétera). Contra esto, proponemos una concepción positiva del deseo como deseo que produce, no deseo que carece de algo.
(Comentario Diego: A Leclaire le resulta fundamental la Binariedad o los pares-opuestos simplificadores del lacanismo)
- S. Leclaire-: Pero el concepto de objeto «a», en Lacan, forma parte de una cuaterna que comprende el significante, como mínimo doble (SI y S2) y el sujeto (S tachada). La verdadera diferencia, si tuviéramos que rescatar esta expresión, se situaría entre el significante, por una parte, y el objeto «a», por la otra (...) No creo que puedan ustedes mantener una tesis, un proyecto, una acción o un «cacharro» sin introducir en algún momento una dualidad y todo lo que ella comporta.
(Comentario Diego: Aquí Guattari echa pie atrás de lo que entendía por Lacan y duda que lo propuesto por Lacan sea lo que refirió anteriormente)
-F. Guattari: No estoy seguro de que el concepto de objeto «a» en Lacan sea otra cosa que un punto de fuga, exactamente una huida del carácter despótico de las cadenas significantes.
(Comentario Diego: Dogmáticamente reitera su filiación al lacanismo y su monismo del significante o fonocentrismo epistémico)
S. Leclaire.-: Los elementos «significantes» tienen efectos sobre el propio objeto. Si queremos comprender algo de lo que pasa en la máquina social en el terreno del deseo, hemos de atravesar este desfiladero que hoy por hoy constituye el objeto.
(Comentario Diego: R. Pividal le reprocha a Leclaire su lectura parcialista y no afrontar el debate que invita Deleuze y Guattari)
-Raphaél Pividal-: Usted, Leclaire, ha hecho varias intervenciones algo descorazonadas con respecto a lo que decía Guattari, porque el libro plantea de forma fundamental la práctica del análisis, de su oficio en algún sentido, pero usted ha enfocado el problema de forma parcial. No se ha hecho cargo de él más que traduciéndolo a su lenguaje, que es el de las teorías que usted ha desarrollado y en las cuales usted privilegia el fetichismo, es decir, lo parcial. Usted se refugia en este tipo de lenguaje para llevar a Deleuze y Guattari a cuestiones de detalle. Pero no dice usted nada de todo lo que en El Anti-Edipo concierne al nacimiento del Estado, al papel del Estado o a la esquizofrenia. No dice nada de su práctica diaria. Ciertamente, no es que se le acuse a usted, a Serge Leclaire, pero es a este punto al que hace falta responder: las relaciones del psicoanálisis con el Estado, con el capitalismo, con la historia, con la esquizofrenia.
(Comentario Diego: Pierre Rose concuerda en su crítica a la santa trinidad del lacanismo)
-Pierre Rose.-: Cuando aborda la política, legitima con toda franqueza la opresión. Éste es el juego de manos por el cual la subversión del Sujeto al que se supone el saber se pliega a la sumisión de la nueva trinidad trascendental de la Ley, el Significante y la Castración: «la Muerte es la vida del Espíritu, ¿para qué rebelarse?» La cuestión del Poder quedaba borrada por la ironía conservadora del hegelianismo de derechas que, desde Kojéve hasta Lacan, socava la cuestión del inconsciente.
(Comentario Diego: Por su parte Pierre Castres lo felicita como etnólogo:)
-Pierre Castres.-: garantiza a la empresa de Deleuze y Guattari su coherencia, que es muy fuerte, suministrando a su demostración puntos de apoyo no-occidentales (al tomar en cuenta a las sociedades primitivas y a los imperios bárbaros). Si los autores se limitasen a decir: en el capitalismo, las cosas funcionan así y así, mientras que en otro tipo de sociedades funcionan de otra manera, no habrían abandonado el terreno del comparativismo más plano. Pero no es así, porque han mostrado «cómo funciona de otra manera ». El Anti-Edipo es también una teoría general de la sociedad y de las sociedades.
En otras palabras, Deleuze y Guattari han escrito sobre los Salvajes y los Bárbaros lo que los etnólogos no han sido capaces de escribir (...) El ejemplo del Imperio Inca ilustra perfectamente el punto de vista de Deleuze y Guattari. Dicen cosas muy bellas sobre el sistema de la crueldad como escritura sobre el cuerpo en los Salvajes y sobre la escritura como modalidad del sistema del terror en los Bárbaros. Me parece que un etnólogo debería sentirse en El Anti-Edipo como en su casa.
- G. Deleuze.-: ¿Cómo se derivan nuestros amores de la historia universal (y no de papá-y-mamá)? A través de una mujer amada o de un hombre amado, se ocupa, de maneras que pueden ser muy diferentes, todo un campo social. Intentamos mostrar cómo los flujos recorren diferentes campos sociales, a dónde desembocan, cómo se cargan (codificación, sobrecodificación, descodificación).
Podría decirse que el psicoanálisis es quien menos ha contribuido a hacer aflorar este dominio, por ejemplo con sus ridiculas explicaciones del fascismo, al pretender deducirlo todo a partir de las imágenes del padre y de la madre, o de significantes familiaristas y piadosos como el Nombre del Padre (...) ha aplastado toda la dimensión política y económica de la libido mediante un código conformista.
lunes, 15 de noviembre de 2021
Castoriadis (1986) Contra modas Lacanianas ex-nihilo (increables) y lineas hegemónicas en Francia 60s y 70s
Cornelius Castoriadis (1986) en contra de las modas Lacanianas ex-nihilo (increables) y lineas francesas hegemónicas de los 60s y 70s.
miércoles, 10 de noviembre de 2021
Lacan hendido, embarazado, dividido, escindido, -justo entre-
Lo que expondré a continuación sobre lo hendido, dividido, -"entre"-, escindido de Lacan, para algunos les parecerá ocioso o de mero chisme. No obstante, no siempre es posible separar absolutamente 100% lo biográfico de lo teórico perfectamente purificado. Pues si aceptamos la hipótesis de lo inconsciente: un síntoma-obra aguarda relación al deseo-historia propia. La resistencia siempre estará ahí si uds quieren: "yo separo absoluto-total las ideas de la persona", dirán sus acérrimos defensores ortodoxos, pues bien, siendo así, con toda libertad eliminemos la complejidad inconsciente si nos quedamos solo con eso. Reprimamos también Lucien Sebag y Pierre Soury, etc...
Según detalla en su investigación y entrevistas, E. Roudinesco (1993) nos introduce diciendo: «Lacan era a la vez tiránico y seductor, inquisidor y angustiado, farsante y obsesionado por la verdad, cosas todas ellas que lo hacían inadecuado para esa fidelidad conyugal que habría deseado Malou».
Explayándose sobre la infidelidad, Roudinesco lo describe a partir de los embarazos de Malou: «Su relación con Sylvia empezó pues veintiún meses después del nacimiento de Caroline, y justo en el momento en que Malou descubría que estaba encinta de Thibaut». Continúa Roudinesco comentando que: «En agosto de 1939, Malou había dado a luz un niño al que dio el nombre de Thihaut. No ignoraba que Jacques le era infiel desde hacía mucho tiempo, pero parecía no saber que en el mismo momento en que se había declarado su embarazo había tenido lugar el famoso flechazo entre Sylvia y Jacques. A partir de ese día, los dos amantes no se habían separado más, pero Lacan no confesó a Malou la importancia de esa relación. Siguió como si nada cumpliendo con sus obligaciones. Afectado a su nacimiento de una estenosis del píloro, Thibaut tuvo que sufrir una pesada intervención quirúrgica». Por otro lado, Roudinesco refiere que «a fines de la primavera de 1940 Lacan fue destinado como médico auxiliar al hospital de los franciscanos de Pau. Fue hacia entonces cuando Malou tomó realmente conciencia del drama que estaba viviendo. Progresivamente, Lacan se había apartado de ella y era con Sylvia con quien compartía las alegrías de una nueva existencia y conocía nuevos amigos.»
En sus intentos de salvar su relación, Roudinesco (1993) señala que: «Hacia fines del verano, Malou había ido a ver a Lacan para pedirle que rompiera su relación con Sylvia. No consiguiendo ninguna decisión positiva, le dio un plazo de un año, al término del cual exigía que regresara con ella». Añadiendo que: «En octubre, al enterarse de que Sylvia esperaba un niño, Lacan no vaciló en anunciar la buena nueva a Malou. Todo dichoso ante la idea de esa paternidad por venir, quería hacer compartir su alegría a su mujer legítima, sin preocuparse del hecho de que ésta, encinta a su vez de ocho meses, estaba a punto de dar a luz. Ya muy estragada por la existencia de esa relación a la que había intentado en vano poner término, no soportó la crueldad del que seguía amando y se desmoronó bajo el peso de la humillación.»
De esta forma, Roudinesco (1993) reitera lo "tiránico" y "farsante" de Lacan en: «como lo subraya muy bien Georges Bernier, "era de una sangre fría admirable con las historias de mujeres." Así que siguió con su vaivén entre París y Marsella». Por lo que añade Roudinesco «En cuanto al divorcio solicitado por Malou, fue pronunciado el 15 de diciembre de 1941. Jacques no se tomó el trabajo de ir a la junta de conciliación. A los ojos de la familia Blondin simplemente había "desaparecido"»
Según lo detallado por Miguel Ángel Sánchez Hernández (2018) Sylvia no se había divorciado de su marido cuando nació su hija Judith: "El tres de julio de 1941 nace Judith Sophie Bataille, hija de Lacan pero con el apellido del aun marido de Sylvia, puesto que si bien estaba separada amistosamente de Bataille desde el 1934, seguía oficialmente casada con él. Por su lado Lacan seguía con una relación con Malou basada en el equívoco y lo no dicho, nunca había decidido la separación, la ruptura no había emanado de él."
Continuando con lo investigado por Roudinesco: «Malou había conseguido que Lacan renunciara a su autoridad paterna. Pensaba castigarlo así por haberla abandonado. Pero, aun siendo ella misma quien quiso el divorcio, decidió ocultar la verdad a sus hijos. Creía actuar "por el bien de ellos". Durante varios años, después de la guerra, no supieron que su padre vivía con Sylvia y que se había casado con ella. Ignoraron también la existencia de su medio hermana Judith. Jacques Lacan se prestó a ese juego con lo no-dicho y de perfecto conformismo burgués».
En resumen, Roudinesco remite la rutina escindida y dividida del $ujeto Lacan: «Todos los jueves él iba a comer a la calle Jadin, en el modesto apartamento del Decimoseptimo distrito donde ella se había instalado con Caroline, Thibaut y Sibylle. La mayor parte del tiempo pasaba como una centella, estaba todo tieso y parecía molesto de tener que afrontar semejante situación. Le pasaba una pensión poco elevada que no bastaba para la educación de los niños. Por eso ella decidió trabajar. Dibujó pañoletas, después ilustraciones para libros de la condesa de Ségur.»
Está división escindida del $ujeto Lacan, lo vemos según enuncia Miguel Sánchez (2018): "En 1940 Malou tomó conciencia realmente del drama que estaba viviendo, Lacan se había apartado de ella y era con Sylvia con quien compartía su vida y amigos. Pero él seguía dividiendo su tiempo entre las dos mujeres, incluso después de que Sylvia se tuviera que desplazar al sur de Francia, él seguía cruzando el país para estar con ella cada dos semanas. En octubre Lacan se entera que Sylvia espera a un niño, y sin más le dice a Malou la buena nueva, esta se desmoronó bajo el peso de la humillación, le solicita el divorcio. El 26 de septiembre nace la niña Sibylle, tercer hijo de Lacan. A principios de 1941
Lacan se instala en el número 5 de la calle Lille, donde se quedará hasta su muerte. Se la recomienda Bataille".
A $u manera dividida escindida, como lo de$cribe Miguel Sánchez (2018): "Durante varios años después de la guerra, Malou decidió ocultar la separación a sus hijos, hizo lo posible por mantener las apariencias, cosa que fomentaba Lacan con su no decir. Todos los jueves iba almorzar al pequeño apartamento de Malou, le pasaba una corta pensión que obligó a trabajar a ella. De sus hijos, fueron los pequeños quien más sufrieron de este engaño, padeciendo dificultades de integración e identitarias.
Esta simulación llega hasta prácticamente los preparativos de la boda de Carolina, donde deciden poner fin al reino de la simulación.
En esas contradicciones de Lacan podemos ver como él de un ateísmo tan claro, sobre todo después de la guerra, introduce a Judith en un colegio religioso y hace la primera comunión."
Hubieron tropiezos, actos fallidos que "triunfan" en lo hendido tales como menciona Roudinesco: «En 1949 les sucedió una aventura terrible. Un jueves, Thibaut había ido con Sibylle a pasar la tarde en el Jardín de Aclimatación. En el camino de regreso vieron detenerse un coche delante de un paso de peatones. En un instante, reconocieron a través del parabrisas a su padre sentado al volante. Al lado de él estaba una mujer y en el asiento de atrás una niña. Se acercaron gritando: "¡Papá!, ¡papá!" Lacan les lanzó entonces una mirada sorprendida, después desvió los ojos como si no hubiera visto nada. Arrancó y desapareció en el río de la circulación. Tal fue el primer encuentro fallido de los hijos de Lacan con Sylvia y Judith. Cuando contaron su malaventura a Malou, les contestó agriamente que era evidente que Lacan no los había reconocido ni oído. Así protegía la conducta de un padre que quería que siguiera siendo conforme con la imagen que se había forjado de él. Sibylle olvidó el incidente, pero Thibaut, por el contrario, lo conservó intacto en su memoria.»
Para finalizar según lo aportado por Sánchez (2018): "El número cinco de la calle Lille era un cúmulo de estancias que al final de la vida de Lacan era un enjambre en las horas de consulta, que eran casi todas, en ocasiones recibía en bata y zapatillas a primera hora de la mañana para luego cambiarse y asearse. Todo era una sea de espera, puesto que al final no daba hora fija, las sesiones rara vez duraban más de diez minutos.
La mayor parte del tiempo recibía en su domicilio al peluquero, el sastre, etc, mientras atendía. Pero para el almuerzo salía al número tres con Sylvia.
Al final con tanto trasiego de pacientes, de control, de gente que quería solo conocerlo o traerle algo sobre los nudos, que Gloria tuvo que hacer unas fichas de identidad que conservaba ella."
Pd: En la foto son Lacan y Sylvia en su matrimonio de Julio 1953. A la derecha el matrimonio de Malou con Lacan, Enero 1934.