lunes, 21 de febrero de 2022

Lacan y simbolizar la ausencia bajo castillos en el aire

Si bien el Lenguaje cumple una función para representar o simbolizar los recuerdos de lo ausente y así posibilitar cierto desprendimiento a las cosas concretas presentes. Surge en Lacan un extremismo delirante tomando como base ontológica literal el no-ser, lo vacío, la falta, el corte o lo ausente, donde el Lenguaje causaría la distancia radical o el desprendimiento absoluto de las cosas bajo la simbolización de lo ausente. Esto último, inspiró a Lacan junto a la lingüística estructural en formular el fonocentrismo y su monismo del lenguaje como prioridad de la realidad. De este modo, la entelequia Simbólica funciona en sí misma con total independencia lógica a los referentes posibles, su prioridad de corte o eje autoengendra su autonomía encapsulada ante las cosas-referentes ausentes. A partir de la ausencia se edifican los castillos en el aire. En cambio, para Piaget o Freud es claro que en el Lenguaje no existe tal separación absoluta, ni sustracción o desprendimiento puro por simbolizar lo ausente, pues siempre hay huellas múltiples constantemente reinscritas y re-aglomeradas en construcción de su entorno.
 
Algunos Lacanianos tratan de remediar este grosero error teológico de lo ausente, aludiendo que Lacan anudaría lo "Real" a este dilema. Pero fracasan, pues priorizan nuevamente el eje-centrismo de que lo Simbólico es quien fisuraría o sustraería mágicamente lo Real y le daría su forma a posteriori. Nuevamente pisándose la cola.
 
A diferencia de Lacan, Sartre habló de la distancia no-tética de sí en lo para-sí, pero no formuló una mágica teología de ausencia referencial. Pues similar a Freud, Sartre lo define en relación a la consciencia-reflejante, distinguiendo la ipseidad de la consciencia y la sedimentación o memoria del ego en sus huellas propias
 
Lacan defiende que un significante no se define a sí mismo pues no existirá A = A como principio de identidad. Pero la idea del Significante primordial (falo simbólico, -1): eje de los demás significantes que permite como "casillero vacío" representar los restantes. Lacan postula en sí mismo EL significante que no significa nada a sí. Y este es uno más de su lista: el objeto vacío, das Ding, el sujeto barrado o ahuecado (agujerado), el Nombre del Padre, corte que fisura y sustrae lo Real, etc.
 
Lacan mismo no da cuenta que su formulación de valor o posición-entre significantes, es en sí mismo un monismo puro encapsulado metafísico. Pues excluye lo extra-lingúistico, de la cual, Lacan le añade su mágica nada o el místico vacío de conjunto como fórmula operatoria.
 
En mi Libro: El regreso a Freud tras el extravío de Lacan, detallo citas bibliográficas al respecto en obras de Lacanianos y de Lacan.