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martes, 16 de abril de 2013

Críticas éticas y teóricas sobre los Test Psicológicos

Este "nuevo" ensayo, si bien presenta ideas nuevas o reflexiones, centralmente redacté (integré) de nuevo lo que en otros ensayos anteriores en este Blog ya había publicado. El fin de este presente ensayo es otorgar aquí una mejor redacción y mayor claridad de las ideas publicadas anteriormente sin las fragmentaciones anteriores.

Las razones por las cuales se usan los Test psicológicos tienen para mi dos fuertes "justificaciones", que son de suma polémica en la Psicología y personalmente de mi parte no pretenderé dar una respuesta final y absolutista a los mismos a medida que se abran otros temas.

Estas dos razones que serían las más poderosas son:
1- Surge de la pregunta: ¿Puede una entrevista sacar más información que el Test, el cual propone investigar lo no dicho por lo proyectado del paciente que concientemente o inconcientemente pretende ocultar?
2- Dada la falta de tiempo o la urgencia de tratamientos, los test son un salvataje para los Psicólogos que necesitan de dichas herramientas, para en un verdadero campo de batalla, sacar la mayor información posible ante las resistencias del entrevistado, candidato laboral o paciente que no desea internarse o hasta incluso en un mismo paciente en psicoterapia que tiene limitada la cantidad de sesiones para su "cura".

Refiriéndome al primer punto, se presupone que en un par de sesiones, se puede abarcar una determinada orientación o clasificación de personalidad que se puede adelantar o no con tests, para luego modificar aquellos aspectos "patológicos". Este tipo de postulado está en contra de aquellas Psicologías que ven al paciente como un sujeto que se reconoce frente al otro y a sí mismo, con el tiempo, descubriendo día a día aspectos nuevos de su persona, construyendo una nueva historia de sí mismo a través de las sesiones.
Siempre se aconseja usar los Tests bajo el legado de "saber uno más de lo que el Test es". Esto implica, en el fondo, reconocer a los test como simples herramientas, que en cuanto se convierten en algo más que simples herramientas se está faltando a la ética en la conformación profesional. Saber más que los test quiere decir, comprender de dónde surge su construcción, qué fines se les puede atribuir al largo plazo desde lo social, qué concepción de sujeto o subjetividad mantiene y éticamente qué responsabilidad se desprenden de estos. Reconociendo entonces en cada aplicación sus limitaciones y sesgos.
Finalmente, la pregunta debería ir en: ¿Son un mal menor los test frente a otros escenarios? Ahora, si la pregunta se debe contestar en pacientes que son niños, sujetos de derecho que a cierta "escasez" de glosario adulto para expresar y explicar sus vivencias, requieren del ojo clínico para comprenderlos (poner palabras a su lenguaje no-verbal), en donde un test se suplanta como el supuesto "salvavidas" para el proceso de "diagnóstico", en donde el lenguaje no aparece claro.
Desde allí, creo importante pensar en el diagnosticar mismo: ¿qué implicancias y utilidades tiene al paciente? O Mejor dicho, ¿qué utilidades tiene en las instituciones que acogen al niño o qué mal usos surgen de éste?
¿Se puede justificar el diagnóstico o no? Creo que las preguntas van y deberían ir allí, mucho antes que la pregunta: ¿Se debe usar un test o no? Ya que el foco de la problematización de los test encierra un tema más global.

La validación general de los Test no puede sostenerse de ninguna forma a menos que rompa por completo con la premisa psicológica que señalada: "todo sujeto o paciente es único y cada vida es irrepetible y es fundamental ver su diferencia, por ende, ningún concepto corresponde a la totalidad de la personalidad, vivencia o biografía del paciente." Continuándola, se extrae que nunca un paciente será exactamente a como lo define un registro de psicopatología, tanto su manifestación como lo que lo llevo a su patología. Por tanto se hace necesario ir mas allá de los criterios científicos para ayudar a los pacientes. De no ser así, los test sólo hacen un trabajo de describir un momento sincrónico dejando de lado todo lo diacrónico que pueda afectar, basándose desde sistematizaciones comparativas estadísticas los resultados para clasificar y relacionar una conducta o palabra con algo pre-determinado clasificatorio.
Otra consigna que se aprende a la hora de aplicar los Test, aparte del "uno debe saber más que los Test que uno mismo aplica", existe otra que dice: "los Test son una sacada de fotografía a un paciente en un momento determinado apreciando sus conflictos y capacidades". Este verso contiene dos afirmaciones opuestas que puede uno extraer. Una de carácter crítico y otra de carácter generalista. El carácter crítico de la frase consiste en que esa foto, es solo eso, una foto. Hablar, especular, más allá de la foto, es conjeturar a menos que se tenga una profunda interrogación sobre el motivo de consulta y biográfica. Mientras que el carácter generalista consiste en que dicha foto me permite adoptar la realidad psíquica del sujeto en cuestión y su prosiguiente trabajo en sus conflictos y capacidades. Dejando así de lado lo diacrónico creyendo que solo basta con su momento particular aquí y ahora sincrónico.
A raíz de estas dos afirmaciones girará lo que se debatirá a continuación.

Antes de adentrarme a ellos, es necesario referir el nacimiento general histórico de muchos Test. Estos Test obtuvieron su mayor propagación, depuración y gloria en los tiempos de guerra para el reclutamiento militar en la primera guerra mundial.
Pues como puede sonar obvio, se hace necesario, estipular y predecir quiénes son los indicados en soportar los vaivenes de la guerra, sus cruentas batallas y mantener un perfil estoico a la hora de combatir.
Lo tragicómico de esto, es que los Test, podían más o menos predecir qué soldado soportaría tal o cual escenario estresante de guerra y campo paranoide masivo de conflictos. Sin embargo, para lo que estos Test no predijeron era el fatal desenlace de ataques de post-traumatismo que llevaron a muchos ex-soldados a suicidios. Revisemos esto de nuevo: estos Test finalmente solo ayudan a los generales e instituciones militares para el fin de luchar en guerra, pero no para la dignidad de las personas. Solo ayuda a un interés estatal de guerra, pero de ningún modo a la ayuda o intereses del sujeto, individuo o paciente.

Este ejemplo les pido por favor que lo tengan siempre alerta con respecto a lo que prosigue. Lo que es más, me parece tan fundamental esto recién dicho, que daré otro ejemplo: Al momento de un Test psicológico para aceptar o no a un niño al colegio, ¿obedece al bienestar de los padres, del niño o del director del colegio?
Creo que estas preguntas sobre la aplicación práctica y sus efectos, es lo que más carecen los Test sobre la preocupación ética sobre los factores Psicosociales o las prácticas sociales que generan o mantienen un Status Quo, sin aportar cambios, discusiones, reflexiones en la esfera social.

Sin querer o pretender hacer una caricatura al área laboral de la psicología, esto lo ejemplificaré del siguiente modo para que quede aún claro: "Mi jefe desea tal tipo de perfil en la empresa, yo adaptaré su deseo (para no ser despedido), usando Test que se amolden a dichos parámetros y juicios de mi jefe, por tanto lo normal o lo anormal, lo adaptado o inadaptado del trabajador posible en cuestión dependerá de esto y nada tiene que ver si eres realmente normal, adaptado o no. Solo serías parcialmente anormal, inadaptado según los parámetros de la empresa o del gerente en sí."

Lo reitero de otro modo, la Psicología envenena en cuanto se ajusta cómodamente en los intereses institucionales con reglas, objetivos y fines, sin preocuparse de lo social.
Por ejemplo, un aspecto ético conservador del Inventario Multifásico de Personalidad de Minnesotta (MMPI) es su ideología sesgada hacia los esteriotipos de género con sus items: MfV (Masculinidad-Feminidad: Varones) y MfM (Masculinidad-Feminidad: Mujeres). ¿Qué fines tiene clasificar distinciones esteriotípicas de género? ¿qué es lo relevante de un ajuste de escala sobre roles de género? ¿A qué ideología o fotografía estática cultural se está investigando al delimitar qué es lo esencialmente masculino y femenino según la supuesta determinación genital? ¿A qué Status Quo responde esta mirada ética ideológica seudo-descriptiva?
Mientras los Psicólogos más evadan la responsabilidad social, más se cosifica, se hace cosa, se hace máquina, se hace tornillo, se sustancializa la mente como cosa (incluyendo al inconciente), la conciencia como aparato maquinario o defensivo.

Pues como veremos en los distintos Test, se santifican los mecanismos de defensa dejando de lado otras cosas más importantes, flotando ni siquiera en la superficie de lo relevante. Se santifica el Edipo, como lo único nuclear histórico total del sujeto, se santifica al "YO" como jinete domador del caballo "Ello", se santifica la modificación del Super-yo cambiándolo por otro más "sano", se reduce la personalidad en un "Big Five", se cuantifica niveles de tolerancia a la frustración como normalidad madurativa. Esta última conlleva finalmente como si cada conflicto o vivencia puede generalizarse en breves momentos con una postura de: "Tu dolor comparado con el mío no es nada, es anormal y debes mejorarlo a lo que la mayoría dispone". Una postura que propongo es sostener una crítica ética a los test que dan énfasis a los Mecanismos de Defensa (control de impulsos, sublimación, defensas neuróticas altas), el evolutivismo de fases del desarrollo (determinismo evolutivos madurativos y de temáticas biográficas pre-fabricadas).

Respecto al diagnóstico clínico, los test intentan revelar como en una especie de trailer de cine el contexto del sujeto. En donde se recorta la particularidad en un esquema manipulable. O sea, la transferencia ya está prácticamente confiscada y parcelada, en donde desde ahora ya se podrá dar interpretaciones sobre la contra-transferencia y transferencia del paciente desde este monte o punto de vista que ha sido "testeado".
Nada más quieren ahorrase trabajo, creyendo adelantar "algo" verosímil para trabajar en algo que han "conquistado" por medio de herramientas. Todas esas herramientas de tabulaciones, gráficos, estadísticos lo que hacen es únicamente encapsular la historia en una foto, dejarla momificada inmóvil y dejarla como referente monumental para el trabajo clínico.

 Se hace indispensable recordar algo que se fue olvidando, al menos desde el Psicoanálisis, Teoría y Práctica no es más que una sola y misma cosa. La teoría o las hipótesis van surgiendo según la práctica en la transferencia entre paciente y analista. Por ello el Psicoanálisis no se ajusta a las demandas socio-laborales del mercado para adaptar sujetos a un rango de tablas y categorías estadísticas para (re)situarlo en objetivos o finalidades de productividad y consumo. Lo que quiero decir es que el inconciente tiene su propio código y mensaje. El inconciente tiene su propio referente (mensaje) en su propio modo de ser ante el Otro. Su propio campo emocional, su propia escritura (código).
Por tanto, distorsionarlo, modificarlo, pre-adueñarlo, por registros de Test, genera una separación abrupta entre teoría y práctica. Partiendo desde allí, podemos ver los Test como algo construido ya de por sí como ideales, expectativas sociales y tabulaciones estadísticas normales.

Podría ser muy aventurado decir que las conformaciones de la Psicología Laboral han gatillado hacia una demanda que con el tiempo han degenerado el Psicoanálisis y mutuamente con la demanda de ser eficientes competitivamente al mercado laboral, fueron procreando con ello distorsiones a la técnica o práctica, donde el rol de escucha que sostiene la psicología, tal como critica Foucault en sus textos Vigilar y Castigar e Historia de la Sexualidad, la confesión se transforma en un recurso material usado para la readaptación y normalización conductual que haga perpetuar los saberes y poderes comandados por las fuerzas del mercado laboral más que prestar la atención a las diferencias o particularidades propias del paciente.
Por tanto el fin terapéutico va perdiendo el carácter de abrir la palabra plena hacia un no-dicho, un ir más allá del ego o de lo imaginario, si no más bien de infatuar el "EGO" con más deberismos y prohibiciones para sostener el legado social imperante de sus ritmos y exigencias que muchas veces enferman. Finalmente nada generará mayor "adhesión clínica" que hacer creer al paciente que tiene un trastorno, sin investigar siquiera cualquier ganancia secundaria o mensaje inconciente (o sentido) de los síntomas.

Volviendo al tema de los Test, en referencia a los Test gráficos de dibujo (Test de figura humana, test persona bajo la lluvia, test familia, test casa-árbol y garabato) y tarjetas de imágenes (donde se debe contar un pequeño relato de inicio, desarrollo y desenlace) en el CAT.
Tomando todos esos elementos a la hora de analizar las gráficas, imágenes o dibujos, pareciera como si el Psicólogo dispusiera a convertirse en creerse perfectas autoridades para criticar el Arte o para dar un juicio biográfico a la obra en cuestión por solo ver unos cuantos detalles que piden al sujeto, para dar juicios a lo que supuestamente ellos creen saber de la imaginación que ellos expresan.
Ya que si miramos el "análisis de critico de arte" que los Psicólogos realizan en un Test gráfico observan la imagen y toman las partes de ésta (sus elementos) como figuras metafóricas. Por ejemplo: "Entonces este tiesto de ropa colgada representa la cáscara de la personalidad expuesta a los demás". Ven aquí uds que se usó los elementos literales cambiándolas como metáforas. Eso es lo que pretenden con ello lograr: cambiar lo literal en metáforas para que se adaptan más o menos al motivo manifiesto de consulta.
Actúan bajo una Psicología de Diccionario, quienes creen que existen significados con exacta correspondencia a lo que dicen, describen, dibujen, narren o imaginen los pacientes.
En otros términos, tomando por ejemplo en los indicadores: el color verde refleja la paz, el ciervo refleja la libertad, el miedo a las serpientes se debe al miedo al pene del padre y a los objetos redondos por el miedo a la madre.
Nuevamente, lo literal lo amplían a una metáfora que calce con el motivo de consulta. Esto mismo error se comenzó a emplear desde que se pervirtió el legado de Freud en la interpretación de los sueños (Jung como culpable directo), como si abriendo un diccionario pre-diseñado para cada sujeto (omitiendo su particular diferencia), lo traducen en un término exacto que se amolde a sus preconfiguraciones establecidas inmodificables.
Caso reverso ocurre en el Tarot, donde lo metafórico se traduce a lo literal: "la carta de las 3 espadas, representa que algo le sucederá a tu padre por quien me has preguntado."
Se supone entonces que los Psicólogos tienen conocimientos teóricos desde donde lanzarse a dar tales interpretaciones metafóricas. Ya que tenemos a nuestra disposición en nuestro baúl de diccionario a un edipo, un superyo, unos cuantos mecanismos de defensa, estadísticos comparativos. Y según como sea el objeto literal o manifiesto, se podrán adecuar en un sentido metafórico desde analogías para usarlo e incluirlas en una interpretación. Las cuales cada una de ellas gozan de un brillo excepcional  llegando a los límites más absurdos. Por ejemplo, es cosa de ver como la compleja teoría de Freud de la segunda tópica (ello, yo, superyó), se convierte lamentablemente en algo como 3 entelequias que discuten entre ellas buscando algo como lo homeostático o equilibrio (tal como postula la psicología del Yo) al mantener como objetos estas 3 "cosas-entelequias" en una relación equidistante imparcial. Otro ejemplo de la misma línea es cuando pervierten aún más la 2da tópica de Freud antromorfolizándola en el Test de dibujo "Casa-Árbol-Persona", en dónde como diccionario pre-fijado, el árbol es el "Ello", la casa es el "Yo", o incluso el sol (si es dibujado) es el "Superyó".
Otro test de dibujo "La Persona bajo la lluvia", consideran a la forma y tamaño del paraguas o algún elemento que proteja de la lluvia representar a la estructura del Yo y sus Mecanismos Defensivos. Considerando a priori que la lluvia es representativo de ansiedades, conflictos o angustias (más lluvia más conflicto), sin preever la tranquilidad y alegría que a muchas personas les otorga la lluvia con asociaciones bastante agradables.
 Me pregunto, sinceramente, si no les dan vergüenza insultar la complejidad teorica de Freud en esos ridículos esquemas.
Otra característica de los Test de dibujo es la ubicación espacial donde estén ciertos objetos posicionados. Así, si dibuja una persona orientada a la izquierda de la hoja, representa conflictividad pasada. Este indicador no toma en cuenta para variar, aspectos socioculturales como el hábito occidental de leer y escribir de izquierda a derecha en la lecto-escritura.
En resumen, no es menester de análisis propiamente tal quedarse sólo con una foto de algo para dilucidar algo de la subjetividad, diría más bien en forma metafórica que se necesitan más bien un flujo de fotogramas uno tras otro (con sus quiebres, lapsus, distorsiones, repeticiones) para hacer un cinema de aquello (o como sería en el caso de la asociación libre en psicoanálisis, una seguidilla de cadenas de significantes o asociaciones que nos lleven hacia alguna construcción, elaboración o interpretación de la biografía del paciente).

Ya que como vimos anteriormente, en el caso de un cuadro surrealista (solo para seguir con este ejemplo hasta su final) los elementos del cuadro ya están convertidos, ya, en metáforas o metonímias de supuestos aspectos "totales", objetales o signos de un algo o fondo interpretable. Tenemos allí los elementos en estado ya "distorsionado" y es trabajo entonces del Psicólogo (o el supuesto crítico de arte) decodificar los simbolismos del cuadro para revelar el significado oculto pre-establecido de diccionario posible. O sea, aquella premisa de la semiótica contemporánea que gran aporte a hecho tanto la filosofía como el psicoanálisis que se ejemplifica en: "un significante es lo que refiere a un sujeto para otro significante" o "todo signo se hace signo por diferenciarse de otros signos", carecen aquí de importancia en los Psicólogos de Test gráficos o diccionario, ya que en ese esquema de decodificar signos: están bajo el orden de "un supuesto signo inicial parcial (abstracto) que representa a (ahora) un sujeto ese signo mismo en complitud exacta con éste. En otras palabras, es como si cada signo ocultara otro signo puro esencial, sin considerar las diferencias entre los signos que permiten dar con un signo y las constantes referencias que fluyen asociativamente de un significante a otro. Quiero decir, que lo sincrónico que aparece en los Tests, responde a un efecto en tanto superficial sobre las "capas" de los conflictos y capacidades. Ya que siendo estas como fotografías, como si en una red compleja sacamos una sola hebra de esta para estudiarla y luego reintroducirla en el complejo de la red con el lenguaje de diccionario que pre-dispone el test mismo, para así llegar al “diagnóstico adecuado”.

Entre otras distinciones, los test son ordenamientos de sintaxis sobre personalidades y biografías, que esperan la materialidad semántica para calzar en su adecuación. Los test gozan de una sintaxis o clave secreta que puede revelar información según el out-put que el instrumento está condicionado arrojar.
Pre-determinan un código universal que puede descifrar o traducir cualquier mensaje inconsciente oculto. El test es como un imán que atrae siempre sus metales particulares para proyectarlos en un campo virtual a trabajar en lo clínico. Olvidan algo fundamental de lo inconsciente donde justamente poseen su propio código y mensaje. Si bien el mensaje o lectura es distinto para cada persona, puesto que se dirige a un otro o a si mismo, el mensaje es el material que llena la función del test, el código ya fue revelado por la batería del test, por lo cual podemos leer las letras ocultas por medio de la luz del test. Si algún test tiene la sintaxis de la conflictiva familiar, al presentar el estimulo, el test tiene el estimulo-constraseña que abre la puerta virtual para iluminar la conflictiva familiar. Con ello se obtiene una piedra roseta universal que traduce en todos los idiomas posibles, los enigmas ocultos.
Finalmente, trasladando la clínica a un espacio virtual construido a la medida del test, donde estarán pre-determinados en este espacio virtual todavía vacío los homúnculos o funciones conceptuales que estarán dispuestas a llenarse de contenido semántico las distintas temáticas edípicas pautadas, los mecanismos de defensa.

La relación lógica positivista que separa sujeto-objeto regresa en un intento de objetividad, lo que antes era una relación persona a persona, se sustituye por una relación momentánea de sujeto a objeto, puesto que en la posición de objeto ante un test, descubriríamos algo mas allá, al estudiarlo como cosa testiada.
No importa que material o mensaje contenga, buena parte del contenido sustancial se puede verter en los trajes y disfraces del escenario teatral o campo virtual para la función y medida de los mismos.

Los test buscan contradecir la frase de Wittgenstein de: "si escucháramos a un león hablar no lo entenderíamos", pues justamente los test niegan este principio puesto que podemos poner un traductor universal de voz a la medida de nuestra comprensión buscada o de objetivo.
Este punto es crucial, puesto que es allí donde las diversas culturas a través del tiempo pueden derretir el bloque sólido de un test, puesto que por eso es complicado utilizar legítimamente un instrumento de una cultura a otra, ya que es por medio de la validez estadística cultural de la zona. Se debe aplicar el test en la región, con los códigos del lenguaje.
Por tanto, recordemos por un instante al famoso Test de colores Lüscher. Este test es el ejemplo más nítido sobre una Psicología de Diccionario en su mayor extremo posible.

Basándonos ahora en el Test de Rorschach (algunos aspectos que podrían criticarse), la lámina IX temáticamente representa la madre arcaica y el surgir de elementos relacionados con el propio nacimiento. Esto significa que la lámina representa para cada uno de nosotros lo en-sí exacto que son las huellas en lo intrauterino y del nacimiento. No se niega que en la conformación del feto y la gestación ocurran organizaciones celulares o neuronales que afectan los futuros caminos asociativo perceptivos del bebé, pero irrisorio argumentar que es plenamente posible aislar unas manchas que tienen algo que ver directamente con las huellas mnémicas de cada uno de los bebés, para así aperceptualmente descubrir mi vida arcaica. Por otra parte según el texto de "Fenómenos Especiales en Rorschach" de Passalacqua, se consigna por ejemplo que el Shock en las láminas al azul y al verde respondería a una homosexualidad femenina.
Otro ejemplo al mismo test en la Lámina VII (lámina fálica), si uno ve algún instrumento musical tal como un chelo, aquello significaría algo relacionado con la masturbación. Otro ejemplo en la Lámina I la cual refleja la identidad de la persona, si uno ve una máscara o antifaz, significa que tiene un sentido de ocultar su propia identidad. Sin embargo, si suponemos que tras ello la persona a solo un par de días antes de realizar el test asistió a una fiesta de mascaras, podemos considerar que perfectamente vea dicha asociación, sin embargo, pese a que si no hubiese asistido a la fiesta seguramente podría decir algo quizás más representativo a su persona, pero aun teniendo esto en cuento de igual modo se le considerara como parte de su personalidad o identidad. La objeción está en que se admite en el Rorschach no considerar patológico o en el orden de relaciones sociales parciales, si un médico ve muchas partes o interiores de un cuerpo humano, considerándolo normal hasta incluso esperable. Si esto último guarda relación de la profesión y la influencia reciente, ¿qué tan distinto es el caso de una persona que ve una máscara un par de días antes de aplicarse el test?

Para finalizar esta parte del ensayo volviendo a lo mencionado sobre las dos justificaciones del uso de los Tests, pues responderé que yo comprendo la necesidad del uso de algunos de estos Test a la hora de una particular emergencia o de escaso tiempo de sesiones que imposibilita una mínima terapia. Ya que si no hay tiempo de investigar el motivo de consulta, resulta una decisión de probabilidades el arriesgarse en confiar en lo que el resultado del Test entrega (que podría o no podría) ser realmente cercano o no al motivo de su consulta dentro de sus conflictos y capacidades. Esto, con el fin de correr el riesgo de perder algún pequeño fragmento de tiempo necesario para una emergencia en la derivación o diagnóstico.
Sin embargo, su teoría o epistemología muchas veces solo responden a un factor fundamental como la eficacia del tiempo en cambiar algo sin preocuparnos de los efectos a mediano o largo plazo desde lo social. Lo recalco ya que esta disposición de las herramientas sintonizan perfectamente con el rubro del mercado o lo solicitado a la hora de rendimientos laborales.

Debo aclarar que no hay que descuidar ciertas predicciones del sujeto en cuestión, si no se estaría arriesgando a posibilidades de alto riesgo, por ejemplo, suicidios o actos de violencia extremos, donde no sería pertinente realizar una escucha del paciente, sin modificar lo antes posible sus conductas y pensamientos (extremos con alta probabilidad de acto) por alguno más acorde a la “normalidad” para evitar tales percances, ya que, hablar de normal o status quo no siempre debe ser algo perverso.

Un Test, en mi opinión, debería usarse como orientador para generar más preguntas, mayores dudas y menores respuestas. Por paradójico que suene, un test utilizado de dicha manera nos posibilita situarnos como agentes de una escucha. Sin obviar que siempre desde algún marco referencial o desde un anteojo teórico se mira y se escucha al paciente de una forma particular, se encuentra de algún modo pre-diagnosticando en tanto se encuadra al dispositivo clínico. Pues siempre se está en mira la búsqueda de la mejor indicación para su tratamiento, considerando los aspectos intrapsíquicos como intersubjetivos.

jueves, 15 de marzo de 2012

Aportes de la Psicología Sistémica y las críticas desde el Psicoanálisis

(En la foto, los respectivos fundadores G. Bateson y S. Freud)

En este ensayo mostraré aquellos marcos teóricos de la Psicología Sistémica  que generan interesantes intersecciones y aportes mutuos con la teoría Psicoanalítica. Sin embargo, no descuidaremos que muchos aportes de la Psicología Sistémica sea en un su primera cibernética (Minuchin) como en su segunda cibernética (White), dejan mucho que desear y dejan sin resolver o sin abordar diversas temáticas. Así como también deja que desear la profundidad de sus dichos.
Pero, hay aspectos de la Psicología Sistémica, creo yo, que nos puede otorgar una buena digestión a muchos Psicoanalistas que en su discurso presentan muchas flatulencias que muchas veces los llevan a rincones sin salida.

Sin pretender abordar todo el área epistemológica y los orígenes de la Psicología Sistémica, vale la pena recordar algo básico e importante para más o menos mantener el paso al ritmo:
Es en la Psicología Sistémica donde se pone especial énfasis en que las influencias de las relaciones sociales son importantes para el continuo desarrollo o cambio de un sujeto inserto en un(os) (sub)sistema que lo referencia en sus posibilidades. Si no fue el escenario edípico quien explica o comprende el síntoma, serán entonces desde los otros diversos escenarios. El sujeto siempre está en referencia comunicacional con otro insertado en una red de relaciones diversas que posibilitan sus diversas maneras de actuar en cada contexto con otros.

Dicha esta breve definición diré que la Psicología Sistémica toma al síntoma más en su modo CUANTITATIVO y el Psicoanálisis toma (estudia o analiza) al síntoma más en un modo CUALITATIVO.
Me explico, el síntoma visto como algo más cuantitativo desde la perspectiva sistémica, lo entendemos como relación de las partes con el todo. Radica en tomar al síntoma en cuanto los actores y distintos escenarios en donde se presenta el síntoma y qué factores son los que potencian en seguir manteniendo dicha manifestación sintomática. Manifestación producto de las relaciones entre los actores, sus comunicaciones, sus proyectos y las posibilidades en cada sub-sistemica que contiene sus propias reglas.

Otra forma de entenderlo es cuando en Psicología sistémica dicen: "y ante todo esto, el paciente HACE un síntoma".
Quiere decir que en el medio relacional donde se desenvuelve el sujeto está insertado en una red de conflictos o responsabilidades tales que van más allá de sus capacidades, sin tener auxiliares que ayuden a contener sus dinámicas relacionales a diversos proyectos. Por ejemplo, en una familia donde hay padre, madre y un niño. Si ambos padres tienen diferencias en sus proyectos de vida, generan discusiones, malentendidos comunicacionales que exacerban más discusiones, logrando entonces que el único motivo para que ellos no se separen, es por la responsabilidad social que los une por cuidar lo mejor posible a su hijo. En este escenario el niño puede verse dividido en las opiniones de los padres y ser el núcleo central del conflicto en una alianza por cada uno de los lados de sus padres. Ante tal stress y división el niño hace síntoma, está pasando por un síntoma: ya sea mal rendimiento académico, llantos excesivos, rabia, etc.

Siguiendo las premisas Sistémicas, en tal sentido si los distintos actores que refuerzan al síntoma desaparecieran aquellas distorsiones comunicativas bajo un nuevo cambio y se buscan nuevas posibilidades de cambio que ayuden a sostener el sistema familiar a otro ritmo o nuevos proyectos que dejen de viciar el sistema hacia el niño como el receptor de conflictos y catalizador que une a sus padres aún si ellos no desean estar juntos en dicho momento. Si aquella insistencia sintomática que envuelve al niño en sus relaciones con sus padres, cambian de tal modo, haciendo que el sistema familiar prosiga en su función con sus partes, el síntoma que hizo el niño, desaparece, al haber cambiando el (su) sistema familiar.

El síntoma en la Psicología Sistémica (desde mi opinión y de mi modo metafórico de entenderlo) tiene una forma de dos remolinos. Uno grande "invisible" con subsistemas de la parte con el todo con sus actores y otro pequeño remolino visible que poco a poco se va agrandando arrasando a su paso con más actores que estén cerca de él, hasta abarcar más subsistémas.

Esto último es interesante y tiene mucha relación en la forma en cómo el Psicoanálisis entiende y aborda el síntoma de sus pacientes. En otras palabras, algo que se le escapa a la vista a los psicoanalistas es que el síntoma puede conllevar y generar nuevos traumas y la vez más síntomas y a su vez más trauma y a la vez más síntomas en donde se intenta descargar y evitar la angustia, como si fuese un ciclo vicioso que se va potenciando.

Para que esto se entienda a cabalidad pongamos 2 ejemplos diferentes de COMPULSIÓN A LA REPETICIÓN (síntomas):
Una persona alcohólica va día a día aumentando su dosis de alcohol en la medida que va presentando más factores estresantes y más sociabiliza con personas que lo incitan a beber más. Ese sujeto luego puede provocar a su medio relacional mayores conflictos que si estuviera sobrio, podría golpear a su esposa o a su hijo, ser despedido de su trabajo, etc.
Otro ejemplo sería de un sujeto con una compulsión a la repetición por apostar, comienza gastando más de lo que gana, comienza endeudándose más de lo que puede, termina vendiendo sus bienes y eso a su vez lo deprime más y regresa más y más al juego.
En ambos ejemplos podemos apreciar claramente lo dicho con respecto al síntoma como un remolino pequeño que se va agrandando arrasando, sacando de las experiencias negativas más fuerza para a su vez atraer más conflictos al sistémica cercano o lejano donde éste vive, haciendo lo visible del síntoma más cuantitativamente más grande.
Mientras el remolino invisible serían las posibilidades y probabilidades que están englobadas en los diversos subsistemas que contienen al sujeto psíquico en sus relaciones con otros que indirectamente afectan a la conformación del síntoma o remolino visible, que es solo una parte del todo que puede convertirse en algo cuantitativamente mayor.

Sé y tengo muy en claro que tal tipo de ejemplos de la Psicología Sistémica, muchos de ellos son perjudiciales y caricaturas a la particularidad humana, ya que reducen las diferencias y particularidades del sujeto a pura probabilística de conductas, sin tomar su voz o su verdad como lo principal en las sesiones.
Y sí, por supuesto, mil veces razón en ese punto. Sin embargo, en situaciones (sobre todo en Latinoamérica) donde la ayuda psicológica se reducen a unas cuantas sesiones breves con exigencias a resultados casi inmediatos. Se hace aprovechable dicha clínica en su práctica.

Un ejemplo concreto se hace de cierto modo similar a la clínica Psicoanalítica Relacional (con inspiración en Klein).
Por ejemplo, en una pareja tiene discusiones constantes, en donde giran preferencialmente a una temática de desconfianza. En tal caso se hace una intervención clínica de dar voz a los pacientes y explorar de donde provienen sus distorsiones a la relación actual de pareja, se busca interpretar en el momento la transferencia evitando la distorsión de los malentendidos para que la comunicación sea empáticamente entendida por el otro. Posibilitando entonces una nueva perspectiva de comunicación de los conflictos sin buscar responsables directos.
Si bien es cierto que en la experiencia clínica sería una "corrección" de las "equivocaciones" de ese Yo para cambiarlo por otro Yo menos distorsionado, para que comprenda por ejemplo, su temor a depender al objeto, su envidia y su agresión como defensa narcisista a las relaciones de objeto. No analiza las causas que originan esas desconfianzas, ni tampoco garantiza que la desconfianza no aparezca desde otro lado o que simplemente las diferencias que sean latentes desde otro marco ya sean demasiado tarde la reconciliación. Es verdad, por eso la Psicología Sistémica "peca" de superficial todavía. No obstante, no podemos menospreciar el aporte que puede beneficiar a los pacientes que pueden salvar posiblemente desenlaces que no tendría por qué ocurrir y hacer que todo "desastre" de pareja finalice en el peor de los escenarios, provocando series heridas y huellas a los pacientes, por no haber actuado o reaccionado a tiempo. Sé que esto último es un debate aún polémico y aquí no pretendo concluirlo, pero dejo esto como un debate que abre un tajo en la coherencia analítica, intentando mostrar ciertos límites de ella.
Podriamos pensar que de alguna forma como piensan los Sistémicos, que si damos una ayuda a los conflictos más manifiestos o visibles de sus conflictos, la energía liberada hacia otras posibilidades (como dirían los psicólogos del YO), puede sanar los conflictos más internos de los pacientes. Respecto a esto último yo no tengo una clara posición si creer en tal teoría o no, pero dejo la duda como posibilidad, yo entiendo perfectamente a Psicoanalistas que critican con que es pan para hoy y hambre para mañana, algo que estoy totalmente de acuerdo, pero... (volvemos al tema).
Los sistémicos tienen la esperanza de que al provocar un Cambio 2 en los actores del sistema, el síntoma digamos invisible de las relaciones no distinguidas o diferenciadas, rompen el ciclo vicioso, aflojando su estructura hacia una Morfogénesis que permita la apertura a nuevos escenarios y oportunidades de acción. Una nueva Crisis (prescripciones paradójicas por ejemplo) que permita cambios reales y sostenidos. No cambios maquillados que solo son hambre para hoy y hambre para mañana que son los llamado Cambio 1, que ante las influencias no predichas por los actores hacen regresar el síntoma hacia su mismo compás.

Lo interesante de la Psicología Sistémica es que podrías decir que toda relación humana o alianza tienen implícito un modo de comportamiento tendiente a repetir los mismos patrones de conducta o acción para que se mantenga un equilibrio estable que no perturbe las comunicaciones ni provoque nuevos conflictos, o que en cada conflicto, el sistema autoregule con los canales ya construidos los ruidos (homeostasis). En ese sentido, si un ruido es lo suficientemente poderoso (síntoma como cuantitativo), desorganizará el sistema, provocando una inestabilidad y generaría síntomas.

También, otro factor interesante de la Psicología Sistémica que ha tenido mucho impacto e importancia, es en las esferas laborales y educacionales. En el sentido que no necesariamente un síntoma se presenta a un sujeto en un contexto determinado (como remolino más visible), sino que también se puede diagnosticar un síntoma o una problemática dentro de un sistema mismo (remolino invisible). De tal modo que se puedan prevenir los posibles sucesos si se tienen en cuenta las alianzas y las pautas comunicativas adecuadas a tales funciones y desempeños o reglas de un sistema. En otras palabras, no se trata de encontrar en tales casos un culpable o un culpable mayor por encima de otro, así como tampoco en quién inicia primero el problema (ya que los patrones no son lineales, sino recursivamente circulares) ya que el que inicia, a su vez está actuando afectado del mismo sistema en juego que lo hace actuar y así ocasiona en el otro que... y a su vez el otro, etc). Más bien se presta atención a la dinámica del sistema (laboral o educacional) que genera las pautas tanto implícitas y explícitas. Lo importante en eso último es que trazando distintas distinciones de las pautas en juego, se pueden ver aquellos patrones invisibles o implícitos en juego y posibilitar su cambio a las reglas del juego para abrir nuevas posibilidades de acción (morfogénesis o Cambio 2).

Por otra parte Freud si tenía en cuenta muchos decenios atrás aspectos que sostiene la Psicología Sistémica, citaré tres estrofas de su obra.

1) Freud en su texto "Sobre la psicoterapia" de 1905, expresa que:
No se recurrirá al psicoanálisis cuando sea preciso eliminar con rapidez fenómenos peligrosos, por ejemplo, en el caso de una anorexia histérica."



 
2) Freud en de su Conferencia 24 (1917) Sobre la Nerviosidad común comenta:

"Ya dijimos que el Yo coadyuva a la persistencia del síntoma, pues halla en éste algo que ofrece satisfacción a sus tendencias represoras. Además, la tramitación del conflicto mediante la formación de síntoma es el expediente más cómodo y agradable para el principio de placer; pues sin duda, ahorra al yo una penosa y considerable labor interna. En este sentido, hay casos en que el propio terapéuta tiene que admitir que el desenlace de un conflicto en la neurosis, es la solución más inofensiva y la más llevadera desde el punto de vista social. Que no les asombre entonces enterarse de que a veces el terapéuta abraza el partido de la enfermedad combatida por él. No se imbrica en todas las situaciones de la vida en el papel de un fanático de la Salud; pues el terapéuta sabe que hay en el mundo otras miserias distintas de la enfermedad neurótica y otros sufrimientos quizá más reales y todavía más rebeldes, y sabe también que la necesidad puede obligar a un hombre sacrificar su salud cuando este sacrificio individual puede evitar una inmensa desgracia de la que sufrirían muchos otros. Por tanto, si pudo decirse que el neurótico se refugia en la enfermedad para a un conflicto, es preciso conceder que muchas veces esa huida está plenamente justificada, y el terapéuta, habiendo reconocido ese estado de cosas, deberá retirarse en silencio y con todos los respetos.

3)  Un años después Freud en "Nuevos Caminos de la terapia Psicoanalítica" de 1918 enuncia:

"Acotamos nuestra tarea terapéutica por medio de estos dos contenidos: hacer consciente lo reprimido y poner en descubierto las resistencias. Por cierto que en ello somos bastante activos. Pero, ¿debemos dejar luego al enfermo librado a sí mismo, que se arregle solo con las resistencias que le hemos mostrado? ¿No podemos prestarle ningún otro auxilio que el que experimenta por la impulsión de la trasferencia? ¿No parecería lo indicado socorrerlo también trasladándolo a la situación psíquica más favorable para la tramitación deseada del conflicto?
Además, el logro del paciente depende también de cierto número de circunstancias que forman una constelación externa. ¿Vacilaríamos en modificar esta última interviniendo de la manera apropiada? Opino que esta clase de actividad en el médico que aplica tratamiento analítico es inobjetable y está enteramente justificada
."


En este sentido, no se puede cuestionar al Psicoanálisis como una disciplina que no toma en cuenta los aspectos intersubjetivos o sociales en juego o que se centre sólo en lo intrapsíquico.


Más precisamente me preocupa o me llama la atención cierta ortodoxia clínica psicoanalítica (especialmente la del diván), que  prioriza el análisis propiamente tal no adquiriendo un compromiso lo suficientemente ético que busque estrategias terapéuticas más flexibles para cada tipo de paciente. Tal temática fue explorada (como autocriticada) punto por punto por Ferenczi y por sobre todo en Winnicott (el más conocido). Hay pacientes que simplemente, hay que construirlos en posición de pacientes, hay pacientes que se debe contener (holding) más que escuchar en transferencia, hay pacientes donde el conflicto intersubjetivo es mucho más importante que el conflicto intrapsíquico, hay pacientes que no están en situación de asociar libremente ya que no poseen una estructura neurótica y presentan conflictivas mucho más arcaicas. Si bien es cierto que la clínica psicoanalítica es distinta a su ortodoxia inicial, aún podemos seguir viendo posturas del tipo "no me es preocupante si mi paciente aumenta o baja de peso, me interesa comprender lo dicho en el síntoma en su diferencia". Yo no estoy de acuerdo con Lacan que hace una tajante distinción entre "análisis como cable de cobre (psicoterapia) y análisis como cable de oro (diván)".

Dicho todo esto, hay que hacer un alcance crítico con respecto a las posturas Sistémicas en juego: La psicología sistémica toma al sujeto como un sujeto en relación con un sistema mayor que lo organiza y lo motiva a actuar con otros en distintas relaciones que lo llevan decidir ciertas pautas que repercuten tanto a corto, mediano y largo plazo su sistema dependiendo de los actores y escenarios en juego.
En ese sentido, existen algunas escuelas de Psicología Sistémica que dicen no admitir (reconocer) las causas profundas de los síntomas (Terapia Centrada en Soluciones), ya que se podrían tratar "aquí y ahora" y modificar los patrones de conducta centrándonos en las soluciones al problema y no fijarnos en el pasado del conflicto. Tales escuelas de sistémico se parecen mucho al conductismo de antaño, solo que más reelaborado. En otras palabras lo más cuantitativo que existe.
Desde este punto de vista, centrarnos en las explicaciones pasadas, en las causas, en reflexiones que intenten un cambio, todo aquello estaría sostenido por los múltiples sub-sistemas semi-abiertos que condensan pautas o reglas de juego. Pues los cambios surgen en la interacción social-huamana, la ambigüedad semántica nos límita en caer en especulaciones que retrasan los cambios posibles de encontrar, se puede adaptar promoviendo los cambios a partir de las nuevas pautas en juego no antes vislumbradas, lo que permiten otorgar una mayor libertad y adaptación. Los sistémicos creen que arrojar luz al pasado es inevitablemente dar luz a un presente apuntando el foco en un lugar ya no existente, pues se podría ahora ya, alumbrar las pautas presentes para propiciar las mejoras adaptativas. Nada nos garantiza una mejoría si construimos o recreamos un pasado ya vivido, se podrá recargar la esfera semántica, pero no logrará movilizar la esfera sintáctica (reglas, subsistemas globales) cuyo potencial es mayor para el cambio. Ya que es para ellos justamente la esfera sintáctica la prioritaria quien subordina en potenciar o inhibir las distintas manifestaciones potencialidades de ser. Operar de otro modo, sería aislarlo con su historia y no vincularlo con sus reales posibilidades. Por lo tanto, es en su presente donde debe buscar las herramientas del cambio, no las encontrarán, creen ellos, en su introspección pasada. O sea, un cambio producido hoy, daría raíces al futuro. No obstante hay que preguntarse: ¿Con qué tipo de sintaxis están amarrando al sujeto, qué tipo de hilos sintácticos están a la base ética de su ideal adaptacionista? ¿Hay un lugar neutral o absoluto donde la sintaxis exista?



Esta postura Sistémica, anula el pasado, lo readapta con una carga presente que intenta borrar toda huella de ella. El pasado en tal lugar, no es sino el reflejo del ahora presente, la verdadera realidad se manifiesta ahora en tu ser, no en un ayer irrecuperable.
La P. Sistémica, o ciertas corrientes de ellas, no niegan el valor de reconciliarse con su pasado para tener méritos más claros para el presente en pos de un alcance futuro, pero desde la perspectiva que estamos hablando, ese camino es torpe, pantanoso, riesgo a los malosentendidos, una caja de Pandora que abre traumas que es mejorar silenciar para siempre. Los cambios, de esa forma, dirán este tipo de sistémicos, solo demoran el cambio que es figurable ahora mismo, el beneficio adaptativo inmediato justifica los medios por sobre la mirada de un pasado.
No hay un baúl pasado o material sustancial pasado dentro de la mente en estadios profundos en excavación, todo el material está ya vivo en el presente a través de los procesos vinculares.
De esta forma, los sistémicos pierden de vista que tales medidas, es arrinconar huellas pasadas inactivas que ante un cambio del medio, pueden venirse abajo y sepultar todo tratamiento intentado. Como queriendo decir: No importa si hay mugre-polvo-semantica, podemos hacer que la alfombra sea más resistente o gruesa y más amplia para que guarde más mugre debajo de ella, y así la adaptación se logrará en paz. Pues, ¿Para qué diluir o analizar la mugre o polvo, si es mucho más rápido derivar lo semántico de esto, por medio de nuevos tejidos sintácticos que rodeen la mugre a un lugar inofensivo (bajo la alfombra)?



Si somos capaces de comprender la Ética Psicoanalítica y su método, resulta claro que competir con tales corrientes psicológicas, el análisis no está a la altura de cambiar y adaptar rápidamente las conductas, pues como muy bien ya lo sabía Freud, hasta el hipnotismo que alguna vez practicó, tiene mejores fines para la adaptación o cambios conductuales inmediatos. Para Freud, su ética no apunta ni radica en la adaptación, pues el peso de las huellas o la "mugre" pasada hará que la pendiente caiga hacia su propio destino temprano o tarde. Lo cual será nuevamente pan para hoy y hambre para mañana, un maquillaje que corrige un problema al modo de una TCC, pero que a diferencia de las Terapias Cognitivas Conductuales, apuntan a corregir haciendo partícipe a las personas cercanas y buscando herramientas en el presente para cambios adaptativos. Para Freud y al Psicoanálisis, en cambio, la adaptación deviene por añadidura al análisis o como efecto de ésta misma, pero no provee un ideal social o sociolaboral para adaptar al humano "modelo ideal social", lo importante es la verdad (y el respeto) del deseo y la particularidad de la historia de cada sujeto, lo cual marca un cambio ético muy distinto.


Considerando las terapias grupales o los talleres terapeúticos analítico, en lo referente a la participación de personas cercanas en una terapia familiar, sigue siendo el aporte clínico más interesante de la P. Sistémica, puesto que pone en cuestionamiento la modalidad o moral individualista de las terapias, conformando una modalidad más colectiva, grupal, o de apoyo. Podríamos sin miedo a errar, que una terapia psicoanalítica relacional de grupo o de pareja, no debiese ser muy distinta a la teoría sistémica bajo muchos puntos de vista o ética.
La dependencia innegable de un menor de edad en la clínica, tiene muchas opiniones con respecto si integrar o no al cuidador en las sesiones o hasta qué punto. La manera en cómo lo conceptualiza, es decir, cuándo es necesario invocar a un tercero en la sesión analítica, cada orientación teórica brinda sus propias respuestas.

Otra problemática de la P. Sistémica o la teoría de sistemas en su inicio, es que sus  premisas tienen la gran falencia de que toman al sujeto como un sujeto vacío, a-deseante si no está primero en un escenario que lo influencia a desear (con un YO pasivo instalado que se afecta por el sistema en juego), un sujeto sin tiempo interno propio (inconciente), sin narrativa propia, como un muñeco que por medio de los invisibles hilos de la comunicación actúa o se mueve, en donde si sumergimos al sujeto en otro escenario, sería otra persona en donde ningún pasado inconciente o neurosis se puede alojar, ya que una vez cambiado su ambiente será un "nuevo ser". Por supuesto, que a esto último referido, replicarán los sistémicos de otras corrientes, en que no doy cuenta que ellos sí toman en consideración los sub-sistémas que contienen los contextos particulares de sus narrativas biográficas propias. Sin embargo, yo replico en que justamente se ve al sujeto con un carácter muy superficial que apenas aborda las motivaciones, los deseos, SU DIFERENCIA particular en el sistema, su propia sexualidad que no se logra aplacar homogeneamente al todo, que un conflicto pasado aunque se cambien sus actores (ver ejemplo de la familia con el niño) una huella queda en el sujeto, con una forma de desear en su transferencia de distintas maneras (siempre queda algún resto o exedennte no calculable que escapa a lo que consideramos total de un sistema). Toman al sujeto como si tuviera un YO ya conformado y listo para verse influido en tal o cuales escenarios, no toma en cuenta en explorar la profundidad del síntoma, sino como algo inserto en un medio, dejando de lado lo inconciente con sus códigos y mensajes propios que determinan su forma de gozar, su modo particular de repetir sus síntomas. La personalidad o el carácter son simplemente YO pastiche (Gergen) que se fragmentan en cada instante en otra cosa a los cambios del medio. Es como si los cambios terapéuticos efectuados reacomodarán las máscaras de roles sociales de actores-pacientes que cambian su conducta para adaptarse mejor el contexto, esperando que con el tiempo "automáticamente" el sujeto actúe como tal y se "reconozca" como "parte-de" otro escenario bajo otras máscaras de carácter en los diversos juegos con sus reglas. Vale decir, una personalidad pastiche transitoria que carece de huellas profundas o intensas que no se dejan amoldar o temporalizarse fácilmente a los devenires de las reglas del juego.


Regresando a los aspectos epistémicos o teóricos, la inicial Teoría de Sistemas, anclada en los ideales epistemológicos de la ciencia y la objetividad posible (no descuidamos los cambios epistemológicos posteriores a partir de la segunda cibernética donde el terapeuta no mueve los hilos del sistema
desde afuera, sino que él mismo está dentro del sistema co-construyéndolo, así como también su acento a la narratividad con respecto a la independencia subjetiva más que a la relación con su sistema de referencia). Su interés en los comienzos, se aplicó a la teoría de la comunicación o las pautas comunicativas como objetivamente abordables a partir de sus análisis conductuales visibles. Su salto paradigmático que presisamente se distingue del conductismo, es su énfasis en las relaciones autopoiéticas, como también en la recursividad circular de ciertos fenómenos donde no existe una clara delimitación entre causa-efecto, todo aquello, frente a las causalidades lineales de causa-efecto que eran adoptadas por las corrientes más conductistas.
La mejor metáfora para darnos a entender proviene del texto de 1967 "Teoría de la Comunicación Humana" respecto al juego de ajedrez
con sus reglas o sintaxis, donde el contenido semántico de las piezas son poco relevantes (por poseer un carácter poco científico de caja negra), ya que las posiciones y movimientos objetivamente visibles de las piezas es lo que más importa.
El observador (en el marco clínico de Watzlawick, el terapeuta) puede llegar a identificar las configuraciones de un patrón
de comunicación en un sistema interpersonal, a partir de la observación de las redundancias estructurales.
Por tanto, las primeras conceptualidades de la P. Sistémica mantienen sus raíces en el conductismo al asumir la conducta humana desde el concepto de "caja negra", es decir analizarse desde sus inputs y outputs, sin que sea menester adentrase en los procesos internos de transformación energética: “no es necesario recurrir a ninguna hipótesis intrapsíquica imposible de verificar en última instancia, y es posible limitarse a las relaciones observables entre entradas y salidas, esto es, a la comunicación“. De este modo, la importancia radica en observar las pautas repetitivas de acción, más que los contenidos
semánticos de su acción, así se protege la neutralidad objetiva posible del terapeuta sin mediar con sus propios ideales. Por tanto, "un observador que no sabe ajedrez, al ver una partida puede ir sacando conclusiones sobre las reglas de juego en base a ciertas redundancias (repeticiones) que vé, así también al estudiar a las personas que se comunican podemos también detectar redundancias para conocer las reglas de la comunicación. O sea, se pueden identificar configuraciones complejas de
redundancias, más allá de los agregados especulativos que pueda hacer el observador sobre el juego que observa (inventando mitologías acerca del ajedrez que intenten explicarlo, etc).

Por otro lado, en la Psicología Cognitiva-Conductual hay un interés por no sólo conocer las causas y efectos objetivos de los fenómenos conductuales
, también dedican tiempo a los campos semánticos de la cognición humana, para explorar cómo el contenido cognitivo opera junto a una conducta visiblemente observable para generar los diversos out-put de procesamiento hacia un resultado eficiente de adaptación. No obstante, la diferencia que enmarca la Teoría de Sistemas, radica en que los patrones de conducta-cognición humana no adquieren su resultado por medio de ser un sujeto autónomo en desarrollo evolutivo. Más bien, los patrones del sujeto están insertos conformándose en una compleja red de relaciones multicausales que hacen disminuir el énfasis del sujeto o individuo como único en su decisión, sino como referida a un sistema que lo referencia a sus posibilidades con objetos exteriores, donde la búsqueda objetiva radica en describir las pautas relacionales que han quedado aún invisibles.
La individualidad pierde su carácter central y se abre a una apertura relacional de co-influencias recíprocas recursivas que lo limitan o lo potencia a una acción de otra. No tan solo el sujeto se regula a sí mismo a través de un mensaje que activa una acción de termoestato, o recibe información de su medio por cada acción que vaya haciendo, autoreguládose y organizándose adaptativamente sus conductas a su medio. En la Psicología Sistémica, esto mismo está dado, brindado, pauteado en un esquema macro o sistémico, no siempre visible de diversas reglas del juego en operación en diversos sub-niveles de interacción que se relacionan activamente. Por tanto, la P. Sistema en su primeros avances, no aborda al sujeto como sujeto único, debe abordar (como así mismo da cuenta la filosofía estructuralista) en sus múltiples referentes semióticos, sintácticos de complejos multicausales que brindan o permiten luego lo que conocemos como la acción o el reconocimiento de ser o representarse como humano.
En este sentido, tal como en el ejemplo del tablero de ajedrez, se estudia las variables externas y las pautas conductuales en relación y copertenencia de unas a otras para el producto que conocemos como ser humano.
En resumen, uno no es por lo que piensa o actua, sino por donde uno está.

Existe un psicoanálisis relacional más acentuado en los procesos sociales o intersubjetivos que dejan a veces bastante de lado la (in)temporalidad u (des)organización propia intrapsíquica por una homogeneidad consensuada de los juegos de lenguaje compartidos en diversos contextos (Searle, Wittgenstein). Sin embargo, como se suelen decir varios autores, André Green enfatiza la preocupación del Psicoanálisis de tomar en consideración tanto lo intrapsíquico como lo intersubjetivo. Para no ser injustos con la P. Sistémica por otro lado ha progresado a su encuentro con el constructivismo en sus modos narrativos (segunda cibernética) de otorgar sentido a la experiencia, por tanto para la perspectiva sistémica no todo es pautas de interacción de sistema familiares. Desde este punto de vista su marco de referencia no se aleja sustancialmente a de autores como Guidano y su Organización de Significado Personal que incluye tanto las pautas vinculares de crianza como las escenas nucleares que dan sentido a la organización del Self narrativamente.
No obstante, la aparente coherencia narrativa buscada, esa implacable homogeneidad narrativa que lime las diferencias, que coherencia el continuo en sus futuras discontinuidades, omiten el peso o huellas de un pasado que repite, lo desapropia, no importa qué modelo narrativo se curse en juego, hay que como diría Lacan en el seminario XI dar a reconocer el tiempo a ese tiempo inconmensurable que se repite, algo que vaya más allá de lo narrativo consciente.

Por lo tanto, el Psicoanálisis no está de acuerdo con posturas que señalarían que "sería difícil denominar "lenguaje" a un código totalmente privado que no permitiese la comunicación con ningún otro ser humano. En resumen, el significado depende de la inteligibilidad y esta es inextricablemente lingüística y, por tanto, relacional." (Botella & Pacheco, 1998) Recordemos que previamente al lenguaje o al sentido, hay una serie de diferencias que el lenguaje no alcanza anudar lo particular o diferente de cada persona. Lacan tiene razón cuando dice que el lenguaje no está hecho a la medida de uno, uno se inserta en él y busca o intenta creer ser representado por aquél, aunque sea, la única forma en las diferencias particulares de cercarlo. Puesto que los sueños como código privado (con su propio mensaje), no tendrían (para los sistémicos) comunicación o finalidad alguna, pues no posee aquella inteligibilidad o aspecto relacional (sean sueños traumáticos, pesadillas o simplemente contenidos manifiestos que tienen asociaciones latentes). En este sentido, el Psicoanálisis es contrario a la tesis de Wittgenstein donde según él, no existiría un lenguaje privado que no esté mediado por su uso o consenso social.
En resumen, la diferencia entre la Teoría de Sistemas y el Psicoanálisis, es que el último consiste en el no-cierre, en la no completa comunicación entre sus partes, en la relación con un excedente o resto que siempre escapa en los cálculos de su sistema.
 De no ser así, contrario a la visión Psicoanalítica, sería operar (desde el Yo) en lo que aspira al cierre, a la totalidad o la plena coherencia entre el yo del "yo soy". Lo imaginario o el yo que se pretende aspirar a un circuito cerrado que nada le falte a su imagen, aspira a ese goce sintomático de llenar su falta u ocultarla, sea mediante síntomas, cambiar su posicionamiento especular de su imaginario bajo la transferencia. Lo que conllevaría cerrar los enigmas y las preguntas fundamentales que permitan asociar lo que el paciente necesita asociar. Comprender comunicacionalmente es obstruir la posibilidad de emerger algún excedente que escape al sistema cerrado intercomunicado de "yo a yo".


Además, la Psicología Sistémica se queda corta con sus descripciones, ya que no todo se puede comprender o explicar por los sistemas en juego, hay también inconciente, deseos, represiones, transferencias de huellas pasadas, compulsiones a la repetición, historias biográficas, que no se comprenden a partir de ellos. Puesto que al ver el sistema, es mirar superficialmente las partes en juego, ya que sólo toman en cuenta la sintaxis y no lo semántico en juego. En otras palabras, para ellos, la sintaxis siempre revela la semántica, siempre está subordinada a ella. Dicho en simple, el sujeto es, en cuanto situado o posicionado en algo que siempre lo excede fuera de él, su núcleo está vacío y queda como una caja negra (a la clásica idea del conductismo).
Entender un síntoma que no se comprende desde lo puro presente, obliga a revisar el pasado (sus particularidades y sus propios códigos y mensajes inconcientes).
La segunda cibernética, no solo sigue siendo superficial, la "narrativa" que aún trabaja desde el YO como motor que coherencia la narrativa del sujeto SIN elaborar los deseos particulares, omiten las diferencias y la propia voz aprisionada en las homogenidades de los sistemas (reglas de juego) tanto familiares o institucionales. No se mira más allá del "yo soy" o el "yo creo ser".
La psicología sistémica mira al sujeto como una posibilidad contextual que tendría la misma carga o potencia a la acción. Si un sistema está viciado es "obvio" para ellos, que un paciente haga síntoma probablemente, PERO no miran que en CADA SÍNTOMA SIEMPRE HAY GANANCIA SECUNDARIA. De otra forma ellos dirían algo falaz algo como: "pero bueno, alguna parte del sistema mayor no vemos y ahí estaría la causa de que el síntoma responda de dicha manera y no de otra", omiten allí todo análisis a lo intrapsíquico, el peso de sus huellas pasadas y sus ritmos.

Es fundamental pensar al sujeto como escindido entre lo que dice y lo que dice más allá de lo que dice, o sea, lo dicho, es dicho por otro, es dicho desde la posición de un enunciado que lo revela como un sujeto de deseo. Donde los contenidos concientes del discurso en el "yo soy", "yo pienso que", en su concatenación ligante discursiva y asociativa presenta diversos tropiezos, sean lapsus, olvidos, recuerdos oníricos, chistes, silencios, repeticiones, que dan cuenta de algo mas allá del discurso, algo sobre su conciencia donde transitan materiales reprimidos aparentemente olvidados, desplazados  o desfigurados en síntomas o enmascarados en emociones defensivas. La mirada de esta orientación, no es pensar que la voluntad deseante del sujeto se dirige a un objeto, mas bien "no es un sujeto que desee sino que es arrasado por algo cuyo origen desconoce y cuya intencionalidad no comprende. Se trata no solo de develar, hacer conciente, sino también de generar las condiciones para acompañar al sujeto en su protección ante esa parte de si mismo que no puede controlar.” (Bleichmar, 2009). En este punto sugiero leer mi ensayo posterior sobre las "Construcciones en Análisis" para profundizar más este último párrafo.



En su diferencia con la Psicología Sistémica, para el Psicoanálisis, es importante señalar que todo lo expuesto hasta aquí, no se lograría si no se contrapusiera a la comunicación con sus reglas o juegos del lenguaje (de las expuestas por la Filosofía Analítica del Lenguaje Corriente, como L. Wittgenstein y J. Searle), una invitación de asociar con mayor libertad, trastocando dichas reglas, abriendo lo que en Psicoanálisis se conoce como la Transferencia, por ende, agregando lo que nos dice Pola Roitman Woscoboinik (2009) "la propuesta de partida para esta “aventura” tan especial que es un psicoanálisis, es asociar libremente. Narrar, de la manera más espontánea posible, todo… todo… lo que transcurre por la mente, salteando juicio crítico alguno. Apelación a otra lógica. No siempre somos conscientes del desafío que esto supone con relación al despliegue de una intimidad que sabemos siempre coartada. También, porque nuestra demanda enfrenta al paciente con reglas del “sentido común”; con “lo racional” en su acepción más simple; con códigos que hacen a los “usos y costumbres” de la comunicación humana. Ofrecimiento de una posibilidad y, a la vez, de una renuncia."

Así, buena parte de la práctica clínica psicoanalítica radica en romper ciertos cánones comunes de la comunicación humana (la sostenida por los sistémicos) hacia alcances más vastos desde una lectura transferencial que promueva los corrimientos de múltiples sentidos contradictorios, condensados o fragmentarios de un discurso o de un saber "conciente" y así expandir el sentido unirateral "transparente" de la comunicación (emisor-mensaje-receptor) bajo su supuesto homogeneo de: "A le dice a B que C, quien B siempre será B y C solo es C porque A sabe que B jamás será otro que B y C tiene un solo sentido que no es otro que C ya que A siempre sabe lo que le comunica a B". Para luego, transformar el sentido unívoco o unirateral a algo como: "A le dice a veces a B algo similar a C" bajo transferencia


Si bien la Segunda Cibernética Sistémica se ha nutrido con diferentes teorías y en especial en la Sistémica que toma los Marcos Teóricos del Psicoanálisis con respecto al Vínculo de Apego, algunos otros más heterodoxos y osados sobre las Relaciones Objetales (Klein) y por último tomando la corriente de moda en la actualidad (en otro ensayo me alargaré criticamente sobre ésta última) la Psicología como "Narrativa" o "Hermeneutica".
En donde justamente reconocen que el sujeto, en su ser, tiene historias, relatos que lo llevan a autoreferenciarse de un modo que lo lleva actuar de cierta forma, que sus emociones en sus vínculos tempranos lo llevan a forman alianzas o mantenerlas con cierto tipo de figuras de Apego dentro de una distorsión objetal. Afortunadamente han sabido sacar provecho a estos marcos teóricos para su clínica. Estos últimos puntos, en otro ensayo los criticaré en tanto superficialidad, pero será en otro momento cuando critique en conjunto a la Psicología Fenomenológica-Hermenéutica.