domingo, 27 de julio de 2014

Lacan y su error topológico

Seminario XXVI (26)
Al final de su clase 2 del 12/12/1978
"LACAN:— He llevado más lejos mi investigación, a saber que he examinado un grupo de seis
círculos, he interrogado sobre la forma en la cual se obtiene un borromeano generalizado cortando tres de ellos. Hay efectivamente treinta y cinco formas de hacerlo. Para eso, habría que, del mismo modo en que hemos hecho esos cinco círculos, producir un sexto.
De aquella forma los dispenso, pues además sería un poco forzado, Pero es posible construirlo.
Entre las treinta y cinco formas de cortar los tres círculos obteniendo ese nudo que llamo borromeano, dado que está simbolizado a partir de tres, es decir que los tres quedan desanudados cuando se retira uno ... basta cortar uno para que los otros tres queden desanudados, En el borromeano de seis, basta igualmente cortar uno para que los seis queden desanudados. Preciso que hay diez formas de desanudar cinco círculos y que hay treinta y cinco formas de desanudar seis círculos cortando tres de ellos.
Tal vez voy a distribuir lo que ha sido obtenido esta mañana por Soury que ha tenido a bien encargarse de fotocopiarlo de una foto en colar, es decir que los colores no aparecen, pero que al cortar tres de esos círculos, se puede percibir claramente que los otros tres quedan libres. Eso demanda un cierto cuidado al colorear cada uno de esos círculos, pero se puede ver que eso marcha. Esto supone que se retiren en principio dos y en seguida un tercero. Es en el tercero que cada uno de esos círculos se verifican estar libres.
¿Es usted Vappereau...? Lo escucho.

VAPPEREAU:— Usted comete un error en el modo de contar las diferentes maneras de desanudar a cadena de seis cortando de ella tres. Ha dado el resultado para la cadena de siete cortando cuatro, es decir treinta y cinco...
LACAN:— He dicho que cortando tres sobre los seis, se obtiene una cadena borromeana...
VAPPEREAU:— Usted dice que hay treinta y cinco formas de hacerlo, pero no hay más
que veinte.
LACAN:— Sí, es verdad que no hay más que veinte. Es verdad que no hay más que veinte y que, debido a eso, me he equivocado. Y bien, le queda excusarme y prometerle que, la próxima vez, no lo entretendré con estos círculos.
Bien, hasta luego."

¿A qué pretende llegar Lacan con hacer clases puras de matemáticas de nudos borromeanos al momento de enseñar lo inconsciente o el psicoanálisis? ¿Acaso sabe a lo que iba decir con todo aquello?
Como algunos saben Jean Michel Vappereau es un matemático analizado por Lacan, quien se ofrecía en enseñarle a Lacan matemáticas, por lo cual Vappereau era un experto en topología.

sábado, 26 de julio de 2014

Freud ante la Psiquiatría Norteamericana

Freud en 1938, frente a los rumores de su cambio de opinión que ahora supuestamente contradice lo que en 1926 defendió tan claramente a favor por la posibilidad de que hayan Psicoanalistas no-médicos (profanos), dijo: "No puedo concebir cómo puede haber surgido este burdo rumor sobre mi cambio de punto de vista sobre el problema del análisis profano. Lo cierto es que nunca he negado esos puntos de vista, e insisto en ellos incluso con más fuerza que antes frente a la clara tendencia americana a convertir el Psicoanálisis en una mera sirvienta de la Psiquiatría". -Vida y Obra de Sigmund Freud, Tomo III E. Jones (p.167-168)-
Con esto sin duda, Freud no estaría para nada de acuerdo con lo que ha hecho Otto Kernberg con psiquiatrizar el Psicoanálisis a partir de los manuales del DSM como referencia "complementaria".

jueves, 15 de mayo de 2014

Una Retórica empleada por ciertas filosofías de hoy

He leído textos Lacanianos como el de Roberto Mazzuca que dan mil millones de giros y dialécticas para explicar el masoquismo de forma saturada y pomposa, del modo siguiente: El perverso sabe que el otro sabe que el es un otro que se deja ser instrumentado por el otro ya que el otro no sabe que goza de eso, pero el si sabe una verdad de un goce perverso independiente si el no lo sabe.
Cuando en realidad, basta con un Simple con decir: el perveso goza del otro y a veces se deja manipular por éste para mantener su verdad de un cierto gozar pese a todo.
Aparte, que Mazzuca en su texto omite o descuida la fundamental importancia sobre el goce perverso en tanto manipular o usar al otro como un objeto bajo su poder.

Muchos Lacanianos como siempre complican todo con puras dialécticas, negaciones y rodeos innecesarios. Ni hablar de sus posiciones dialécticas sobre "ser el deseo del deseo del Otro", o sus negaciones de negaciones: "lo real es lo que no cesa de no", que son más de lo mismo.
Zizek por su parte usa paradojas que se daban por sentido común y las contradice. Por ejemplo: lo hostil no es desear el mal, es desearle un cierto bien al otro.
Otros ejemplos de Zizek: No es el egoísmo, es la colectividad solidaria sin orden. No es el Mc Donald el problema, sino los veganos con su ética ascética, "No es el cuerpo sin órganos, sino el órgano sin cuerpo".
Otro ejemplo más: "No es perjudicial saber que morirán, es si no olvidar que van a morir", Lacan también usaba mucho esa retórica, que imita Zizek.

Así fue como Lacan, en mi opinión, puso en cierta equivalencia a Kant con Sade. Eso sí, no niego lo interesante de dichas formas discursivas que emplea. Ya que logran imprimir un giro deconstructivista de ciertas nociones centrales y las ponen de cabeza con detalles marginales.

Finalmente sorprenden al público. Es como un remate de un humorista, donde no se sabe a dónde apuntará en su conclusión. Algo así como: "Redoble de tambores, y lo que siempre pensamos que era negro, no lo es, sino que es todo lo contrario".
Para ello, Lacan y Zizek, exudan conectores como: ""No es sino", "no es nada más que sino", es algo que no puede ser otra cosa que algo si no que, etc.

Sé que es una brutalidad decir para compararlo, pero esta misma forma retórica la empleó autores como Osho y se hizo muy famoso. Baste recordar los aforismos de Humano demasiado humano de Nietzsche, que si bien era una forma interesante de plasmar un pensamiento filosófico, la retórica muchas veces solo eran asertivas en contextos muy particulares, donde para un descuidado lector, puede generalizar tales afirmaciones sin distinguir los matices o los reales alcances de ésta.

domingo, 27 de abril de 2014

Esquizo-análisis: Un mérito y una crítica

Me sigue pareciendo que el "Esquizo-análisis" de Deleuze y Guattari es una clínica de abrir el goce erosionando el bálsamo del lenguaje-social que para ellos es una instancia territorialista o molar represora. Creo que la santificación del "perverso polimorfo" en contra del "Edipo", si bien otorgan una frescura y una crítica necesaria al determinismo binario papá-mamá de las interpretaciones psicoanalíticas, creo que es importante reconocer que la amoralidad del perverso polimorfo irremediablemente está destinado para reprimirse y terminar en diversos disfraces sociales (aparentes adaptaciones). Pienso que el Edipo que descubrió Freud, es una forma más de decodificación-represión del deseo en la sociedad, que por supuesto no es el único, pero sean cuales sean bajo su diversidad (formas de vínculos sociales, colectividades o familiares), la castración, la ley, el deseo del Otro, seguirá siendo lo que diferencia las Neurosis de las Psicosis. Con respecto a la estructura Perversa, que puedan desmentirse (la castración o la ley) en perversiones gozantes, fue un camino propulsado por W. Reich y sus seguidores (Foucault, Deleuze y Guattari), pero como tales, seguirán siendo primordialmente un reconocimiento de la castración y a su vez un fuerte deseo de rechazo a lo percibido de ésta (desmentida o renegación como mecanismo defensivo que corre paralelo a la represión en su conformación).
Pese a ello, aprecio, que si bien sin duda hay un manto perverso tanto en Kant como en Sade (como lo señaló Lacan) sobre cómo instituir de un nuevo modo la moralidad establecida, se hace necesario por lo tanto un goce o una posición perversa que permita establecer nuevos puntos de fuga, desterritorializaciones (artísticas, críticas, filosóficas), para abrir lo nuevo, lo diferente, la frescura socio-política ante una sociedad sobre-adaptada de un tipo de moralidad.

miércoles, 26 de febrero de 2014

Extracto sobre Groddeck

"el Ello está siempre en movimiento y no tiene ni un segundo de descanso. Hay remolinos, y corrientes violentas, ahora se levanta una parte y luego la otra, empujando hacia la superficie. Precisamente ahora mismo, cuando iba a empezar la carta, intentaba descubrir lo que pasaba por mi interior. No pasé de las cosas de más calibre.

Aquí está lo que he encontrado. En la mano derecha tengo la pluma, con la izquierda juego con la cadena del reloj. La mirada está dirigida a la pared de enfrente, a un aguafuerte holandés que reproduce el cuadro de Rembrandt de la Circuncisión de Jesús. Los pies descansan sobre el suelo, pero el pie derecho sigue con el tacón el ritmo de una marcha que toca, abajo, la orquesta del balneario. A la vez oigo el chillido de una lechuza, la bocina de un coche y el paso del tranvía. No percibo ningún olor determinado, pero me doy cuenta de que el orificio derecho de mi nariz está un poco obstruido. Siento que me pica en la región de la espinilla de la pierna derecha y soy consciente de que tengo un grano rojo y redondo en el labio superior, a la derecha, más o menos a medio centímetro de la comisura de los labios. Estoy inquieto, y las puntas de los dedos están frías.

Permítame, querida amiga, que comience por el fin. Las puntas de los dedos están frías; esto dificulta la tarea de escribir, lo cual quiere decir: “Ten cuidado, no sea que escribas tonterías”. Y análogamente acontece con la inquietud. Robustece el requerimiento a proceder con cuidado. Mi Ello es de la opinión que debería ocuparme de otra cosa diferente de escribir. Lo que esto es, no lo sé aún. Por de pronto, tengo la impresión de que en el constreñimiento de los capilares de la punta de los dedos y en la intranquilidad se expresa el sentimiento: tu lectora no va a entender lo que tú le quieres decir. Tendrías que haberla preparado mejor, más metódicamente. Y, sin embargo…, ¡me atrevo a dar el salto!

El que yo juegue con la cadena del reloj le hará sonreír a usted. Usted conoce esta costumbre; a menudo me ha tomado el pelo por ello, pero jamás ha sabido lo que quiere decir.

(...)

 Mi mano izquierda le delata a usted que yo encuentro más placer en los preludios que proceden a la unión de hombre y mujer, en los besos, las caricias, en el desnudar, jugar, en una sensación de placer vivida para mí secretamente, en cosas que satisfacen especialmente al muchacho. Y usted sabe ya hace mucho tiempo que soy un muchacho, al menos por el lado izquierdo, que es el lado del amor, donde está el corazón. Lo que es de izquierdas es amor, lo que es de izquierdas está prohibido, es censurado por los mayores: no es lo derecho, es lo torcido. Y aquí tiene usted un punto más que contribuye a explicar la inquietud de que soy presa, el frío de la punta de los dedos. La mano derecha, la mano del trabajo, de la autoridad, del bien y del derecho se ha detenido en su actividad de escribir con seriedad y amenaza a la infantil mano izquierda, a la juguetona, y de derecha a izquierda vienen alteraciones e intranquilidad que desequilibran el centro de mando de la irrigación sanguínea y hacen que los dedos se hielen.

“Pero -la voz del Ello tranquiliza a la derecha, remolona, que representa mi madurez- no te ocupes del niño; como ves, juega con la cadena, no con el reloj”. De esta manera quiere decir la voz que el reloj significa el corazón, como en la balada del león. Esta voz encuentra malo el jugar con los corazones. A pesar de sus consuelos yo me siento realmente mal, e inmediatamente me relata también el Ello de la mano derecha cuán desechable es el proceder de la izquierda.

“Sólo hace falta que juegue un poco más con la cadena. La consecuencia será que el reloj se va a desprender, va a caer, y un corazón quedará destrozado
”.
El Libro del Ello, Cap. 16 (Groddeck, 1923)

 
Es increíble como roza muy de cerca con W. Reich, debieron ser sin duda grandes rivales en los años 20s.

Extraída las partes en la página: http://www.indepsi.cl/ferenczi/vinculaciones/groddeck/libros/cap16-ello.htm

martes, 5 de noviembre de 2013

Un párrafo citado de los últimos escritos de S. Freud

"Tener y ser en el niño. EI niño prefiere expresar la relación objetal mediante la identificación: yo soy el objeto. El tener es ulterior, y vuelve a recaer en el ser una vez perdido el objeto. Modelo: el pecho materno. El pecho es una parte de mí, yo soy el pecho. Más tarde, tan sólo: yo lo tengo, es decir, yo no lo soy…"
-Freud, 12 Julio 1938-
 
Este genial párrafo lo podemos resumir en: "Al tener, ya no soy".
 
Podemos dar cuenta de no tan solo la belleza poética incrustada en su formulación teórica, sino el como se condice punto a punto con muchas formulaciones tanto de Lacan (que siempre enfatizó recalcar esta idea citada desde sus lecturas de Freud) como la última obra de Erich Fromm en su libro "Tener o Ser" de 1976.

domingo, 21 de julio de 2013

Mitos y caricaturas sobre lo sexual en Freud

Desde siempre o desde que comenzó Freud a postular los principios psicoanalíticos, los médicos de su época y todavía hasta hoy se cuestionan (se critica) el postulado de lo sexual o de la sexualidad en Freud o en el Psicoanálisis mismo (concepto polémico en la época de Freud a fines del S.XIX y todavía en pleno S.XXI).

Se enfatiza en catalogar la obra de Freud como mera pornografía (así lo expresó incluso alguna vez su propia esposa Martha), como una teoría psicológica pansexual donde todo conflicto neurótico o patológico (sintomático) se reduce a una roca enquistada en lo sexual que la origina. Más aún, con la teoría del Complejo de Edipo sepultó al psicoanálisis a la peor imagen posible, tras sobredimensionar caricaturescamente en criticas, no sólo el mito edípico (desear a la madre, rivalizar con el padre o un tercero), olvidando que el mismo Freud (1923) dijo: "la relación con los padres debiera referirse por entero a la bisexualidad, y no, como antes lo expuse, por la actitud de rivalidad". Se redujo aquel mito Edípico distorcionado fusionándolo con la exageración del pansexualismo en la siguiente ecuación sesgada en criticas (que todo adherente o lector de psicoanálisis escucha más de alguna vez reiteradas veces): "Yo no puedo creer en una teoría o psicología donde lo central de la persona está en su fijación incestuosa sexual con su madre de querer relaciones sexuales con ella y que las reprimió por culpa de su padre a quien lo odia por no lograr aquellos fines, los cuales están perpetuamente o determinados en la subjetividad hasta su muerte, buscando una pareja tal como lo fue su madre para sublimar o salir de aquel embrollo." Pues justamente, si esa primera imagen de entrada se tiene por lo general al Psicoanálisis, es evidente que tal injusto encuadre de prejuicios, distorsiones, exageraciones, caricaturas, que hasta hoy en día se han mantenido perpetuadas por más de un siglo, se sostienen entre otras causas por: resistencias en abordar temáticas sexuales (especialmente las infantiles, sobre todo con resistencias en negar placer genital antes de la pubertad), la idea de una psicología plenamente biológica (abordable exclusivamente desde componentes orgánicos, restando la historia subjetiva vivencial), una visión particular de una psicología que busca mediciones o estadísticos (rotulaciones y generalizaciones) y no procesos subjetivos que varíen en sus especificidad o particularidad de cada persona y por último, debido a la idea de una eficiencia en al modificación de conductas (lo más inmediata posible) a fines de adaptación social sin preocuparse de lo ético social (las consecuencias culturales) o la legítima diferencia del paciente o modo de ser.


De este modo (tal paupérrima imagen establecida en generaciones de injustas distorsiones y exageraciones), es ciertamente, obvio, sensato, razonable, rechazar cualquier idea que tenga relación con el Psicoanálisis, como una ciencia pervertida, pansexual, incestuosa y reduccionista. Puesto que si algo así existiera en las obras de psicología yo sin lugar a dudas lo rechazaría como falaz e indemostrable.


No creo que tenga sentido aclarar a cabalidad qué de cierto y de mitos hay en la conceptualización del Complejo de Edipo. Si bien es cierto que la obra de Freud se vio en modificaciones (dado su arraigo a su época conservadora a fines del S.XIX y los moldes sociales fijos que hacían difícil separar lo constitutivo psíquico de la producción cultural), debido a los aspectos complejos que se superponen entre lo psicológico y lo social con respecto al conflicto Edipico. Tras la muerte de Freud, hoy en día podríamos decir que el acento que más se extrae como valor Psicoanalítico en el Complejo de Edipo es más bien la idea del Complejo de Castración (en el sentido que si tu madre o cuidador era la figura que mayormente gratificaba tus deseos, se percatará cada uno ´los neuróticos´, que esa cómoda situación se va perdiendo hacia un sentido de autovalerse e independizarse).


No podemos negar, que la obra de Freud si estuvo impregnado de un estudio teorizado a determinar los cuadros sintomáticos desde las frustraciones sexuales en el sentido genital o "vulgar". No es difícil rastrear estas nociones trabajadas en sus Estudios sobre la Histeria, donde se descubrían sucesos traumáticos de invasión sexual prematura (muchos de ellos incestuosos), como también en sus estudios sobre las frustraciones en el coitus interruptus. Puesto que para Freud (adherentes al Psicoanálisis) es absolutamente evidente que lo sexual en el sentido genital y las fantasías sexuales (identificaciones y escenas) tienen un amplio margen inconciente en explorar, lo cual fue el primer terreno más fértil para construir los cimientos del Psicoanálisis sobre la represión, las pulsiones, las fases psicosexuales, etc.

Sin embargo, Freud haciéndose cargo de aquellas criticas exageradas o caricaturescas a su obra. Freud publicó un texto crucial llamado "Análisis Silvestre" de 1910 que marcó la más clara distinción sobre qué se entiende por lo sexual o sexualidad en su obra o en el Psicoanálisis mismo. Si bien Freud en sus comienzos daba un acento bastante mayor a lo sexual en el sentido genital, no puedo saber con certeza que provocó este giro sobre el acento de la sexualidad hacia un sentido de más allá de lo somático, o si en realidad, la postura de Freud allí señalada era la que compartía desde el comienzo de sus teorizaciones. Por esto mismo, resulta importante citar su ensayo "Análisis Silvestre" ya que Freud no fue del todo explicito en sus obras anteriores sobre este tema en particular. No obstante, sabemos que en 1905 su publicación "Tres ensayos de teoría sexual", Freud ya abordaba lo sexual desde los estadios psicosexuales, que no reducían lo sexual a la genitalidad misma, sino que ésta se concentraba pasando o recorriendo su líbido en distintas fijaciones que se terminaban finalmente a un primado de lo genital (idea que posteriormente modificó en parte dejando de dar pleno protagonismo a lo genital dando mayor luz a los efectos sexuales de los besos o caricias por ejemplo). En dicho texto Freud creía que filogenéticamente el autoerotismo oral de la succión dará paso a un estadio anal donde lo placentero estará entre lo retentivo y lo expulsivo en la psicosexualidad anal que está culturalmente enfrascada en el control, la higiene, autovalencia, entre otros.

Lo cierto es que en diferentes escuelas de Psicoanálisis se aborda la noción de lo sexual bajo diferentes modos, pero centrándonos primero en el aspecto Freudiano de dicho texto (antes de abordar algunas nociones posteriores o más actuales de lo sexual en Psicoanálisis) sobre "Análisis Silvestre", citaré lo siguiente con respecto a una paciente que fue derivada muy seguramente por un pleno ignorante respecto al Psicoanálisis: "éste le habla dicho que la causa de su angustia era su privación sexual, que ella no podía prescindir del comercio con el varón y, por eso, sólo tenía tres caminos para recuperar la salud: regresar junto a su marido, tomar un amante o satisfacerse sola. Desde entonces ella tuvo el convencimiento de que era incurable, pues no quería regresar junto a su marido, y su moral y religiosidad le vedaban los otros dos recursos. Había acudido a mí porque ese médico le dijo que se trataba de un descubrimiento nuevo que yo había hecho". Más adelante Freud refiriéndose a esta anécdota expresa: "Supongamos, entonces, que el médico dijo exactamente lo que la paciente informó. A cualquiera se Ie ocurrirá enseguida criticarle que un médico, si se ve precisado a tratar con una señora sobre el tema de la sexualidad, tiene que hacerlo con tacto y consideración. Ahora bien, estos requerimientos coinciden con la obediencia a ciertos preceptos técnicos del psicoanálisis; y además, este médico habría desconocido o entendido mal una serie de doctrinas científicas del psicoanálisis, mostrando así cuán poco avanzó en la comprensión de su esencia y propósitos." Luego Freud comienza con respectivas aclaraciones con respecto a la situación: "Los consejos de nuestro médico permiten discernir con claridad el sentido que atribuye a la «vida sexual». No es otro que el popular, en que por necesidades sexuales se entiende sólo la necesidad del coito o sus análogos, las acciones que tienen por efecto el orgasmo y el vaciamiento de las sustancias genésicas. Ahora bien, este médico no puede ignorar que suele reprochársele al psicoanálisis extender el concepto de lo sexual mucho más allá de su alcance ordinario". Como veremos la idea de lo sexual anteriormente señalada al inicio por las diversas caricaturas no coinciden, incluso Freud posteriormente agrega: "El concepto de lo sexual comprende en el psicoanálisis mucho más; rebasa el sentido popular tanto hacia abajo como hacia arriba. Esta ampliación se justifica genéticamente; también imputamos a la «vida sexual» todo quehacer de sentimientos tiernos que brote de la fuente de las mociones sexuales primitivas, aunque estas últimas experimenten una inhibición de su meta originariamente sexual o la hayan permutado por otra que ya no es sexual. Por eso preferimos hablar de psicosexualidad, destacando así que no omitimos ni subestimamos el factor anímico de la vida sexual. Empleamos la palabra «sexualidad» en el mismo sentido amplio en que la lengua alemana usa el vocablo «lieben» {«amar»}. También sabemos desde hace tiempo que una insatisfacción anímica con todas sus consecuencias puede estar presente donde no falta un comercio sexual normal". Citando hasta aquí hemos despejado todo sesgo injusto respecto a lo pansexual o derivación determinista a lo sexual como origen de síntomas o padeceres. Por si no quedó claro, Freud lo enfatiza aún más al decir: "como terapeutas siempre tenemos en cuenta que el coito u otros actos sexuales a menudo sólo permiten descargar una mínima medida de las aspiraciones sexuales insatisfechas, cuyas satisfacciones sustitutivas nosotros combatimos bajo su forma de síntomas neuróticos. Quien no comparta esta concepción de la psicosexualidad no tiene derecho alguno a invocar los principios doctrinarios del psicoanálisis que tratan de la significatividad etiológíca de la sexualidad".

Luego retomando a este médico que probablemente desfiguró el legado psicoanalítico Freud aclara: "Sin duda que ese individuo habrá simplificado mucho el problema mediante su unilateral insistencia en el factor somático dentro de lo sexual".


Más aún en su obra la Interpretación de los Sueños, Freud también es enfático al decir que se "trasgreden, creo, la medida de lo permisible en la interpretación de los sueños.
La tesis según la cual todos los sueños exigen una interpretación sexual, eterno objeto de polémica en la bibliografía sobre este asunto, es ajena a La interpretación de los sueños. No se la encontrará en ninguna de las ediciones del libro
".
 
Como señalé también al inicio de este ensayo, Freud jamás negó que existen neurosis gatilladas por conflictos sexuales en el sentido genital, pero en dicho texto Freud abre la pregunta: "Es cierto que según el psicoanálisis una insatisfacción sexual es la causa de las afecciones neuróticas. Pero, ¿no dice nada más?". No está demás señalar aquí que Freud tenía bastante claro ya en su época las nociones críticas que despertaban en sus escritos.

Más adelante Freud prosigue sus aclaraciones basándose en sus conceptualizaciones clínicas diferenciando las diversas angustias, pero para no seguir enfatizando más de lo mismo (lo ya citado me parece suficiente), Freud de un modo implícito a lo largo del texto se hace cargo de otra injusta crítica que ha permanecido todavía hoy en el imaginario social sobre el Psicoanálisis, esta es: ¿De qué me sirve saber intelectualmente desde dónde se originaron mis neurosis o síntomas si de esta forma no necesariamente lograría curarme?

Esta pregunta no deja de ser relevante hasta hoy en día en las escuelas psicoanalíticas y cada una de ella otorgan diversas respuestas para afrontar con más herramientas, recursos o métodos dichos procesos terapéuticos. O sea, reformulando la pregunta para aclarar: ¿Un análisis consiste solamente hacerle saber al paciente las razones de su padecer y con ello significaría, la necesaria sanación o extinción de la angustia? incluso para hacerlo más patente aún en la caricatura más clásica: "No creo que sabiendo de mi complejo edipico con mi madre, diciéndome: tu buscas a una mujer como tu madre y al no encontrarla te frustras, me lleve instantáneamente al mejoramiento de mis síntomas o angustias". Esta misma crítica Freud la aborda con mucha claridad en sus Conferencias de Introducción al Psicoanalisis en la Universidad de Clark por 1909, tras la entrega del título de honoris causa en USA. En este mismo Blog he publicado un par de ensayos con respecto al mismo tema, pero por espacio no desplegaré todo lo escrito que ya he dibujado a lo largo de mis ensayos en este Blog (invito a leer los ensayos "Interpretaciones de rocas y calcos" junto al ensayo sobre "Construcciones en análisis").

Freud a su modo lo enuncia someramente y lo contextualiza: "Una concepción hace mucho superada, y que se guía por una apariencia superficial, sostiene que el enfermo padece como resultado de algún tipo de ignorancia, y entonces no podría menos que sanar si esta le fuera cancelada mediante una comunicación (sobre la trama causal entre su enfermedad y su vida, sobre sus vivencias infantiles-, etc.). Pero el factor patógeno no es este no-saber en sí mismo, sino el fundamento del no-saber en unas resistencias interiores que primero lo generaron y ahora lo mantienen. La tarea de la terapia consiste en combatir esas resistencias. La comunicación de lo que el enfermo no sabe porque lo ha reprimido es sólo uno de los preliminares necesarios de la terapia. Si el saber sobre lo inconciente tuviera para los enfermos una importancia tan grande como creen quienes desconocen el psicoanálisis, aquellos sanarían con sólo asistir a unas conferencias o leer unos libros." Importante es aquí lo que al inicio de esta última cita Freud describe como "una concepción hace mucho tiempo superada", pues como algunos sabemos, en el periodo del método hipnótico anterior a la formulación del Psicoanálisis, la comunicación era una pieza clave o incluso resolutiva final del tratamiento. Aunque, no obstante, siempre estuvo como eje o guía el trabajo de recordar, puesto que su ensayo (que a propósito es el ensayo por el cual el título de este Blog se inspira) "Recordar, Repetir, Reelaborar", desarrolla los aspectos clínicos de la técnica psicoanalítica sobre el recordar y el vencer las resistencias al momento de comunicar las interpretaciones. En resumen la técnica Psicoanalítica presentó modificaciones o más bien, agregados para una depuración clínica más satisfactoria que hasta el día de hoy se siguen limando formulaciones como el trabajo de la "transferencia contra-tranferencia", "encuadre", "vinculo", "setting", "holding", "insight", etc.

Para terminar este ensayo (invitando nuevamente a las lecturas anteriormente citadas, ya que así se conseguirá una mayor comprensión de los distintos vértices que se relacionan). Definiré de una forma general el sentido de "sexual" en Psicoanálisis, más allá del expresado aquí en Freud en "Análisis Silvestre" de 1910.
Pues sexual lo podemos entender como toda aquella acción que conlleva a una gratificación placentera que no esté ligada a una necesaria autoconservación biológica. O sea, si damos un ejemplo, aquella persona que por ansiedad se muerde las uñas hasta sangrarlas, en dicho momento experimenta un cierto alivio tensional bajo este síntoma (repetición), ya que de no mordérselas le surgiría una angustia mayor (ganancia del síntoma), lógicamente sabemos que morderse las uñas en un caso de neurosis, el propio paciente sabe perfectamente (la mayoría de las veces) las consecuencias negativas de repetir (síntomatizar) tal acto que no puede impedírselo, aquello (disculpen el resumen que deja de lado muchos conceptos entre medio, pero es solo para aclarar un ejemplo), es lo no ligado en lo libidinal o sexual del sujeto. Otro ejemplo más simple sería el mero acto de mascar chicle o goma de mascar, el acto de chupeteo, succión, masticar que puede englobar al acto de masticar chicle es lo que Freud claramente expresa en el estadio psicosexual de la fase oral, donde claramente mascar chicle no tiene un fin autoconservativo biológico, puesto que lo sexual en el sentido psicoanalítico no está emparentado o relacionado con lo instintivo, innato biológico, por esto mismo, Freud emplea la noción de pulsión sexual y no el concepto de instinto, pues en estos casos de producción de síntomas o de repeticiones de placer que muchos de ellos van más allá del placer aparente(masoquismo, fumar, morderse las uñas, rascarse compulsivamente, ordenar obsesivamente algo una y otra vez, etc, etc). Todo esto tiene que ver como la satisfacción por vías sustitutivas de algo reprimido o prohibido que se subliman mediante estas repeticiones (síntomas). Claramente podría dar más detalles o ejemplos pero como el fin de este ensayo tiene la función central de despejar los mitos y caricaturas sobre lo sexual en Freud, creo que bastará con este esbozo.