jueves, 14 de junio de 2012

Interpretaciones de Rocas, Calcos y Diccionario en Psicoanálisis


 

Esta fotografía publicada demuestra de manera evidente  cómo opera, surge y se construye un sentido del pensamiento teórico psicoanalítico que, a ojos de este ensayo, es rígido, ahistórico y acultural y, que se ajusta perfectamente a los conceptos de de rocas, calcos y diccionario. Los cuales serán los elementos a detectar y problematizar a lo largo de este ensayo. La imagen consiste en una pequeña serie de viñetas que muestran el proceso en que un cavernícola, llega a la invención de la rueda. En la primera escena, el hombre aparece sentado imaginando a una mujer desnuda. En la siguiente, visualiza los pechos en ausencia del cuerpo, para luego, ver uno de los pechos, el cual finalmente se convierte en una rueda. Esta cómica ilustración, vista desde la perspectiva psicoanalítica, va dejando de ser un chiste para convertirse en una verdadera calamidad que refleja fielmente el reduccionismo en que cae el concepto de interpretación en el psicoanálisis.

Se sostiene desde algunas posiciones críticas (Foucault, por ejemplo) que el psicoanálisis suele reducir sus argumentos a temas concretos, como la conflictiva con los padres y la sexualidad. A su vez, esta corriente, también es acusada de vestir de teorías a los pacientes antes de oír en plenitud la biografía particular, como elemento primordial para el análisis y la posterior maduración psíquica del sujeto.
Es así como, muchos psicoanalistas de diccionario han leído a Freud o Klein y, dicen a partir de esto: "¡pero mira! Freud lo ha dicho, por eso es verdad" o “Freud lo dijo en tal o cual momento, por lo tanto es cierto”. En este sentido, cabe preguntarse si tanto Freud o Klein están en lo correcto  como para tomar la teoría de dichos autores al pie de la letra o también sin ir más allá de las criticas posteriores de ellos mismos y sus discípulos.
 Para comprender hacia dónde se dirige este ensayo, tomaremos las diversas formas en que se manifiestan una interpretación literal y generalización de los contenidos teóricos del psicoanálisis. De este modo, se tomarán  las interpretaciones hechas en la práctica concreta que calzan con los conceptos de rocas, calcos y diccionarios, para finalmente, presentar en el próximo ensayo una distinta alternativa de análisis que se ha mantenido medianamente oculta en el tiempo, la cual consiste en las construcciones en análisis. El concepto de roca refiere a entelequias teóricas que traspasan las barreras del tiempo, la historia y la cultura. Son supuestos teóricos rígidos que se mantienen dentro de un saber que pese al paso de los años, en varias escuelas psicoanalíticas y clínicas psicológicas

Respecto del concepto de calco, se refiere a las a las interpretaciones, que se sobreponen a  un molde prefigurado por las rocas hacia el paciente. Tal como una hoja trasparente que se pone por encima de un dibujo que se quiere calcar, claro que a diferencia de éste, el calco en la clínica, será un papel trasparente que acomodará y reformará la superficie sobre la que se ponga, le dará forma según el dibujo que el propio papel trasparente trae desde antes de posarse.
Finalmente, el concepto de diccionario referirá a los expertos cuyo trabajo analítico lo basan en manuales u otros tipos guías teóricas clasificatorias que son usadas como nomenclatura explicativa de síntomas. El analista de diccionario será aquel que en el ejercicio de la escucha identifica elementos en la medida que éstos se asemejen o cuadren con los que su teoría ya tenía definidos.
Un ejemplo de una situación real fue lo que le pasó a un profesor de Psicología Cognitiva que estuvo conservando con una Psicoanalista. Mientras ellos hablaban, el profesor comenzó a dar vuelta su reloj  de pulsera y la Psicoanalista expresa: "¿Tienes un problema con tu Padre?". Por lo cual aquel profesor se horrorizó y jamás se sacó en mente que los Psicoanalistas son así. ¿Qué pasó? ¿Qué ocurrió Epistemológicamente hablando? Si seguimos la lógica de aquella "psicoanalista de diccionario" paso a paso fue seguramente lo siguiente: el reloj representa el tiempo pero en cuanto controlado, el control tiene que ver con la castración, la castración a su vez con la Ley y la Ley con el PADRE. Antes de proseguir, si después de este ejemplo mientras me leen no creen que esto fue un error lógico, les pido que si quieren seguir leyendo tengan apertura de mente a lo que sigue, ya que si bien nos mantenemos aún en los cánones del psicoanálisis, este tipo de interpretaciones como las de esta psicoanalista de rocas y diccionario me parece una calamidad.

En resumen (retomando lo dicho en mis otros ensayos), retuercen el Psicoanálisis en una especie de diccionario pre-moldeable para lanzar interpretaciones del binario "contenido-manifiesto y contenido-latente", pues a la hora de analizar las gráficas, imágenes o dibujos, pareciera como si el Psicólogo dispusiera a convertirse en creerse perfectas autoridades para criticar el Arte o para dar un juicio biográfico a la obra en cuestión por solo ver unos cuantos detalles que piden al sujeto, para dar juicios a lo que supuestamente ellos creen saber de la imaginación que ellos expresan. Observando entonces una foto y no un flujo de fotogramas para obtener un mejor criterio.
Vemos entonces también cómo se reduce al sujeto a temáticas principales en donde aquellos calcos no se pueden solapar, mezclar una de otras ya que existen distinguidamente en una especie de estado puro, estado "limpio" para lograr así su directa interpretación sin contaminaciones de otras asociaciones que impiden llegar a las rocas sólidas interpretativas. 

Postular aquello ocasiona el conservadurismo de algunos psicoanalistas respecto a los cambios sociales y la construcción social se ven momificadas por los conceptos temáticos primordiales (el Edipo es universal con padre y madre, el fin sexual es la heterosexualidad, el padre es quien imprime la ley, etc.)
Prosiguiendo con  mi ensayo publicado sobre las críticas a los Test Proyectivos, "si miramos el "análisis de crítico de arte" que los Psicólogos realizan en un Test gráfico observan la imagen y toman las partes de ésta (sus elementos) como figuras metafóricas. Por ejemplo: "Entonces este tiesto de ropa colgada representa la cáscara de la personalidad expuesta a los demás". Ven aquí uds que se usó los elementos literales cambiándolas como metáforas. Eso es lo que pretenden con ello lograr: cambiar lo literal en metáforas para que se adaptan más o menos al motivo manifiesto de consulta.
Nuevamente, lo literal lo amplían a una metáfora que calce con el motivo de consulta. Esto mismo error se comenzó a emplear desde que se pervirtió el legado de Freud en la interpretación de los sueños (Jung como culpable directo), como si abriendo un diccionario pre-diseñado para cada sujeto (omitiendo su particular diferencia), lo traducen en un término exacto que se amolde a sus pre-configuraciones establecidas inmodificables. Caso reverso ocurre en el Tarot, donde lo metafórico se traduce a lo literal: "la carta de las 3 espadas, representa que algo le sucederá a tu padre por quien me has preguntado."

Otro ejemplo de la misma línea es cuando pervierten aún más la 2da tópica de Freud antromorfolizándola en el Test de dibujo "Casa-Árbol-Persona", en dónde como diccionario pre-fijado, el árbol es el "Ello", la casa es el "Yo", o incluso el sol (si es dibujado) es el "Superyó".

Para que no me se acuse de anti-psicoanálisis o que este ensayo es un intento de destruir el psicoanalisis, sería nada más lejos de la realidad si tomamos en cuenta a los mismos fieles seguidores y fundadores del Psicoanálisis cuando Ferenczi y Rank (1922) critican que en “el fanatismo de interpretación llevaba a perder de vista, por la fijeza de traducciones de diccionario, que la misma técnica de la interpretación es sólo una herramienta para el reconocimiento del estado anímico inconsciente del paciente, y no la finalidad o incluso la finalidad principal del análisis (...) testiguan la incompleta comprensión de la totalidad de la situación analítica y la sobrevaloración de detalles aislados. Éstos pueden querer decir un día una cosa, otro día otra. El mismo símbolo puede, en un mismo paciente, tener distintos sentidos o adquirirlos, según sea la conexión, la situación, bajo la presión o remisión de la resistencia. En el análisis se ponen en juego tantos detalles finos, aparentes bagatelas como la entonación, los gestos, el aspecto” (p.38). Por tanto, ya no es necesario dar más justificaciones, pues desde aquí podemos ver que tanto los Test Proyectivos, Jung con sus Arquetipos, Klein con sus Fantasías Originarias y Jones con las Simbolizaciones, no hicieron más que desviar el sentido técnico-teórico del psicoanálisis hacia un diccionarios de bolsillo.


Ahora bien, para aterrizar el análisis a casos concretos  usaré el libro de Hanna Segal titulado "Melanie Klein", el cual fue publicado en 1979, donde se muestra la interpretación de un test proyectivo de dibujo y de juego simbólico. Si se lee con detenimiento el siguiente ejemplo se podrá deducir que M. Klein hace exactamente lo mismo que se ve en el chiste de la viñeta mencionada en un principio. Para que no se  me acuse de sacar los escritos de la autora fuera de contexto, se citaré un largo fragmento de una sesión y sus interpretaciones realizadas en libro de Hanna Segal:

"En la sesión siguiente, Richard llegó dos minutos tarde y pidió a la analista que prolongara el horario por dos minutos. Cuando Klein interpretó los dos minutos como los dos pechos que él temía perder, la expresión del niño adquirió animación y el comentario fue: «debes ser muy inteligente para haber podido descubrir eso...» Pero casi a continuación hizo un dibujo que representaba una pista de patinaje de hielo con puntos que eran personas y dijo que la gente estaba arañando el hielo; también asoció este dibujo con otro que había hecho antes, al que había bautizado la «protesta china». Por aquella época, la «protesta china» representaba ataques fecales y uretrales. Klein interpretó el dibujo y la idea en él vertida como un ataque contra el pecho-pista de hielo y relacionó el ataque con la pérdida y el destete.
Muy pronto el material de Richard lo mostró extendiendo su ataque contra los bebés de su madre. Klein conectó todas estas actividades con la ira contra el pecho nacida de la pérdida y de los celos que le ocasionaban los nuevos bebés. Poco después, en la sesión, el paciente hizo un dibujo de una estación, a la que llamó Blueing (Azulina); explicó que azul significaba azul claro y señaló con el dedo a Melanie Klein, quien le preguntó si podía decir algo acerca de «—ing»; Richard respondió que no y Klein sugirió que podía significar ink (tinta). El niño, con una sonrisa, contestó que lo sabía pero que no quería decirlo. El azul claro por lo regular representaba para Richard su madre nodriza ideal; la tinta, a la que él llamaba maloliente, representaba sus heces y su orina. De modo que Klein interpretó que el niño deseaba una escisión y quería mantener la madre azul claro protegida de sus ataques uretrales y fecales. Al oír la interpretación, Richard dibujó una forma ovalada que tenía dentro dos círculos grandes y uno pequeño, después dibujó dos círculos bastos fuera del óvalo y comenzó a cubrirlos furiosamente con puntos. Después de esto dibujó más puntos en el óvalo, mientras rechinaba los dientes, echaba fuego por los ojos y expresaba ira en todas sus facciones. Melanie Klein interpretó que los dos círculos representaban los pechos —los de ella y los de la madre de Richard— y que el paciente los atacaba con mordiscos y haciendo rechinar los dientes, además de hacerlo también con el pene, representado por el lápiz, que apuñalaba y orinaba. Cuando le preguntó qué eran las formas dentro del óvalo, el niño replicó sin vacilaciones que eran huevos. Klein lo interpretó como un ataque contra el cuerpo de la madre y contra los niños que había dentro de ella y relacionó esto con los celos de los nuevos bebés. En esta secuencia se advierte también otra vez la admiración que despiertan las interpretaciones de Klein, su conocimiento del significado de los dos minutos, el hecho de adivinar que la terminación —ing significaba ink (tinta), una admiración que desemboca en una fantasía de un pecho lleno de bebés y en un ataque que se manifestaba en una escisión y en la fragmentación de ese pecho".

La primera interpretación que realiza Klein, al decir que los dos minutos de prolongación, significan los dos pechos que el niño teme perder, es asentida por el niño. Ahora, se puede pensar que dicha interpretación no es la única que se puede realizar, pues también es posible creer, por ejemplo, que los dos minutos representen su deseo (consciente o no) de recuperar el tiempo perdido. La confirmación de Richard en donde halaga a Klein respecto a su inteligencia, habría que precisar que solamente el niño cree que eso es la verdad por la persuasión de la lógica de la analista en cuestión y es finalmente Richard quien acepta el sentido a cabo. Por tanto, que el niño confirme la veracidad de esta interpretación no confirma nada.
Continuando con la siguiente interpretación sobre la estación que llamó "blueing" (Azulina), cuando Klein interroga a Richard sobre que podría significar el "ing" seguramente el niño ya estaba acostumbrado a lo largo de las sesiones que Klein interprete con él juegos de palabras (considerando que sus sesiones llevan más de 90 es posible que dada la inteligencia y lenguaje del niño sea capaz de producir asociaciones semejantes fonéticas), el niño al no decir que significa, Klein se lo dice asociándolo a "ink" o sea, tinta. 

No se niega la posibilidad de condensar en una sola palabra blue-ink como dos objetos o representaciones contradictorias que puedan significar deseos de escisión de una representación de fondo (roca en-sí de la madre), sin embargo, en la interpretación se presentan dos problemas que no permiten convencer de las asociaciones. Por un lado, a veces azul claro represente la nodriza y, por otro, no se puede hacer una asociación directa con ink (tinta) donde lo maloliente tenga única relación con heces y, además, con algo en el orden de la agresión. Y luego, resulta más complicada la triangulación de ambos conceptos con una escisión inconsciente manifestada en dicha palabra combinada.
Este ejemplo interpretativo, tiene un alcance aún más ambiguo, ya que, la lógica de las interpretaciones y asociaciones que realiza Klein pueden condicionar poco a poco las propias asociaciones del niño a un terreno transferencial que Klein crea y proyecta, lo cual no sucede de manera inversa (como es la intención original en el psicoanálisis), entonces, muchas confirmaciones del análisis pueden caer en un sesgo autoconfirmatorio de las palabras de la psicoanalista cayendo entonces en un vicio sin salida. En este punto vale recordar lo que muy sabiamente Wittgenstein dijo: "Si escucháramos a un león hablar no lo entenderíamos". Y justamente, esto ocurre en el caso de Richard, ya que, las interpretaciones de Klein, enfrentan el lenguaje del adulto con el del niño, el cual debe a partir de un pensamiento concreto, traducir las interpretaciones ya hechas desde un nivel más abstracto.

Continuando con el caso, cuando Richard comienza a dibujar los óvalos se debe entender que Klein ya le informó recién de dicha interpretación, de este modo, es esperable en el niño cierto condicionamiento asociativo que lo motive a dar ese tipo de interpretaciones siguientes, pero lo que veremos a continuación, es que ni siquiera el dibujo logra acercarse a lo que M. Klein intenta luego interpretar. Klein supone que Richard rechinaba los dientes con ira, pero que además era un deseo de atacar los pechos de ella y de su madre, representados en los óvalos mordisqueados. También expresa que el lápiz con el que dibuja representa su pene con el cual atacaría aquellos bebes que están dentro de la madre. No obstante fuera de toda esa interpretación hay una interpretación donde termina aquella que dice: "Cuando le preguntó qué eran las formas dentro del óvalo, el niño replicó sin vacilaciones que eran huevos. Klein lo interpretó como un ataque contra el cuerpo de la madre y contra los niños que había dentro de ella y relacionó esto con los celos de los nuevos bebés." Esto último guarda mayor coherencia y es muy posible que los huevos en el dibujo si representen aquello que Klein cree sobre el embarazo de su madre y su ataque de celos hacia los nuevos bebés. Sin embargo, para rematar Melanie Klein en una conclusión que mezcla todas las anteriores interpretaciones, bajo una sumatoria sin poder determinar una relación coherente que demuestre ser parte de un solo significado global. Finalmente suma: "Su conocimiento del significado de los dos minutos, el hecho de adivinar que la terminación —ing significaba ink (tinta), una admiración que desemboca en una fantasía de un pecho lleno de bebés y en un ataque que se manifestaba en una escisión y en la fragmentación de ese pecho."

Ahora, del mismo texto, exponemos otro fragmento respecto al sueño:
"Una mujer que presentaba una psicopatología maníaco-depresiva grave. Durante su período de análisis, esta mujer había obtenido un logro profesional importante, lo cual le produjo un sentimiento de gran exaltación y triunfo. La paciente relató este sueño: En el sueño ella estaba en el aire sobre una alfombra mágica que la sostenía por encima de la copa de un árbol. La altura era suficiente como para ver, a través de una ventana, el interior de una habitación donde una vaca estaba mascando algo que parecía ser un interminable jirón de una manta. En la misma noche tuvo también un corto sueño en el que sus bragas estaban mojadas.
En sueños anteriores, la vaca había representado a la analista como madre-nodriza.
Asoció que el interminable jirón de manta representaba un interminable chorro de palabras, ocurriéndosele que éstas eran todas las palabras que yo había dicho en el análisis y que ahora tenía que tragármelas. Atemorizada por el éxito de su paciente, la analista tenía que comerse sus palabras.
 Las bragas mojadas representaban un ataque uretral contra la analista. La ayuda analítica que recibía la paciente había movilizado una envidia poderosa, que conducía a la desvalorización y destrucción de la analista, la cual representaba el pecho original."

La interpretación del sueño es muy probable que sea correcta salvo un par de detalles que son impertinentes de interpretar, "Las bragas mojadas representaban un ataque uretral contra la analista." Así como también decir que el pecho original es la última roca sólida donde se remonta la transferencia originaria de la valorización de un sujeto, en este caso la analista, es nuevamente reducir las asociaciones al compás de una roca sólida: no importa lo que se exprese se puede remontar todo aquello a una simbolización o aspectos del pecho original como la batuta que impregna las transferencias posibles. Por cierto, no niego que algo de aquello en las relaciones tempranas con la madre o vivencias de apoyo o apego, aún influyan en su conformación psíquica, pero decir aquello en la manera a cómo lo aborda Klein, es similar si digiera que el gol que metí en el partido de fútbol se debe a que mi papá me enseñó a jugar fútbol... De modo que sí, seguramente de no ser por su padre no hubiera jugado, pero decir que toda la acción acontecida hoy es producto directo o que la influencia más verdadera que explica es ese episodio pasado, es aventurar un pasado y homonogarlo a un presente sin más. Quizás muchas transferencias de ese enseñanza paterna sigan en pie a lo largo del entrenamiento previo, pero en el partido en sí, es algo al azar seleccionar esos recuerdos como los decidores y no otros mas actuales que expliquen la influencia del resultado con más vivencia y sentido.
Respecto a las bragas mojadas podemos pensar que justamente en algún punto algo así haya ocurrido tal vez en su infancia temprana (llamar la atención de su madre o hacerla rabiar), quizás algo de eso le significó aún hoy como recuerdo infantil que se solapó en el sueño como significado desplazado. Solamente si la paciente recuerda o refiere sensaciones o asociaciones de esa índole a lo que para ella significan las bragas mojadas, podría recién ahí dar ese sentido en esa parte del sueño. No obstante, si esa interpretación se debe a la generalización de los niños que tiene en mente la teoría Kleiniana, pues básicamente con sumo absurdo abusa de vestir al paciente con sus conceptos antes de comprender la biografía.

En las interpretaciones de este tipo surge el problema donde se impone la teoría primero, por sobre la asociación libre y biografía del paciente. Es cierto que todo encuadre, postura clínica, forma de preguntar, guardar silencio o el acento puesto en una temática frente a otras, SIEMPRE tiene detrás una teoría y que, jamás estaremos en un terreno a-teórico, sin embargo, como se darán cuenta, es posible ver muchos matices de cómo abordar aquello y se puede por otra parte detectar si realmente está ocurriendo un atropello a la identidad del paciente imponiendo teorias.

Para ello, expondremos del mismo texto en cuestión dos citas relacionadas a lo referido:
"La envidia del pene también está influida en profundidad por la primigenia envidia del pecho. El bebé puede apartarse con odio del pecho envidiado para dirigirse hacia un pene idealizado, que a su vez se convierte en portador de la envidia original del pecho. De lo expuesto se deduce que el criterio inicial de Melanie Klein acerca de una envidia autónoma del pene, aunque reforzada por otras fuentes, quedó suplantado por una hipótesis más radical: el origen primario de una envidia excesiva del pene debe buscarse en la envidia del pecho experimentado por el bebé." 
"tales circunstancias pueden desembocar en un rechazo prematuro del pecho y en la elección del objeto alternativo, el pene, y por lo tanto existe la posibilidad de que se produzca una sexualización prematura. Klein había advertido este fenómeno en el análisis de Dick, el niño psicótico; pero por entonces no consideró que esa sexualización prematura fuese una defensa frente a la envidia".

Aquí se observa el atropellamiento a la identidad, imponiendo una teoría antes de verificar la biografía o asociaciones libres del paciente. Que ocurran rechazos prematuros del pecho o la envidia a éste ante una elección alternativa de objeto, es posible, pero tomar necesariamente aquel prematuro rechazo casuísticamente a un pene, es forzoso considerarlo.

Ante todo lo criticado en el libro de Hanna Segal, similar crítica tiene el psicoanalista Felix Guattari junto al filósofo Gilles Deleuze en su libro "Mil mesetas" de 1980 que en su definición sobre lo rizómico comparándolo con cierto psicoanálisis de "diccionario" o de “calco” exponen: "Forma parte del rizoma. El mapa es abierto, conectable en todas sus dimensiones, desmontable, alterable, susceptible de recibir constantemente modificaciones. Puede ser roto, alterado, adaptarse a distintos montajes, iniciado por un individuo, un grupo, una formación social. Puede dibujarse en una pared, concebirse como una obra de arte, construirse como una acción política o como una meditación. Una de las características más importantes del rizoma quizá sea la de tener siempre múltiples entradas; (…) Contrariamente al calco, que siempre vuelve "a lo mismo", un mapa tiene múltiples entradas. Un mapa es un asunto de performance, mientras que el calco siempre remite a una supuesta competance. Contrariamente al psicoanálisis, a la competencia psicoanalítica, que ajusta cada deseo y enunciado a un eje genético o a una estructura sobrecodificadora, y saca hasta el infinito calcos monótonos de los estadios en ese eje o de los componentes de esa estructura, el “esquizoanálisis” rechaza cualquier idea de fatalidad calcada, sea cual sea el nombre que se le dé, divina, anagógica, histérica, económica, estructural, hereditaria o sintagmática. Es evidente que Melanie Klein no entiende el problema de cartografía de uno de sus pacientes infantiles, el pequeño Richard, y se contenta con sacar calcos prefabricados —Edipo, el buen y el mal padre, la mala y la buena madre— mientras que el niño intenta desesperadamente continuar una performance que el psicoanálisis desconoce totalmente. Las pulsiones y objetos parciales no son ni estadios en el eje genético, ni posiciones en una estructura profunda: son opciones políticas para problemas, entradas y salidas, callejones sin salida que el niño vive políticamente, es decir, con toda la fuerza de su deseo.
Un calco es más bien como una foto, una radiografía que comenzaría por seleccionar o aislar lo que pretende reproducir, con la ayuda de medios artificiales, con la ayuda de colorantes o de otros procedimientos de contraste. El que imita siempre crea su modelo, y lo atrae. El calco ha traducido ya el mapa en imagen, ha transformado ya el rizoma en raíces y raicillas. Ha organizado, estabilizado, neutralizado las multiplicidades según sus propios ejes de significación. Ha generado, estructuralizado el rizoma, y, cuando cree reproducir otra cosa, ya sólo se reproduce a sí mismo. Por eso es tan peligroso. Inyecta redundancias y las propaga. El calco sólo reproduce los puntos muertos, los bloqueos, los embriones de pivote o los puntos de estructuración del rizoma. Véase si no el psicoanálisis y la lingüística: el primero nunca ha hecho más que sacar calcos o fotos del inconsciente, la segunda, calcos o fotos del lenguaje, con todas las traiciones que eso supone (no debe, pues, extrañar que el psicoanálisis haya unido su suerte a la lingüística). Véase si no lo que ya ocurría con el pequeño Hans, dentro del más puro ejemplo de psicoanálisis infantil: no han cesado de ROMPERLE SU RIZOMA, de EMBORRONARLE SU MAPA, de ponérselo al derecho, de bloquearle cualquier salida, hasta hacerle desear su propia vergüenza y su culpabilidad, hasta lograr enraizar en él la vergüenza y la culpabilidad, fobia (le cortan el rizoma del inmueble, luego el de la calle, le enraizan en el lecho de los padres, le "enraicillan" en su propio cuerpo, le bloquean con el profesor Freud). Freud considera explícitamente la cartográfica del pequeño Hans, pero siempre y únicamente para ajustarla a una foto de familia. Véase si no lo que hace Melanie Klein "con los mapas geopolíticos del pequeño Richard: saca fotos, hace calcos, adoptad la pose o seguid el eje, estadio genético o destino estructural. Os romperán vuestro rizoma, os dejarán vivir y hablar a condición de bloquearos cualquier salida. Cuando un rizoma está bloqueado ya no hay nada que hacer, el deseo no pasa, pues el deseo siempre se produce y se mueve rizomáticamente (p.18-19)” (negritas resaltadas por mí).

Por su lado, André Green (1982) en su libro "La Nueva Clínica Psicoanalítica" plantea este mismo problema sobre las rocas originarias (arcaicas) interpretativas, señalando que "tomaban por comunicación arcaica directa cuando en verdad se trataba de un producto ya reordenado, portador de mecanismos de defensa hasta de tlpo muy tardío. Se sostlene que la verslón arcaizada de lo manifiesto tomaba la sombra por la presa. Pretendiendo ser profunda, Melanie Klein había sido lnadvertidamente superficial porque parecía desconocer la acción de la represión prlmaria, que oculta para slempre los tiempos originarios. Lo que a nosotros llegaría por retorno de lo reprimtdo no puede proporclonar por si una imagen fiel del pasado más remoto, puesto que contrabandea todos los estratos de los periodos de la vida que lo han recubierto. Lo traído a la superffcie no es el testigo fiel de la prehistoria, sino un producto muy sospechoso, traficado por los falsificadores del preconclente, de las más diversas épocas, cada una de las cuales dejó su impronta sobre el objeto psíquico pretendidamente «primitivo». Dicho de otro modo: la metáfora de Freud era inadecuada porque incurría en la ingenuidad de creer que el pasado desenterrado conservaba su forma originaria. (p.38)"

 Deleuze y Guattari en un texto anterior "El Anti-Edipo" de 1972, apuntan que este tipo de interpretaciones "ocurre con los juegos de los niños. Un niño no juega sólo a papá-mamá. También juega al brujo, al cow-boy, al policía y al ladrón, al tren y los coches. El tren no es forzosamente papá, ni la estación mamá. El problema no conduce al carácter sexual de las máquinas deseantes, sino al carácter familiar de esta sexualidad. Se admite que, cuando se ha hecho mayor, el niño se encuentra engarzado en relaciones sociales que ya no son familiares" (p.51). En este mismo punto concuerda plenamente Ricardo Rodulfo en su libro "Desconstruir el Psicoanálisis" (2008) donde plantea que se debiese comprender ante las interpretaciones que más bien “el trabajo del juego deja de ser reactivo, como lo era en otras teorizaciones psicoanalíticas (defensa contra la emergencia de angustia, sustituto de la actividad masturbatoria, reacción tendiente a elaborar activamente un padecimiento sufrido bajo el signo de la pasividad, etc.) y pasa a concebirse como la actividad originaria por excelencia de la subjetividad, pasar a ser marca de la subjetividad” (Rodulfo, 2008:110). Puesto que "enmarcar la vida del niño en el Edipo, al convertir las relaciones familiares en la universal mediación de la infancia, nos condenamos a desconocer la producción del propio inconsciente y los mecanismos colectivos que se asientan sobre el inconsciente, principalmente todo el juego de la represión originaria, de las máquinas deseantes y del cuerpo sin órganos. Pues el inconsciente es huérfano, y él mismo se produce en la identidad de la naturaleza y el hombre." (Deleuze-Guatarri, 1972:53)
Ambos autores continúan enfatizando que "descifrar en ella «el atentado incesante contra el padre», «el sordo estribo de los instintos contra la solidez de la institución familiar y contra sus símbolos más arcaicos». Entonces, en vez de participar en una empresa de liberación efectiva, el psicoanálisis se une a la obra de represión burguesa más general, la que consiste en mantener a la humanidad europea bajo el yugo del papá-mamá, lo que impide acabar con aquél problema." (P.54)

Volviendo al texto de Green (1982) el autor critica que en dicha forma "el complejo de Edipo pertenecería a ese fondo específlco. Presentes en la forma de huellas mnémicas heredadas, las fantasias originarias -de las que derivan todas las demás- significan la vida psíquica. Dicho de otro modo, descifran los acontecimientos con arreglo a su código, los clasifican, los ordenan y, para decirlo todo, organizan lo inconsciente como otros tantos a priori o universales." (p.40)
Volviendo al texto de Ferenczi y Rank (1922) somos enfáticos en señalar que "muchas veces se presentó a toda la psique como un mosaico de esos complejos y el análisis se encaminó a "analizar extrayendo" un complejo tras el otro, o se intentaba tratar toda la personalidad como la suma de complejos del padre, madre, hermana, etc. Naturalmente, era fácil coleccionar material para estos complejos ya que cada persona posee todos los "complejos", es decir, cada quien tuvo que arreglárselas de alguna manera en el devenir de su relación con las personas y cosas cercanas.” (p.40)."

De este modo, (Deleuze-Guattari, 1972) este método analítico interpretativo o este tipo de interpretación, traiciona lo elemental iniciado por "Freud y los primeros analistas descubren es el campo de las síntesis libres en las que todo es posible, las conexiones sin fin, las disyunciones sin exclusividad, las conjunciones sin especificidad, los objetos parciales y los flujos. Las máquinas deseantes gruñen, zumban en el fondo del inconsciente, la inyección de Irma, el tic-tac del Hombre de los lobos, la máquina de toser de Anna, y también todos los aparatos explicativos montados por Freud, todas esas máquinas neuro-biológicas-deseantes. Este descubrimiento del inconsciente productivo implica dos correlaciones: por una parte, la confrontación directa entre esta producción deseante y la producción social, entre las formaciones sinto-matológicas y las formaciones colectivas, a la vez que su identidad de naturaleza y su diferencia de régimen; por otra parte, la represión general que la máquina social ejerce sobre las máquinas deseantes, y la relación de la re-presión con esa represión general. Todo esto se perderá, al menos se verá singularmente comprometido, con la instauración del Edipo soberano. La asociación libre, en vez de abrirse sobre las conexiones polívocas, se encierra en un callejón sin salida de univocidad. Todas las cadenas del inconsciente dependen bi-unívocamente, están linealizadas, colgadas de un significante despótico. Toda la producción deseante está aplastada, sometida a las exigencias de la representación, a los limitados juegos del representante y del representado en la representación. Y ahí radica lo esencial: la reproducción del deseo da lugar a una simple representación, en el proceso de la cura tanto como en la teoría. El inconsciente productivo da lugar a un inconsciente que sólo sabe expresarse — expresarse en el mito, en la tragedia, en el sueño" (p.59-60) Estos propios mitos y tragedias, imponiendo en la biografía más que despertar la particularidad de cada uno, es como si el "inconsciente deja de ser lo que es, una fábrica, un taller, para convertirse en un teatro, escena y puesta en escena." (p.60). Bajo este escenario el "psicoanalista se convierte en el director de escena para un teatro privado." (p.61) O sea, el "Edipo se apropió de la producción deseante como si todas las fuerzas productivas del deseo emanasen de él. El psicoanalista se convierte de este modo en el perchero de Edipo, el gran agente de la anti-producción en el deseo." (p.62)

En sus últimas obras, Deleuze (1993) en su libro "Crítica y Clínica", denuncia que "es un error hacer como si el niño estuviera primero limitado a sus padres y sólo accediera a otros medios a posteriori, y por extensión, por derivación. El padre y la madre no son las coordenadas de todo aquello de lo que el inconsciente se apropia. No existe un momento en el que el niño no esté ya inmerso en un medio actual que recorre, en el que los padres como personas sólo desempeñan el papel de abridores o de cerradores de puertas, de guardianes de los umbrales, de conectadores o desconectadores de zonas. Los padres siempre están en posición en un mundo que no resulta de ellos." (p.99) Finalizando que en dicha lógica "parece pasar por alto la actividad cartográfica del pequeño Richard. Sólo la considera un a posteriori, mera extensión de personajes
de su familia, el buen padre, la mala madre...
" (p.100).

No obstante, esto resulta contradictorio para el mismo Deleuze cuando plantea en 1968: "se reprime porque se repite" (se reprime un deseo porque se repite), por lo cual, Deleuze se refiere aquí al deseo incestuoso, el deseo de posesión, o deseo ingobernable. Afirmación de 1968 que dejarán de tener su validez en el año 1972 dejando al olvido dicho recorrido. Aclaremos también que el sentido ético de análisis para los autores apunta a desquebrarjar todo intento del analista en enfrascar al sujeto a cualquier tipo de imperativo categórico, puesto que dejaría su rol de analista de máquinas deseantes y flujos. Sin embargo, es rescatable su crítica al psicoanálisis en general, donde ellos sólo ven los que sus ojos filtran ver. Es cierto que todo campo del saber adolece en este mismo velo, no obstante, al modo del eje edipizado, esto es brutalmente visible. Las rocas, los calcos insesantes y repetitivos que congelan la biografia en fotografias que hacen perder el devenir del flujo de fotogramas incesantes que es la existencia.

El "Esquizo-análisis" de Deleuze y Guattari es una clínica de abrir el goce erosionando el bálsamo del lenguaje-social que para ellos es una instancia territorialista o molar represora. Creo que la santificación del "perverso polimorfo" en contra del "Edipo", si bien otorgan una frescura y una crítica necesaria al determinismo binario papá-mamá de las interpretaciones psicoanalíticas, creo que es importante reconocer que la amoralidad del perverso polimorfo irremediablemente está destinado para reprimirse y terminar en diversos disfraces sociales (aparentes adaptaciones). Pienso que el Edipo que descubrió Freud, es una forma más de decodificación-represión del deseo en la sociedad, que por supuesto no es el único, pero sean cuales sean bajo su diversidad (formas de vínculos sociales, colectividades o familiares), la castración, la ley, el deseo del Otro, seguirá siendo lo que diferencia las Neurosis de las Psicosis. Con respecto a la estructura Perversa, aunque puedan desmentirse (la castración o la ley) en perversiones gozantes, seguirán siendo primordialmente un reconocimiento de la castración y a su vez un fuerte deseo de rechazo a lo percibido de ésta (desmentida o renegación como mecanismo defensivo que corre paralelo a la represión en su conformación). Debemos pues, tomar en consideración la castración, la identificación, el deseo del otro, la seducción, el orden social particular, la libido hacia los primeros cuidadores, la conformación del ideal del yo, son temas que no debemos pasar por alto, para así, no divinizar el sujeto "perverso polimorfo" en su modalidad productiva como máquina-deseante molecular (que proponen Deleuze y Guattari), puesto que, a sí mismo como Deleuze y Guattari critican a la divinización del sujeto "edipíco", resaltan el mismo efecto en lo inverso "polimorfo" (de un polo caen a otro). De este modo, dejan de lado importantes aportes y énfasis no menores en marco referencial del psicoanálisis. Si bien la postura ética del anti-edipo se condice con lo hemos planteado, es una ética particular que no subsume la postura de una clínica donde su trabajo en la talking cure, es dar luz a esa angustia, que es lo que no engaña.

Debemos ser claros en que no todas las asociaciones responderán al Complejo de Edipo, al Complejo de Castración, a la Madre, al Padre, su Falta, quizás algunas sí, pero siempre y cuando sean sumamente pertinentes y el paciente por si mismo las refiera.
Así también lo enuncian Deleuze y Guattari donde no "se trata de negar la importancia vital y amorosa de los padres. Se trata de saber cuál es su lugar y su función en la producción deseante, en lugar de hacer a la inversa, haciendo recaer todo el juego de las máquinas deseantes en el código restringido de Edipo" (1972:52).
De no ser así, es como si la vida humana se redujera 5 temáticas o 5 rocas sólidas de significación absoluta que se remiten desde distintos caminos todos los inicios de cualquier asociación. De modo que no importa la mujer de quién me enamoré o refiera como amiga, siempre remite a mi amor originario por mi madre y cualquier conflicto con las mujeres se debe rastrear justamente en esas huellas primarias con mi madre. Pensar así, no se mira que tras ello, si se proyecta o si se tienen transferencias propias en el mundo femenino está también mediado por mis identificaciones, mi narcisismo, mi sexualidad o zona erógena, mensajes enigmáticos, mis frustraciones en distintas esferas. No negamos que la relación a la madre puede ser revelante o no (siempre y cuando suponemos que el paciente tuvo una madre empíricamente hablando), pero hay que preocuparse de otros factores temporales.

Si seguimos con esta lógica de las rocas,  ¿no es esto algo similar con lo que intentó apuntar Jung? Pues justamente Jung reducía el bagaje psíquico humano en una serie de arquetipos pre-establecidos inmodificables en el inconsciente colectivo que te conectan con tu ser, vemos entonces también cómo se reduce al sujeto a temáticas principales en donde aquellos calcos no se pueden solapar, mezclar una de otras ya que existen distinguidamente en una especie de estado puro, estado "limpio" para lograr así su directa interpretación sin contaminaciones de otras asociaciones que impiden llegar a las rocas sólidas interpretativas.
Postular aquello ocasiona el conservadurismo de algunos psicoanalistas respecto a los cambios sociales y la construccion social se ven momificadas por los conceptos temáticos primordiales (el Edipo es universal con padre y madre, el fin sexual es la heterosexualidad, el padre es quien imprime la ley, etc.).
A tal forma, se “puede enceguecerse en una apelación automática al sistema de los conceptos, con su inmediato deslizamiento a la actitud dogmática (típicamente, despachar toda cuestión invocando a “la falta” o a “la roca” del complejo de castración, sin abrir verdaderamente ningún horizonte (de) nuevo” (Rodulfo, 2008:253)

Cercano a Rodulfo, Deleuze (1993) reclama que "no se trata de la búsqueda de un origen, sino de una evaluación de los desplazamientos. Cada mapa es una redistribución de callejones sin salida y de brechas" (p.101) y que además "el inconsciente ya no tiene que ver con personas y objetos, sino con trayectos y devenires; ya no es un inconsciente de conmemoración, sino de movilización, cuyos objetos, más que permanecer sepultados bajo tierra, emprenden el vuelo." (p.101-102)

No se niega que las temáticas psicoanalíticas referidas al inicio de este párrafo no existan o que no tengan realidad ni actualidad posible, pero hay que entender que la castración de hoy es distinta que la de ayer, el Edipo actual es distinto al Edipo de los tiempos actuales, como en ciertos lugares en su diferencia. No es por tanto, criticar esos conceptos que incluso son los fundamentales de la teoría psicoanalítica en si misma, pero adjudicarlas un estatuto de "significados en-sí", es abusar de estos por sobre la diferencia de cada sujeto. Los sujetos son más complejos, las imágenes del padre o de la madre están subvertidas en múltiples significantes y referentes a contextos incluso contradictorios, incluso en intentos de simbolización que escapan al lenguaje en su intento de significarlo todo. Para que las significaciones llegasen a referirse a estas temáticas y elaborarlas, interpretarlas y reconstruirlas, solo es posible mediante una asociación libre que contemple los discursos, sus resistencias, sus repeticiones, contradicciones, traumas propios, recuerdos encubridores, etc. Solo desde allí se podrá dar cuenta de las asociaciones que van suscitando las temáticas más globales e interpretarlas, construirlas, contenerlas, etc., pero no antes de haber pasado por esos recorridos de posiciones transferenciales e identificaciones inconscientes.
Si algún trauma esta remitido directamente por una fobia a la castración del padre, pues eso será posible confirmarlo cuando el paciente asocie aspectos que apuntan a ello, no forzarlo antes a una temática pre-establecida, puede incluso iniciar en situaciones pasadas reciente que le den sentido su presente y que poco a poco vayan deshilando aspectos temáticos mas íntimos que se acerquen a temáticas generales o incluso hacia aspectos biográficos que relevan situaciones originarias que van más allá de lo temático y el acento y sentido de significación tenga mayor acento allí y no desenfocarlo en un "trauma primario" de algún tipo temático. Quizás el paciente en algún momento refiera a un acento de su vida pasado temático a elaborar y quizás lo anterior dicho por él no sea más que una fantasía que encubre una defensa, un deseo, un complejo, etc. Puede que el Edipo de un niño no haya sido traumático o provocado síntomas graves, pero que tenga actualmente problemas para relacionarse en triadas, algo de su Edipo puede dar cuenta de esto en cierta medida, pero quizás eso tenga que ver con otros problemas más importantes actuales, algún conflicto social, marginalidad, abandono o eventos de rechazo, que están por fuera del núcleo edipico en sí, no es resignificar el Edipo entonces ante estas situaciones de los eventos actuales, más bien es resignificar lo más actual (poner entonces el acento allí). Ya que pensar de otra forma, seria creer que si una persona tiene un Edipo sin traumas o síntomas graves, sería prácticamente imposible que se neurotice por alguna cosa, ya que algo debe remitirse al Edipo (alguna falla o conflictos debiese tener sí o sí). Es posible que sea importante el Edipo y remitirlo, pero no tiene peso o valor de importancia en el acento en lo que se amerite dar cuenta y elaborar en cómo se protege el sujeto de su sufrimiento a base de síntomas o como convive con las angustias. Si por ejemplo a una madre se le muere su hijo, es importante dar cuenta de cómo la madre le dio amor, pero es importante dar cuenta del vínculo, los proyectos, las transferencias con el hijo fallecido que se anudaron en ese momentos, antes que apuntar y buscar alumbrar los aspectos recónditos del pasado con su madre, si el paciente espontáneamente en asociación libre lo refiere pues es por algo y debe escucharlo siendo el caso o no y si aún así la madre es muy relevante y la refiere espontáneamente, seguramente por alguna represión y a lo largo de la resistencia se relevará en el camino su sentido de interpretación y reconstrucción.
Si nos sumergimos en otro modo en esta lógica criticada, perfectamente podríamos a incurrir en que los miedos a las serpientes representan el miedo al pene, más allá si la fobia está constituida por el peligro de la mordedura o al veneno. O que si veo en un test proyectivo antenas alargadas, pilares, en el fondo se enquistan en una roca sólida final que sería el falo o pene. Tal como si, no importa la asociación que digas buena parte de ellas "todos los caminos llegan a Roma", siempre habrá el inicio a una huella mnémica fundamental que será eje de las asociaciones de fondo que encubren la verdadera significación.

Volviendo al texto de Deleuze y Guattari (1972), refiriéndose al análisis de Freud al caso Schreber, "en este texto (1911) donde Freud se enfrenta a la cuestión más temible: ¿cómo atreverse a reducir al tema paterno un delirio tan rico, tan diferenciado, tan «divino» como el delirio del presidente — sabiendo que el presidente en sus Memorias sólo concede unas breves referencias al re-cuerdo de su padre? En varias ocasiones el texto de Freud señala hasta qué punto percibe la dificultad: en primer lugar, parece difícil asignar como causa, aunque sólo sea ocasional, de la enfermedad un «acceso de libido homosexual» sobre la persona del médico Flechsig; pero, cuando reemplazamos el médico por el padre y encargamos al padre la explicación del Dios del delirio, apenas podemos seguir por nosotros mismos esta ascensión, pues nos otorgamos derechos que no pueden justificarse más que por sus ventajas desde el punto de vista de nuestra comprensión del delirio." (p.62)
En este sentido Deleuze y Guattari expresan una cierta carga de culpa que se "rectificaría" en: "no es por mi culpa que el psicoanálisis dé prueba de una gran monotonía y encuentre al padre por todas partes, en Flechsig, en el Dios, en el sol; la culpa está en la sexualidad y en su obstinado simbolismo. Por otra parte, no tiene nada de sorprendente el que el padre aparezca constantemente en los delirios actuales bajo las formas menos reconocibles y más ocultas, puesto que aparece en todas partes y de manera más visible en los mitos antiguos y las religiones que expresan fuerzas o mecanismos que actúan eternamente en el inconsciente" (p.62-63). Lo que no perdonan ambos autores es el "enorme contenido político, social e histórico del delirio de Schreber no se tiene en cuenta ni una sola palabra, como si la libido no se ocupase de esas cosas. Sólo se invocan un argumento sexual, que lleva a cabo la soldadura entre la sexualidad y el complejo familiar, y un argumento mitológico, que plantea la adecuación entre el poder productivo del inconsciente y las «fuerzas edificadoras de los mitos y las religiones»" (p.63) En otras palabras, es importante agregar que "cuando el psicoanálisis tradicional explica que el instructor es el padre, y que el coronel también es el padre, y que incluso la madre también es el padre, vuelca todo el deseo sobre una determinación familiar que ya no tiene nada que ver con el campo social realmente cargado por la libido. Está claro que siempre hay algo del padre o de la madre tomado en la cadena significante, los bigotes del padre, el brazo levantado de la madre, pero siempre yendo a ocupar determinado lugar furtivo entre los agentes colectivos." (p.68) Esto resulta más importante considerando los conflictos políticos que puede desprenderse como práctica social: "la cuestión no radica en saber si las mujeres están castradas o no, sino en saber si el propio inconsciente «cree en ello», pues toda la ambigüedad radica ahí: ¿Qué significa creencia aplicada al inconsciente, qué es un inconsciente que tan sólo «cree» en vez de producir, cuáles son las operaciones, los artificios, que inyectan al inconsciente «creencias» — ni siquiera irracionales, sino al contrario demasiado razonables y conformes con el orden establecido?" (p.67)

Hay que aclarar que es innegable que en algún punto nos toparemos con aquellas temáticas que son conceptos fundamentales en el psicoanálisis, pero cada una de ellas tiene su paso, sus huellas y su ritmo. Por ejemplo, si tengo una transferencia con alguien y lo trato como una persona que le otorgo respeto. Podría ser que esa transferencia se originó desde el padre y se repite, pero puede perfectamente ocurrir que más por el padre, se debe a un amigo querido suyo que falleció que lo trataba con respeto. Si trabajamos el padre primero antes del amigo, dando un peso o acento mayor al padre que al amigo fallecido es incurrir a un error de apreciación, es dar una significación coja, se debe mas bien trabajar el amigo a través de la figura anterior de su padre para comprender y explicar, no al revés, o sea, trabajar el padre a través de la figura de su amigo, ya que quien está afectado por el duelo es por el amigo, no los recuerdos hacia el padre. Y todo aquello finalmente para darse cuenta en el presente de lo que ocurre con esta persona ahora, que no es mas que una persona que transfiere algo que da cuenta de un pasado: de su amigo perdido que trata con respeto y que por diversas vivencias y otras transferencias y mezclas se inicio sus primeras influencias desde su padre que marco un cierto ritmo y que con el amigo fallecido se marcó el baile más complejo que se traslada la melodía en la persona que refiere ahora con la sensación de darle respeto. Deteniéndome justo en este ejemplo, es pertinente recordar lo que dijo Freud en análisis terminable e interminable respecto a ser un bombero que intenta apagar un incendio solo quitando el candelabro que ocasionó el incendio y dejar con poca importancia la casa incendiada. La casa o el tejido incendiado, son los hilos posteriores, su historia, hilos que pueden quizás desenredarse mejor por comprender los aspectos de su pasado con su padre para apagar mejor el incendio, pero quizás solo sea un nudo pequeño ante los otros nudos: desatar el nudo inicial no asegura que automáticamente se desanuden de una sola catarsis los nudos de sus historias posteriores (hasta su presente). 

En este sentido cobra mucho valor lo que dijo J.P Sartre, en su concepción de la mala fé: Si no logré mi objetivo de ser un buen médico, esto se debe que hace 30 años cuando era pequeño me llevaba mal con mi padre… bajo este ejemplo entonces sería un no hacerse cargo de su pasado y justificar de mala fe cada uno de sus actos. En tal sentido y siguiendo por unos momentos la filosofía de Sartre: ¿Dónde está la libertad del sujeto? ¿Qué libertades o ilusiones de elección puede tener si está atado a pesadas rocas que lo determinan? Sin duda algo de su padre afectó en sus transferencias, quizás algo no se pudo elaborar y quedó como trauma irrecuperable, situaciones así pueden ocurrir perfectamente, pero uno no siempre queda realmente afectado por traumas necesariamente, y más bien algunos traumas o quiebres pueden ocurrir más tardíamente. Y eso más tardío estará bañado por pulsiones, goces, represiones, identificaciones que impiden lograr la búsqueda de aquella pureza solida de roca final. Aquello último en si, no existe, ya que todo remite a otro remitente en un contexto.

Como todo marco teórico, está entretejido entre lo ético y político, por cual trae consecuencias importantes en algunas prácticas de la Salud Mental (por generaciones). Así es como Deleuze y Guattari (1972) basándose en la obra de M. Foucault "Historia de la Locura" comentan que la medicina o la salud mental busca "unir la locura a un complejo parental vincularla «a la dialéctica semi-real, semi-imaginaria, de la familia»; constituir un microcosmos en el que se simbolizasen «las grandes estructuras masivas de la sociedad burguesa y de sus valores», Familia-Hijos, Falta-Castigo, Locura-Desorden; hacer que la des-alienación pase por el mismo camino que la alienación, Edipo en los dos cabos, fundamentar de este modo la autoridad moral del médico como Padre y Juez, Familia y Ley; y llegar, por último, a la siguiente paradoja: «Mientras que el enfermo mental está enteramente alienado en la persona real de su médico, el médico disipa la realidad de la enfermedad mental en el concepto crítico de locura» (p.99) "

¿No se han preguntado de dónde surge la raíz polémica entre Rank y Freud sobre el origen de la angustia?
Rank (1925) intentó responder esta cuestión ni más ni menos bajo una forma lógica-teórica que Freud estuvo estableciendo, por tanto Rank, postula que casi todas o todas las angustias se remiten originariamente a una angustia del nacimiento. ¿No es esa roca sólida lo mismo que también buscaba Rank en sus elaboraciones a mediados-inicios de los años 20s? Como algunos saben O. Rank especuló el origen de la angustia a raíz de la angustia del nacimiento donde se supone que el bebé al nacer experimentara su principal trauma al nacer. De tal modo que cualquier angustia futura que ocurra se remontara a este quiste angustioso del nacer, en donde la terapia debe buscar la forma de conectarse con aquella angustia encapsulada en lo inconsciente y descargarse o descargarla en una catarsis.
Freud respondió críticamente a Rank en varios textos, en 1937 respondió diciendo que el camino que plantea Rank es igual a que si en un incendio, saco el mechero que ocasionó el incendio de una casa, dejando consigo el resto de la casa incendiada. Es claro para Freud que la angustia no es algo que se encapsula en una emoción y queda ahí guardada para siempre en la espera por varias décadas en lograr su catarsis y con ello sanar todas las neurosis. Como si arreglando las bases de un piso subterráneo automáticamente se arreglan todos los pisos de más arriba frente a todo viento y marea. Desatar algún nudo originario no es garantía de que por medio de un linealidad temporal los conflictos inconscientes se solucionen, lo inconsciente no tiene un ordenamiento temporal lineal, poseen fragmentos más que un orden preconcebido. Esto último nos remonta a los primerísimos escritos de Freud en la época con Breuer en a fines del 1880 e inicios de 1890, los cuales respondían al modelo de la catarsis, de la descarga.
No negamos que algo de eso ocurre en forma de alguna descarga, pero Freud descubrió gracias a Breuer en sus últimos trabajos juntos, el fenómeno de la transferencia, la resistencia, la repetición, etc. Anterior a dicha época las fantasías de la cura analítica en ese modelo consistían en que a lo largo de las sesiones llegarán a la verdad de un pasado  lo más originario o reprimido posible en donde se esconde toda la verdad que dará sentido a todo el ser y al momento de decírselo en la interpretación, “automáticamente” sanarás. No obstante, Freud ya en las conferencias de 1909 en la Clark University de Estados Unidos ya se cuestionaba aquellos supuestos básicos iniciales hacia otros ejes, tomando en cuenta la resistencia y el tiempo propio de cada paciente.

Recapitulando ahora hacia los Test Proyectivos,  el fenómeno de las interpretaciones que criticamos, son bastante comunes o frecuentes en dichos test. Por ejemplo al Test de Rorschach, la lámina IX temáticamente representa la madre arcaica y el surgir de elementos relacionados con el propio nacimiento. Es un claro fenómeno de que existe una roca sólida enquistada en lo inconciente o en las representaciones pulsionales que reflejan lo en-sí exacto que son las huellas en lo intrauterino y del nacimiento. No se niega que en la conformación del feto y la gestación ocurran organizaciones celulares o neuronales que afectan los futuros caminos asociativo perceptivos del bebé, pero argumentar que es plenamente posible aislar unas manchas que tienen algo que ver directamente con las huellas mnémicas de cada uno de los bebés, para que asi, de esas manchas lo que uno vea aperceptualmente y se diga, refieren algo de mi propia placenta o huella en lo uterino. De modo que bajo esta lógica en la lámina IX estamos operando tal como lo propuso O. Rank.
Por otra parte según el texto de Fenómenos Especiales, se consigna por ejemplo que el Shock al azul y verde respondería a una homosexualidad femenina. Otro ejemplo al mismo test es en la Lámina VII, si uno ve algún objeto musical tal como un cello, aquello significaría algo relacionado con la masturbación. Otro ejemplo en la Lámina I la cual refleja la identidad de la persona, si uno ve una máscara o antifaz, significa que tiene un sentido de ocultar su propia identidad. Sin embargo, si suponemos que tras ello la persona a solo un par de días antes de realizar el test asistió a una fiesta de máscaras, podemos considerar que perfectamente vea dicha asociación, sin embargo, pese a que si no hubiese asistido a la fiesta seguramente podría decir algo quizás más representativo a su persona, pero aun teniendo esto en cuento de igual modo se le considerara como parte de su personalidad o identidad. La objeción está en que se admite en el Rorschach no considerar patológico o en el orden de relaciones sociales parciales, si un médico ve muchas partes o interiores de un cuerpo humano, considerándolo normal hasta incluso esperable. Si esto último guarda relación de la profesión y la influencia reciente, ¿qué tan distinto es el caso de una persona que ve una máscara un par de días antes de aplicarse el test? Nuevamente si respondemos esta pregunta nos encontraremos con respuestas enfocadas en los calcos y rocas interpretativas para justificarlo o no.

Siguiendo con la propuesta crítica desarrollada, cobra suma relevancia dar cuenta qué cosas debieran suceder durante el juego simbólico para lograr una acertada interpretación: Para ello, se debe dar cuenta si lo simbolizado por el niño da cuenta de un evento pasado real (sea o no traumático) o si éste es fantaseado. Se debe también distinguir si el juego en cuestión representa un terreno en torno a los anhelos, idealizaciones o deseos fantaseados. Se debe distinguir por otro lado si el juego en cuestión representa un terreno en torno a la negación, oposición a su contexto actual o de su propia imagen, expresando "al revés" su realidad escondiéndola. Dilucidar si el contenido emocional del juego se refiere a un estado de animo de alguna experiencia vivenciada reprimida o recordada y si estas se distinguen de una mera descarga emocional motriz.
Hay que tomar en cuenta la posible abstracción simbólica, la coordinación senso-motriz posible, la defensa a la negación que posee el niño (para la mayoría de las veces se hace necesario un trabajo de indagación triangular del relato. No considerar estas variables abrirá un espacio a riesgo de adecuar aquellos calcos y rocas para aliviar la carga interpretativa y ahorrar el camino a la indagación. Por lo tanto se debiese comprender que ante las interpretaciones “el trabajo del juego deja de ser reactivo, como lo era en otras teorizaciones psicoanalíticas (defensa contra la emergencia de angustia, sustituto de la actividad masturbatoria, reacción tendiente a elaborar activamente un padecimiento sufrido bajo el signo de la pasividad, etc.) y pasa a concebirse como la actividad originaria por excelencia de la subjetividad, pasar a ser marca de la subjetividad” (Rodulfo, 2008:110) vale decir, no toda simbolización representa una salida al conflicto psíquico sino mas bien en una primera instancia corresponde a la curiosidad y experimentación del niño frente al mundo, lo que luego puede constituirse en una simbolización que el niño acuñe para constituir su psiquismo.

Ante todo lo expuesto con respecto a las interpretaciones en sus abusos, mal usos, límites y posibilidades. La pregunta que hay que buscar es: ¿Son las interpretaciones el principal y único camino para hacer consciente lo inconsciente? ¿Es la interpretación lo único que logra dar sentido a las transferencias entre paciente y analista? ¿Es la interpretación lo único que ayuda a levantar la represión?
Para contestar estas preguntas, es importante considerar que teniendo en cuenta las facultades virtuosas y viciosas de las interpretaciones, Freud en sus últimos textos abrió un espacio nuevo, que no muchos pudieron seguir a su paso, algunos dejándolo en una posición secundaria ante toda la elaboración teórica-practica correspondiente a las interpretaciones (con sus fortalezas y debilidades). Al cimiento que nos estamos refiriendo ahora no es otra cosa que las construcciones en análisis. Tema que concluirá y finalizará este mismo ensayo en su próxima parte hacia una "nueva" propuesta teórico-práctica en el quehacer de la clínica psicoanalítica.

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