domingo, 24 de agosto de 2025

Errores de Deleuze frente a las respuestas Freudianas

 Deleuze tiene la figura del "héroe" psicótico creativo que en su delirio escaparía a la maquinaria capitalista resistiéndose a sus flujos. Al desterritorializar máquinas se vuelve su objeto idolatrado de su rizoma rebelde. Todo gracias a que el psicótico no tendría el problema neurótico kafkiano del oficinista, condena propia de la clase media. En cambio, el psicótico sería un Quijote aventurero creativo, pero, Deleuze olvida que el Quijote sufre, el psicótico sufre intentando mantener ser "Napoleón", es inestable, su defensas fracasan reiteradamente. Mientras más "creativo" o "caótico" sea la psicosis más grave es el dolor-angustia que no logra resolver o estabilizar.

Deleuze tiene una manera de ver la Psicosis (a veces idealizada) como algo libre, caótica, creativa. Pero solamente la Esquizofrenia Hebefrénica o las que tienen más desparramada el Proceso Primario como fragmentación, sería similar a la que refiere Deleuze, solo en parte.

Otras psicosis como la Catatonia o la Paranoia no son Psicosis abiertas a la multiplicidad creativa, al contrario, son rígidas, inflexibles, con fijaciones bastante estables y repetidoras de una misma temática que les reitera en delirio y/o alucinación.

Lo que caracteriza a las psicosis es su rigidez y fijación. Dentro de esos márgenes estrechos generan su lago delirante, pero no es plenamente creativo como océanos. La neo-creación del mundo que postuló Freud en la Psicosis, es una seudo "creatividad". Es un parche ante la hemorragia del caos. Podría verse ese parche como algo "más creativo" que el "cliché síntoma" del neurótico revisando correos, pero solo eso tiene de alcance.

Incluso hay organizaciones que no se pueden DES-territorializarse o desmontarse, pues no hay aún Yo o Self, ni tampoco "existe el bebé" o el "individuo" para recién desbaratar. Como diría Winnicott, el trauma primario infantil genera un Derrumbe, se rompe la continuidad del SER, queda coagulado el Derrumbe que se teme, se repite, queda fijado. Winnicott propone un camino a la Regresión como intento de reparación del Self taponeado por un Falso Self infectado de normopatía o normopático para así en su poca creatividad o rigidez no pulverizarse en hemorragias de sufrimientos.

Como dijo Freud (1896, 1911, 1914, 1924, etc) el psicótico requiere dicha neocreación del mundo para estabilizarse y no fragmentarse, es decir, la psicosis es un intento de reparación para no caotizarse. Si bien en Freud, Ferenczi, Winnicott, Bion, Klein, existen las defensas psicóticas súbitas de emergencia (maniacas y/o de fragmentación) que provocan demoliciones dejando fragmentos disueltos (seudo-creativos libres), el proceso de restitución como neocreación es crucial en las psicosis. Solo en casos MUY graves de psicosis o daño neuronal severo dejan un puro caos libre en todo ámbito. Además, las psicosis tienden a desparramar su proceso primario con mayor énfasis en ciertos terrenos más acotados que otros, mientras, las más agudas, son más seudo"creativas" floridamente en lo caóticamente inestable en casi cualquier rincón sin acotar.

Aunque para Deleuze el Des-territorializar no es todo el proceso, le importa también la RE-territorialización, a la cual Deleuze, le otorga MUCHA FE y OPTIMISMO a los medios y modos en que el psicótico re-territorialice con su espléndida "creatividad" salvadora que lo rescate más dichosamente que el síntoma común neurótico.

Deleuze desconoce que la RE-territorialización neurótica procede a ligar, menguar, de un modo menos turbulento de retorno de angustias, que una inestabilidad psicótica. Aunque de lejos pareciera que el psicótico quien se cree rey o emperador estaría a salvo del dolor. Es ilusión, pues la neocreación o nueva síntesis de re-territorialización es un parche que paga un alto precio para plegarse así.

Deleuze imagina a un psicótico heroico que escapa del remordimiento, deuda o la responsabilidad de maquinaria capitalista, siempre a la fuga rizomática en crear nuevos roles, nuevos personajes e historias creativas. Pero Deleuze olvidó que la posición esquizo-paranoide es más bien un océano de ansiedades, angustias y persecuciones por muy productiva y abierta sean algunas multiplicidades (otras más bien son rígidas en repetición).

Contrariando ese modelo de Deleuze donde la Psicosis sería una forma de desorganización que impulsa a la producción libre desde el plano de consistencia. En Freud es al revés, la desorganización invoca a una síntesis: algo que repare de alguna manera. Las pulsiones desligadas en puro Ello más allá del principio del placer, requiere una primera ligazón que lo otorga la madre, lo estabiliza, de a poco distingue el estar dormido del estar despierto, del alucinar el pecho a retenerlo a su expectativa de espera, etc.

En otras palabras, para Freud la Psicosis es reparación y neocreación para intentos de estabilización al caos fragmentario, no es un puro devenir al caos rizoma como buscaría Deleuze (que muchas veces parece cáncer en metástasis de rizoma). Pues aún al buscar el caos o el ataque al aparato psíquico (-K), lo que se busca es reparar algo. Guattari también se olvidó de las ansiedades, persecuciones y angustias graves de la posición esquizo-paranoide en psicosis. Ingenuidad es creer que la neo-síntesis psicótica es la llave a la vitalidad pontencial a la Spinoza.

Aunque Deleuze contrapesa sus excesos de libertaria fragmentación (creación de mónadas sin freno) desde el Spinozismo, el barroco, etc. Su vitalismo expresa la vida en forma de metástasis cancerígena celular (rizomática) en vez de células autopoiéticas vivas. No digo que Maturana sea la mejor respuesta a los excesos de Deleuze, pues pienso que Piaget concilia ambas propuestas en sus nociones de los desequilibrios en sistemas emergentes.

Tres Clínicas de Lacan: Actor psicodramático, escanción al vacío, nihilismo absurdo performativo dadaista

Como vimos anteriormente ( http://repetir-deconstruir-elaborar.blogspot.com/2025/08/premio-nobel-de-fisica-para-los.html ), Lacanianos deliran extrapolando donde un líquido calentado al hervir, pasaría a dicho estado por mera discontinuidad: un rayo seudo-divino separó un estado del otro sin diacronía, sin cronología, sin continuidad alguna.

El mundo cuántico con cortes abruptos del tiempo-espacio, eclosionaría por medio de vacíos y sus agujeros de nada. Por tanto, necesariamente la tarea Clínica deberá emular aquello. Es decir, suturar fonemas por un lado con vacíos por otro. Sonido y silencio: 0 y 1. Ser y no-ser. Causal y A-causal. La dimensión cuántica se homologa a la realidad clínica a priori.

Lo no total, lo in-total, no completo, aquello no calculable de lo en-sí mismo, les da derecho a sostener el caos no tan caos, la nada no tan nada, para desplegar su clínica de cortes de sesión que estafan peor que taxímetro adulterado.

Cid Vivas (2004) en su texto "Lógica de la sesión corta". El autor nos ofrece un resumen del momento más cúlmine o supuesto climax clínico en un corte de sesión: "Esta mujer, aún joven se sienta una vez más frente al analista. Tras el silencio con el que inicia sus sesiones dice: “Ya no quiero vivir más en la basura”. Esa es toda la sesión, pues el analista la da por concluida. El contexto es el comienzo de la práctica con sesiones que no son ya de tiempo fijo sino la utilización de sesiones más cortas, donde además el corte marcara la evidencia de una intervención del analista."

Por lo menos así dejaría una mera huellecita pese a su búsqueda de eyacular lo más precoz posible abortando la sesión).

Continúa Cid Vivas (2004) procurando que: "El analista lacaniano al menos, no puede llevar las sesiones preparadas, porque el eje de su acción está orientado por lo Real y éste es imprevisible."

Vale decir, el analista mientras menos preparado y más improvisado, su actoral actuado sería más seudo "Real".

Cid intenta justificar su intenvención como adaptación al "sin-sentido", ampliando: "Volveré a la sesión cuya duración es esa frase: “Se trata de una paciente con un largo recorrido en análisis y que a pesar de que todo su trabajo anterior fue hecho con sesiones de 50 minutos o una hora, no le planteó muchas dificultades adaptarse a sesiones cortas.

El querer continuar su análisis, era porque una vez más su relación de pareja había fracasado sintiéndose responsable de ese fracaso.

El sentimiento de que ella vale poco para los padres, comparado con el valor de sus dos hermanos, especialmente el mayor, marcó indeleblemente su vida. En realidad podemos incluso atisbar que todos esos significantes no sólo con los que se define, sino bajo los cuales vive lo más cotidiano de su existencia, no son sino el intento de dar un sentido a ese hecho, a ese acontecimiento sin sentido, que es ser hombre o mujer. En este caso, ser una mujer, parece que es realmente el trauma y la desvalorización corresponde a la interpretación por el inconsciente de ese Real.

Así “Ya no quiero vivir más en la basura”, es una conclusión de toda una etapa de trabajo analítico que apunta a una desidentificación.

Es por eso por lo que tiene cabida ahí el acto analítico en su versión corte de sesión.

Aquí está claro que no se trata de alimentar más un sentido del que el síntoma se nutre a porrillo, sino de separar el sentido de aquello que por ser Real, precisamente no tiene ningún sentido." (Vivas, 2004)

Posteriormente el autor, se anticipa a priori en una adivinación que por ahí huele lo Real del asunto. Implicando consigo separar artificialmente el sentido puro de lo Real pleno absoluto que no tiene, sin más para él, "ningún sentido":

"Pero en ese corte mismo de la sesión, debemos de considerar dos momentos. Primero la conclusión de la analizante y luego el corte por parte del analista. Entre uno y otro lo que hay es un vacío. El abismo insondable que Lacan escribió con el matema S de A tachada." (Vivas, 2004)

Al modo de intervenir así, si hay supuesto "vacío" es meramente por la acción conductual que corta el analista en el proceso, dejando un grosero vacío de sentido en su burda intervención psicodramática de cortar el telón sin aviso:

"Se comprende cómo es la prisa lo que ocupa ese lugar vacío entre la conclusión y el acto, pues si no existiese la prisa la analizante ya estaría hablando de otra cosa y no sería posible tal sesión. Porque en efecto, se trata de una sesión construida por el analista." (Vivas, 2004)

Imagino siguiendo a Cid, que la gran prisa de drenar puro vacío como un orgasmo veloz, bajo su brevedad culmina eyaculando pura nada y vacío. Con tal prisa precoz que evita hablar otra cosa, cuyo precoz orgasmo, debemos abandonar al compañero-motel de la cama bruscamente o simplemente vetarlo de la habitación. De lo cual ahí coincidimos que es "una sesión construida por el analista".

"Una sesión inventada, incluso arriesgada si quieren, pero que no es caprichosa, porque si bien la decisión atraviesa un no saber, una ausencia de significante, es de las cadenas significantes que ha desplegado el analizante desde donde toma su razón de ser.

La aventura no es el capricho. Demostrar un Real. Es todo el asunto. El problema es que el Real del que se trata para Lacan es un real sin sentido y entonces el camino de un análisis va en la reducción del sentido del síntoma hasta el Real que es su hueso. Y es el acto analítico el que procede a la manera del acto quirúrgico con una clara escisión.

Y en cada sesión el corte de la misma se asemeja a ese acto quirúrgico, que separaría el sentido para permitir que lo Real no sólo se muestre, sino que se demuestre." (Vivas, 2004)

Para resumir lo aportado: Te muestro un sin-sentido, un psicodrama conductista de corte enigmático que sería el hueso sabroso o su metal precioso que toca el manoseado Real que genera.

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Contiuando con el texto titulado: La métrica y la rítmica de L. D’Angelo (2003). Nos introduce que: "En la práctica de las sesiones de duración variable, es un recurso de la acción analítica que permite designar el momento de la interrupción o de la suspensión de la sesión misma. Es decir, producir una escansión, para segmentar en el tiempo y en el espacio, la amplitud del discurso del analizante. En ese sentido, es legítimo proponer que, la sesión analítica es en sí misma una escansión."

Por tanto, habrá que ser un dios omnipotente y omnisciente para segmentar tiempo-espacio su amplitud, donde la sesión es en-sí misma, una mera escansión. Como si el discurso fuera una mera reproductora grabada que podemos pausar con un botón de corte tipo director de cine (esto para Tiempo puro), pero ya desde el Espacio, tenemos la cortesía de abortarlo de la habitación clínica y abandone el teatro. No sin irse con una cara meditativa al marcharse, propia cara de compungido al escuchar su maestro zen en un monte exiliado).

Añade D’Angelo (2003) la sorpresividad forzada: "Esa variedad de escansión, tiene el propósito de ser la de una detención, la de un cesar y la de un recomienzo, en la conclusión de la cita que invita a un próximo encuentro. Sin dejar de considerar que, también, dicha escansión, produce en el sujeto, el tiempo del impasse, entre una sesión y otra.

En este sentido la escansión está íntimamente ligada a la función de la interpretación, que si es verdadera, siempre confronta al sujeto al efecto de sorpresa, tanto al analizante, como al analista.

Sorpresas de las formaciones del Ics, en la superficie de la cadena asociativa, porque implica el desciframiento. Y acontecimientos imprevistos de la “rítmica” de las pulsiones, que producen los desarreglos del goce.

Pero sabemos, que el efecto de interpretación sólo puede valorarse a posteriori. Así, puede considerarse que, la escansión, por sus efectos, puede funcionar como interpretación, pero que no toda interpretación, es una escansión."

Para D’Angelo (2003) a priori la sorpresa es desciframiento mismo, vale decir, necesariamente una plena interpretación a toda ley "Real". Hay que ser pacientes para que el ingrediente clave emerja y en cuanto surja escandiría con teatralidad "rítmica" sorpresiva. A pesar que, no toda interpretación alcanza lo sabroso de una escansión gourmet.

D’Angelo (2003) pretendiendo injertar una nueva "lógica", conjetura que: "Lacan pretende poner en escena, un sujeto de pura lógica atemporal, que no es articulada a la visión simultánea de los elementos, como lo evoca, la lógica. Sino una conclusión intrínsecamente temporal ligada a un acto, al acto analítico."

Por tanto, Lacan pretendería emular el proceso primario atemporal de la ensoñación con su acting conductual de escansión. Una suerte de sincronicidad Jungiana universal inconsciente que nos conectaría mi atemporal corte con su atemporal sorpresivo sin-sentido hacia lo místico Real arquetípico.

En contra de la causalidad y linealidad, D’Angelo (2003) nos vende una idea supuestamente muy novedosa en la epistemología, salvandonos del oscurantismo del cual somos ilusos: "El esquema se inscribe en sí mismo en falso contra la nominación unívoca de la sucesión. Lo que aparece como anterior y posterior en el primer vector, encuentra un orden inverso en el segundo vector. Es un esquema de topologización del tiempo que supone introducir una puesta en forma significante de lo Real, que nos hace poner de relieve las relaciones que desmienten la evidencia simple de la sucesión."

Lo burdo expresado aquí, no deja más remedio que comentar a modo sarcástico, como si se hubiera descubierto la pólvora: existen propiedades psicológicas más allá de la simple sucesión. Con eso, Piaget se habría desmayado al descubrir esto mismo, James no podría creer tal ingenio, Freud jamás reflexionó sobre algo más complejo que la linealidad sucesiva.

Acompañado de lo Real y de sus tijeras mágicas, D’Angelo (2003) concluye: "El analista lacaniano, que orienta la cura hacia el encuentro con lo Real, no sólo está convocado a hacer uso de la escansión como instrumento analítico, sino que asume la lógica que subyace al discurso analítico . A condición de estar advertido que para estar a la altura de su acto, la acción de escandir la sesión, no sólo significa segmentar, cortar, el tiempo de una sesión a otra, sino que ella debe producirse en el momento preciso, a la hora del objeto a. Solo el tiempo tres de la conclusión, le indicará a posteriori, que la escansión de la sesión, no se ha producido ni antes, ni después; sino a la hora justa."

Hola! quisiera unirme a la Secta para un encuentro con lo "Real", donde la escansión será el ritual para alcanzar la hora del objeto a, en el momentito preciso. No suena para nada new age de sectas, todo resuena muy clínico y Real en la performance de su acting psicodramático.

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Harari, R. (1987) en "Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis de Lacan", nos sitúa en la superioridad de este tipo de intervención por sobre cualquier interpretación: "La vacilación calculada puede valer, entonces, más que innumerables interpretaciones. Es un tipo de intervención que provoca un impactante efecto". (p.167).

Este juego de rol psicodramático actoral del analista, que busque sorprender lo que no se espera, Harari lo define en que: "El modo, muchas veces, de provocar un efecto analítico, es justamente hacer calculadamente lo que no se espera del analista. Les brindo un ejemplo muy simple. Un analizante llega a sesión media hora más tarde de lo convenido. Al arribar, señala que sólo viene para “avisar”, y que se va, porque se terminó “su” hora. Alli, el hacerlo pasar sería una intervención de este tipo. No interesa si a continuación venía otro paciente. Parecería ser, en ese caso, que se dio sesión cuando el analista quiso, o que se accedió a la demanda, que no se frustró la misma, etcétera. Si pensamos, por el contrario, en la propuesta convocante a la singularidad y no a la generación de normas —como si fuesen recetas—, la situación cambia. El analizante llegó tarde a la sesión dando por sobreentendido que iba a encontrar al analista en cierta posición. El hacer que no lo encuentre en el lugar que lo esperaba hace al orden de la vacilación calculada de la neutralidad; apunta, pues, a un encuentro fallido. Este movimiento forma parte de una serie de maniobras de la transferencia. Es una intervención en acto, un acto analítico, porque de allí emerge, se roza, un efecto de verdad —semi-dicha—, en el cual no está ausente la dimensión de la interpretación. (p.168)

Sobre el nihilismo clínico, tempranamente Lacan en su Seminario 1 dice: "«De esto se trata al fin de un análisis; de un crepúsculo, de un ocaso imaginario del mundo, incluso de una experiencia que limita con la despersonalización.»" (p.339).

Luego Harari lo justifica con la teología del ex-nihilo y jugar con al psicosis: "Indudablemente, lo de despersonalización resuena muy duramente, porque aparenta acercar el análisis a un ejercicio de carnicería iatrogénica. Se trata de un concepto extraído directamente del campo de la esquizofrenia; sin embargo, no hay por qué temerle a la concepción denotada por el término, tal cual es retomado por Lacan.

Yendo por partes, encontramos que el enunciado “en el 1ímite” no significa, no apunta, a una estricta despersonalización. No obstante, sí la hay en aproximación, porque el sujeto pierde, en esta circunstancia, los baluartes narcísicos que lo sostienen como un yo. La pérdida, claro, no es definitiva; tampoco se trata de una posible psicotización. Si alguien es neurótico, no lo convertiremos por esta inflexión en un psicótico; tal presunción, en verdad, no es más que otra de las ilusiones sobre los presuntos poderes ilimitados del análisis. Es posible sin duda— que, tal vez por prisa, tal vez por una mala captación del suceder de las entrevistas preliminares, tal vez por ambos motivos, un análisis pueda desencadenar —no determinar- una psicosis en un sujeto prepsicótico. Allí se argumentará, con certeza, que el psicoanálisis tuvo la culpa. En cierto sentido le cabe la responsabilidad, en tanto fue la práctica por cuyo intermedio se desencadenó la psicosis. Pero allí no se gestó, no se produjo ex nihilo —de la nada— sino que conformó, reitero, el fuctor desencadenante." (p.185)

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Un ejemplo canónico del yerno de Lacan es de J.A Miller (1987) en su libro "Introducción al método psicoanalítico". Claro ejemplo de su Corte psicodramático de "gran cuantía" $$$ en estafa, el yerno de Lacan nos da su ejemplo:

"«El hombre vuelve la semana siguiente (no voy a denominarlo paciente) diciendo que había pensado, después de salir de la primera entrevista, en telefonear para decir que quería anular el segundo encuentro porque no iba a iniciar un análisis.

Al escuchar eso, yo dije: "-Pues bien, en tal caso ..." y corté la sesión.

Fueron tres minutos de sesión y esta vez hice que me pagase.

No voy a decir la cuantía, pero era, por lo menos, el triple del precio de una sesión cara, eso después de tres minutos.»" (p.64)

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Podemos sumar a lo que ya hemos revisado del: "corte al vacío", "actor psicodramático", "nihilismo", agregar ahora el "absurdo performativo" dadaista. El propio Chamorro, J. (2011) en su libro "¡Interpretar!". Consigna que de última, la "interpretación debe ser corta porque si es más de una frase, empieza a ser explicativa. Y la frase explicativa refuerza el yo y refuerza los síntomas. Entonces la intervención lacaniana psicoanalítica, si dice más de una frase o más de una palabra, o más de una interjección, o un ruido o algo que se parece, que Lacan toma del estilo zen de la intervención, si va más allá de eso va a adquirir algo de sentido, y la intervención psicoanalítica pretende escapar al sentido." (Chamorro, 2011:12)

Más aún, al gritar por la ventana palabras sueltas tipo Budista zen bajo enigmas: “tenemos que encarnar la sorpresa de la intervención. Por eso no está mal, Lacan lo hacía también de esta forma, que la interpretación sea una voz en el momento en que el paciente se aleja del consultorio, cuando ya no lo espera. Lacan alguna vez gritó alguna interpretación por la ventana de su casa a un paciente que estaba alejándose" (Chamorro, 2011:21).

Más claro no pudo ser Chamorro (2011) al justificar con su ejemplo: “El paciente viene a hablar de tres sueños que contó, de una cosa muy importante que tiene que hablar, y el teléfono le hace una interferencia, empieza ring, ring, ¿cuál es la interpretación?, ring, ring, se terminó la sesión, o sea, es la irrupción de lo extraño tomando el factor sorpresa imprevisto del inconsciente (…) usarlo y hacerlo presente. Eso ataca el narcisismo, eso se llama castración, aunque sea un teléfono que suena a pesar nuestro. Eso es lo que al sujeto lo incomoda. Como nosotros lo tenemos que incomodar con nuestras intervenciones, incomodar su narcisismo (…) aprovechamos y le echamos la culpa al teléfono y decimos "Bueno, el teléfono intervino, interrumpió, la culpa no la tengo yo, la tiene el teléfono". Digamos que es hacer presente lo que ataca la consistencia narcisística del yo" (p.14-15).

Premio Nobel de Física para los Psicoanalistas Lacanianos: Entrelazamiento cuántico del vacío-nada-corte creacionista

+*Entre las citas se añade (Comentario Diego:) +*

-Canyelles (2023) en su "Creacionismo y causalidad en el psicoanálisis lacaniano" para la IV Jornadas de Investigación Científica de APOLa Internacional.

Nos introduce su teología mística en que: "si en nuestro programa figura la creación de la nada, debemos estar en condiciones de definir nada. Esto implica pensar lo que no es: el vacío."

Posteriormente Canyelles, se pregunta desde la física y el Big Bang como místico: "¿A dónde llegamos con esto? A la afirmación de que el vacío tiene propiedades, estructura y hace cosas. Lo que es lo mismo, que el vacío no es nada. Ahora bien, los desarrollos en física no solamente nos permiten examinar el vacío. Alguna de estas teorías ha tenido derivaciones cinemáticas —i.e., efectos que no tienen causa—, con lo que se infiere, más allá del vacío, una nada. El ejemplo más clásico de derivación cinemática es el efecto túnel, un fenómeno bastante conocido que rompe con el principio clásico de la conservación de la energía. ¿Qué quiere decir esto? Que hay situaciones energéticamente imposibles, que ocurren potencialmente. Las consecuencias de esto llevó a la cosmología en los ochenta a pensar la creación de universos de la nada, avances científicos de cuya importancia estamos alertados gracias a los trabajos de Eidelsztein sobre el Big Bang."

Obviamente, Canyelles recita la teología mágica que enseñó su San Lacan: "En el mismo Seminario 9, diferencia la nada del vacío al ubicar dos repeticiones (D+d) en la figura topológica del toro: una, en función del objeto a causa de deseo —donde sitúa un vacío— y, otra, en función de la demanda —donde sitúa lo que llama una «nada fundamental»—. Esto plantea que la nada es una necesidad lógica de la frustración y se articula al sujeto a través de la insatisfacción de la pulsión. Que el significante mismo de la repetición en la demanda no circunde el vacío del objeto a, sino otro agujero, la nada."

Prosigue Canyelles en teologizar lo vacío y la nada desde Lacan: "En el Seminario 19, la nada y el vacío aparece indistintamente al teorizar, con base en los fundamentos de la aritmética fregeana, la inscripción de una inexistencia.

Analizar cuál sería el estatuto de la inexistencia —que no es la nada— requiere de una argumentación que no nos atañe (...) Sitúa lo que Rodríguez Ponte traduce por «nadización» o «nadalización»"

-Canyelles en su artículo La creación ex nihilo: sobre la necesidad de la contingencia (2023).

Canyelles anuncia la Nueva Era (new age) de la Nada, profundiza más en su seudo-postulación al Premio Nobel de Física: "Me refiero al campo de Higgs, el cual permite emerger vibraciones, que son partículas elementales, en el vacío cuántico. Entonces, la concepción del vacío de la física cuántica no nos ayuda a explicar la creación ex nihilo. Es más, la nada iría en contra de la relación de indeterminación de Heisenberg: si se sostiene una nada, sería posible calcular la (ausencia de) energía exacta en más de un instante concreto de tiempo —una determinación que, en mecánica cuántica, debería ser incierta—. Ahora bien, ¿hay alguna teoría física en la actualidad que se proponga conceptualizar la nada? La cosmología cuántica, en su principio, sí sostuvo la emergencia ex nihilo, pero esto ha sido muy criticado por los físicos contemporáneos, ya que viola los principios de conservación de las teorías que pretende sintetizar —la mecánica cuántica y la relatividad general—. Ahora bien, hay nuevos modelos que vuelven a proponer una pura nada en cosmología (...) Estas teorías, aún sin determinación experimental, buscan validarse a partir de cálculos probabilísticos que se basan en el principio cosmológico —el universo es homogéneo e isótropo— y la teoría del universo inflacionario. El resultado de estos cálculos obligan a sostener cosmológicamente una nada anterior a las fluctuaciones del vacío cuántico en el inicio acausal del universo. Solo si un universo es cerrado, su magnitud total de energía puede valer matemáticamente cero".

Define su Programa investigación científica en que: "Nuestro PIC rechaza el evolucionismo en psicoanálisis y sostiene de forma hipotética una posición creacionista —creación ex nihilo—. Propongo bosquejar esta lógica con base en la formalidad del lenguaje matemático, es decir, a partir de signos vacíos de sentido."

En cualquier momento el próximo Premio Nóbel de Física será otorgado a un Lacaniano sobre sus trabajos de la "nada" y lo "vacío" (sin duda!...).

Mucha burla y polémica cuasa la frase de Heidegger sobre "la nada nadea" o "el mundo mundea". Pero no le llegan ni a los talones los delirios de Lacan y Lacanianos como Canyelles, Eidelsztein, Badiou, etc.

Todo lo referido acompañado de referencias a la física cuántica, no nos extrañe que las risas que causó a Bunge o Sokal la verborrea new age de la física contemporánea. Porque claro, no basta con que el psicoanálisis a modo omniabarcante, se trasplante sobre antropología, lingüística (lingu(h)isteria o lalengua como prefieran) beber de la filosofía, su apetito voraz arrasa con la física cuántica en su vertiente de nada o vacío. Supongo que ya queda poco para que el psicoanalista incursione en reparador de aspiradoras que ahuecan y absorben la nada, además del merecido Nobel en Física.

En la nueva moda de Filósofos, hay uno de ellos muy popular, discípulo directo del lacaniano ortodoxo Badiou, llamado Meillassoux. Tanto Badiou como Meillassoux son los Lacanianos (junto con Eidelsztein) más místicos en teología del vacío, la nada y el caos.  Pero, entonces, ¿qué aportan supuestamente para estar tan de moda en gremios Lacanianos? Sencillo, fabricar nuevas maniobras de hipótesis ad hoc para vestir a la nada y al caos formas místicas que puedan operar para resaltar los "acontecimientos" y sus "rupturas-cortes".

Ya autores con mejor rigor y serios desde los Presocráticos, pasando por Aristóteles, Leibniz, Hume, Kant, Hegel, Sartre, cada uno de ellos trabajó en las formas y no-formas en que la Nada y el Caos pueden advenir-repetir-destruir-crear-etc. ¿Y entonces? Badiou y Meillassoux proponen una re-versión caprichosa de la nada tejida ad hoc a sus justas medidas por cada enunciado, vale decir, germinan sus no-todo, no-tan-nada, vacío no tan vacío, caos no tan caótico, caos que no perturbe leyes, contingencia sin cambiamos drásticos que rompan otros márgenes, hipercaos como un caos-estable, etc. En resumen, aparecen amplio surtidos de: tantito no tanto, si un poco aquí y algo en allá.

Sabemos que desde los presocráticos ya se trabajó la idea de nada como algo o vacío como Uno en sus lógicas posibles. Son sistematizadas en hipótesis lógicas múltiples en cada consecuente. La diferencia con Meillassoux (mucho más que en Badiou) es que mezcla de forma burda y torpe todos los principios a la vez en una juguera, en otros, saca un pedazo y acomoda algo en otro con total indulgencia lógica. Para que incautos lectores anexados a cháchara de física cuántica caigan en la fascinación de poder "desentrañar" los vestigios más indómitos del universo en su cosmo entrelazado cuánticamente.

Para decirlo ahora en modo más sencillo, Sartre refería que lo "faltante a la luna llena" lo ponemos nosotros como algo incompleta, la luna no tiene un vacío a por llenar (faltante). Por tanto, si abusamos de la incompletitud del conjunto o el no-todo posible que complete los múltiples, esto no da fé a que eregimos un hueco ahuecado vacío o sustentamos la nada como creación tipo sombrero de mago que en su hoyo negro del sombrero saque un conejo a la magia ex-nihilo.

Para decirlo ahora con Piaget, si hemos logrado alcanzar lo Operacional Concreto lógico, sabemos que no existe el vaso medio lleno ni tampoco el vaso medio vacío, el vaso siempre estará relleno de aire y/o con líquido. Pero obviamente decirle esto a un Lacaniano es imposible que comprenda, pues, aparte de no leer a Piaget, no han alcanzado como mínimo lo Operacional Concreto lógico para evitar sus fugas a la teología mística.

Cayelles de algun modo, tiene pequeñas nociones a medio camino entre lo Pre-operacional y lo Operacional Concreto. Donde alude una especie de "nada" pero no "vacía", una nada que sería algo que haga, aunque nunca diga en dónde, cómo, cuándo ni de qué se trata. Como veremos solo logra establecer una nada no tan nadita, solo algo nada pero tantito a nada pero no nada del todo, solo no-toda nada ad hoc ajustable.

Como sabemos, el Creacionismo ex-nihilo y el Evolucionismo son marcos radicalmente opuestos. No hay que malcreer erráticamente que la Evolución no cambia ni se transforma en nuevas rutas múltiples creadas desde sus propios cordones a través de modificaciones temporales. Canyelles forzadamente impone por regla que la evolución es fija, lineal, sin creatividad, girando en su mismo eje. De modo que Canyelles vendría a salvarlos del oscurantismo Evolucionista y nos prepara el cebo de que el Creacionismo Ex-nihilo es el único camino al verdadero absoluto regimen de la creación (desde la nada mágica).

Canyelles nos toma por ignorantes, al conjeturar que la evolución es una linealidad carente de pluralidad en raíces múltiples. Canyelles busca engañarnos haciéndonos creer que la Evolución no podría dar cuenta cómo del mono nacen los humanos, como si la evolución fuese un rompecabezas previamente ya completo, engrapado a una linealidad causa-efecto directa sin complejizarse en múltiples rutas creativas.

La teoría de la Evolución (opuesta al creacionismo ex-nihilo) es un constante dinamismo del cambio, fuente de reordenamientos y transformaciones. Cuyas evoluciones a través del tiempo son tan tremendas que no pocos aún creen que el paso de la familia de simios al homo-sapiens fue producto de un corte o rayo divino que cortó-fracturó-quebró-acontenció algo "acausal". Razonamiento último que en su Lógica mágica de la nada, aguarda la misma operación con todo el movimiento religioso de obligar a las Escuelas enseñar de igual a igual el Creacionismo Bíblico o de Lacan (Canyelles).

Antes que vengan a decir que Darwin en el S.XIX era determinista-mecanicista bla bla. Darwin mismo reconoce que la teoría de la evolución EN PARTE se comprende con la selección sexual, pero que obviamente hay otros aspectos en juego ante la gran complejidad evolutiva, de modo que sí, también incluye factores geo-clima-demo-psico-sociales, etc. Esto por no mencionar además la evolucion en Teoría de Sistemas en 2da Cibernética o la Epistemología Genética de Piaget o incluso la Autopoiesis de Varela, etc.

Pero para Canyelles, solo la magia a-causal de la nada en el Ex-nihilo es creador "realmente". En lo pre-operacional de Piaget, un niño precipitadamente dirá que si el agua hierve al punto de ebullición fue meramente un salto-corte de líquido a gas sin intermedios o transición alguna, no habrían numerosas modificaciones sucesivas o levemente perceptibles (a la Leibniz). Por tanto, se quedan con el efecto final como causa-propia-de-sí encapsulada increada ex-nihilo de la nada. Eliminan toda crono-lógica diacrónica por una desnutrida sincrónica lógica al vacío mágica causa de sí Tomista mística ex-nihilo.

Terminando con este texto de Canyelles "La creación ex nihilo: sobre la necesidad de la contingencia". Consigna además que: "esta causalidad actualizada la denominamos acausalidad y constituye nuestra verdad: la intotalización."

Definiendo consigo con el objetito a: "Si definimos el objeto a en relación con la acausalidad, el correlato objetivo de la emergencia de una ruptura o un corte, podemos comprenderlo como una identidad especulativa del absoluto en psicoanálisis: la necesidad de la contingencia.

Para rematar su anti-cronología, su anti-diacronía, finalizando: "De este modo, el tiempo deja de ser una actualización de una semilla del pasado y se convierte en una creación que no preexiste a nada a su propio advenimiento."

Recordemos que ya antes Jung intentó en su delirio postular la "A-causalidad" con la "Sincronía". Ambos autores comparten delirios compatibles en lo igual de mágico.

-Canyelles (2024) en su texto Análisis modal de los términos tyche y automaton en psicoanálisis.

Diferencia teológica entre "azar" y "contingencia": "con contingencia Lacan alude a la lógica de las modalidades, porque el azar está ligado a una concepción finalista de la causa que no se ajusta a la repetición en transferencia y, finalmente, porque la contingencia permite caracterizar lo que es inteligible sin ser concebido de manera determinista, al contrario del azar, que tiene sus leyes probabilísticas."

(Comentario Diego: Es obvio y hasta banal decir que no podemos predecir en todas las posibilidades imaginables en cada conjunto de leyes probabilísticas. Las variaciones que no están consignadas en la predicción o anticipación, se puede recalcular retrógradamente en sus multiples co-determinantes, pero nunca expuestas a manera perfecta. Pero homologar que eventos macros así se ajustan a una especulación con lo micro-cuántico como idéntica tyché o rotura radical tiempo-espacio o a-causal, cae en la charlatanería mística new age de lo cuántico como mágico). Podria aparentar ser un encuentro místico mágico con una contingencia a-causal que implosiona a la novedad absoluta encapsulada de sí, pero no implica que aquello remita a un referente "acausal de quiebre rupturista" o que se teletransportó magnitudes cuánticas a sucesos macros complejos.)

Canyelles continua: "el automaton que refiere al azar, mientras que la tyche remite al encuentro. Por azar entendemos el cálculo de chances inherente a todo juego de dados o en el propio fort-da —recreación perpetua de la presencia y la ausencia en el campo del significante—. El azar produce una clausura inalterable del número de posibles. Por ejemplo, un dado, tiene seis chances. En cambio, el término contingencia (contingere) remite a cuando un suceso escapa a lo posible. Algo que es capaz de no ser o que pudo no haber sido, o que pudo haber sido otra cosa."

(comentario Diego: Si al tirar una moneda en sus caras caen a costado como cara o sello, podría caer de pie sin mostrar ninguna de las dos y presentar 3 posibilidades y no dos. Dicha tercera inesperada o fuera de los cálculos se hace como creación ex-nihilo propia de lo "contingente", su pleno tyché de "encuentro". No obstante, por soprendente sea la (im)probabilidad de que la moneda caiga así, no podemos a priori envolver aquello como un rompimiento que desgarra todo tiempo-espacio en un acontencimiento místico a la nada que traspase lo imposible. Más bien, podemos rastrear las condiciones múltiples que derivan a que caiga de pie y no de otra manera, antes de edificarlo como un mágico "Real" disyuntivo del tejido circundante aislado como A-causal, "Nada" o "Falta".)

Siguiendo aquella contingencia no-radical o no tan rupturista, caotico a la creación pero no tan caótica ad hoc. Canyelles en su cita 3, copia el mismo argumento de Meillassoux: "Que las leyes puedan modificarse sin principio o razón no implica, matemáticamente, que se modifiquen frecuentemente o de modo desenfrenado. La estabilidad de las leyes no depende de su necesidad. Cf. “El problema de Hume” (Meillassoux, 2015)."

(Comentario Diego: Aquí usa el comodín del caos no tan caos, la contingencia que no es tan contingente en algunos embrollos, todo a la medida ajustada de sastre ad hoc para no incomodar en un delirio explícito no concordante.)

"Que la estructura del campo analítico se sostenga sobre la lógica del no-todo no implica que no sea posible cerrar un sentido en un caso particular, la fimción de la escansión, o que todo punto de llegada en un análisis sea el neurotizante “todo no se puede”."

(comentario Diego: Acá vuelve con su comodín de siempre del "no tantito, un poquito de maquillaje por aquí y un retoque por allá para reajustar ad hoc".)

"Esta necesidad de la contingencia es la subversión lacaniana de la lógica aristotélica, la cual implica la posibilidad de una emergencia que surge del encuentro entre dos cadenas causales distintas y que no se encontraba en potencia."

(comentario Diego: Como una novedad muy nueva jamás antes dilucidada en teoría de sistemas, epistemología genética o en autopoiésis. Canyelles lo plantea con léxico lacaniano, como si este mismo figurase en resolver los pasajes más novedosos en reflexión. De este modo requieren la "como una Estructura", su propio callejón que no se vea contaminado por la Génesis del devenir, en búsqueda de una Estructura increada causa de sí o Ex-Nihilo. Ya conquistado dicho lugar se empeñan a desmentir lo que otras ciencias o disciplinas aportan, pues sean cuales sean, no rasca ni a los talones su tejido encapsulado totalmente cerrado del agujero, nada, cero, vacío que ellos juegan con magia).

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Otro ejemplo, Bruno Bonoris (2019) en su libro "El nacimiento del '$ujeto'", comenta sobre la "Causa" que:

"Para Lacan, la causa material del objeto de la ciencia, de lo que está hecho, es el significante, algo que surge del agujero o de la nada: “es del lado del agujero que hay que ir a buscar la causa material”. La asimilación entre el significante y la nada no resulta sorprendente, siempre y cuando tengamos en cuenta que un significante en tanto tal no significa nada, y que toda articulación significante es correlativa con el surgimiento de un intervalo entre ellos, lugar donde habitan el sujeto y el objeto del psicoanálisis. La creación a través del significante es una creación ex nihilo.

Los ejemplos que presenta Lacan para transmitir la idea del objeto como agujero son heterogéneos. El primero es el del “pote de mostaza” (p.43)

- Recordemos lo que Lacan (S.XVI 1968) señaló a la luz de la mostaza: "es precisamente por estar vacío por lo que asume su valor de pote de mostaza. Es porque la palabra mostaza está escrita encima. Pero mostaza [moutarde] quiere decir que ese pote no ve el momento [moult lui tarde] de alcanzar su vida eterna de pote, que comenzará cuando sea agujereado.

En efecto, con este aspecto lo recogemos a lo largo de los años en excavaciones al buscar en las tumbas el testimonio del estado de una civilización. Se nos cuenta que la vasija está agujereada en homenaje al difunto, y para que el viviente no pueda utilizarla. Por supuesto, es una razón. Pero tal vez haya otra, a saber, que la vasija está hecha para producir este Agujero (…) Aparece entonces lo que es la estructura del pote - no digo su materia-, a saber, correlativa de la función del tubo y del tambor"

- Prosigue Bruno para aterrizar su new age como "a-cósmico", concluyendo: "En resumen, Lacan destaca que la causa material de los objetos a partir de la ciencia moderna surge de un agujero, algo que falta en el mundo. El sujeto de la ciencia es un corte y el objeto una falta; dicho de otro modo, un agujero.” No obstante, esta no es la única consecuencia del objeto entendido como acósmico. "(p.44)

- Como buen seguidor del místico sectario Alfredo Eidelsztein Bruno nos presenta su mágico objeto a-cósmico (nótese que dar "a-" como: a-materialidad, a-significante, a-nada, a-bigmac, a-coca-cola, le da alcurnia epistemológica propia, como lo post-hiper-neo-modernismo de turno):

"Desde su nacimiento “sólo podemos calificar el espacio donde se despliegan las creaciones de la ciencia como la insubstancia, como la acosa, L'acosa con apóstrofo. Hecho que cambia completamente el sentido de nuestro materialismo”. Este materialismo es un moteralismo, un materialismo de la palabra que implica que la ciencia “se construye con algo de lo que antes no había nada”. La ciencia construyó un mundo insubstancial en el que habitan a-cosas. También podríamos llamar letosas a los objetos que pueblan la aletosfera: el mundo de las ondas, por ejemplo, “ondas hertzianas u otras, ninguna fenomenología de la percepción nos ha dado nunca la menor idea de ellas y seguro que nunca nos habría conducido hasta ellas”. Lo que me interesa señalar es que para Lacan la ciencia moderna creó, desde la nada, desde la operatoria significante, un mundo poblado de objetos, Las invenciones de la ciencia son creaciones ex nihilo, es decir, creaciones que surgen sin materia (en su sentido clásico), tiempo o espacio precedentes. Por esta vía Lacan pudo articular el surgimiento de la ciencia moderna con el Dios de la tradición judeocristiana." (p.46)

- Como pueden apreciar no hay intención alguna de separar teología del ex-nihilo de la pura nada, más bien, toda una invitación de capilla a ser fieles monaguillos en teología mágica. Continuando Bruno en sus ideas de new age bajo teología:

"Lacan presentó una hipótesis alternativa al afirmar que la ciencia moderna sólo pudo desarrollarse a partir de la ideología bíblica Judaica, y no de la filosofía aristotélica, como podría creerse. Según Milner, la diferencia entre Lacan y Kojéve es que el primero atribuye un papel fundamental a lo que “en el cristianismo perdura del judaismo”: la creación ex nihilo y la importancia de la letra." (p.47)

- Como siempre, emplean la vieja confiable new age de "fonemas por aquí y vacíos por acá". Contemplen cómo enmaraña en un mismo párrafo "religión, agujeros, vacíos, hiancia, falta, Dios, la física moderna, números irracionales y un POTE vacío de mostaza":

"Este Dios de la fe no puede ser pronunciado ni representado, no soporta palabras ni imágenes. Es pura letra, un agujero: “un padre que ellos hacen en un punto de agujero que incluso no se puede imaginar: Soy lo que soy, eso es un agujero”. Este sería uno de los modos en que la ciencia moderna dependió de la tradición judeocristiana y no meramente del dogma de la encarnación. El otro modo en que puede pensarse la ascendencia judeocristiana de la ciencia moderna es a través de la creación ex nihilo. Según Lacan “el enunciado judío que Dios ha hecho el mundo de nada es, hablando con propiedad (...) lo que despejó la vía al objeto de la ciencia”. Esta idea se presenta en varias oportunidades en su obra y en todas ellas se subraya el valor del agujero y del vacío sobre cual se construyen los objetos de la ciencia moderna.

Es necesario decir que Lacan se desplaza apaciblemente sin establecer mayores precisiones sobre las diferencias entre el agujero, la falta, el vacío, la hiancia, etc., más bien parece que su intención es transmitir la importancia de “la función de la falta” en la constitución del sujeto y el objeto a partir de la ciencia moderna. La heterogeneidad de los ejemplos expuestos —el pote de mostaza, la energía en la física moderna, el número irracional, etc.— lo muestra." (p.48)

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Eidelsztein en su texto El objeto a y el deseo, apoya el Creacionismo del Antiguo Testamento y rechaza la evolución científica: "«siguiendo la línea de Freud, somos profundamente evolucionistas. Pero ser evolucionista, además, supone la imposibilidad de la concepción del objeto a. No hay  posibilidad de concebir en un contexto evolucionista la posibilidad de un objeto a porque en dicho contexto toda satisfacción que uno encontrará será la satisfacción que ya estaba prevista en una pulsión, que ya estaba disponible en el dispositivo corporal. Para Freud la sublimación no es lo mismo que para Lacan, no se articula a las creaciones ex–nihilo. Para Freud la sublimación es el hallazgo de una satisfacción por vías indirectas.»"

Por supuesto que Eidelsztein (2008) reitera su adhesión teológica bíblica enfatizando: “El significante (…) ¿No se ve a las claras que participa, para emplear un enfoque platónico, de esa nada de donde la idea creacionista nos dice que algo enteramente original se creó ex-nihilo?. Quiere decir que la propuesta de Lacan es del significante en el origen de la creación ex nihilo, entiendan que nosotros podríamos decir que la pulsión podría estar en lo real pero ser producto de la creación ex nihilo, que podría haber algo que provenga de la nada, esa es la idea con la que estamos trabajando. Entonces, Lacan dice –no sé si lo calculó o se le escapó, pero lo dice igual- la idea creacionista. No hay que perder de vista que con “idea creacionista” también está diciendo que la idea platónica es creacionista. No la idea de la creación ex nihilo, sino que también Lacan está diciendo que el fundamento más original de la filosofía platónica –que es la idea- es creacionista."

Luego Eidelsztein hace gala de sus dichos respaldándose con una cita de Lacan del S.20:   “El Génesis no relata nada más que la creación –de la nada, en efecto- ¿de qué?: nada más que de significantes.” Ahí Lacan hace una vuelta por la tradición occidental y dice que en el Génesis se indica con claridad que la creación es con significantes."

Esto mismo, Eidelsztein (Mayo 2012) sobre Origen del universo, comunica: "Será el agujero topológicamente planteado el que, en todos los últimos seminarios de Lacan, con más precisión que el intervalo significante, cree y aloje la nada de la creación ex-nihilo en el nudo borromeo, lugar de la creación y, también, del torbellino devorante de las sustancias materiales. El agujero será tanto el lugar donde existen, y el objeto a, como donde se disuelve la función material de las sustancias tridimensionales para el parlêtre (hablanser)."

Para añadir a su lógica de teología, Eidelsztein en su Clase 2 en "Otro Lacan, mitos y lecturas", expesa que: "la zona erógena oral es la mucosa, el borde de los labios, donde puedo apoyar el dedo. Nada que ver: la zona erógena oral de Lacan es el agujero en la boca, el hueco, lo que no se puede agarrar y, si no se puede agarrar, entonces ya no es. Si se cree que es el borde de los labios, se ha caído en el engaño sustancialista y no se podrá hacer creación ex nihilo ni sublimación con la pulsión."

Lo que por supuesto, va en plena armonía con lo establecido sobre el origen del universo en Lacan de su S.22: "La cuestión que ahí les formulo, bajo esta forma de burbuja, es: ¿qué es lo que prueba que lo Real hace universo?. Esa es la pregunta que formulo, es la que está formulada a partir de Freud en esto que no es más que un comienzo: es que Freud sugiere que este universo tiene un agujero, y además un agujero que no hay medio de saber. Entonces, yo sigo este agujero a la huella, si puedo decir y encuentro —no soy yo quien lo ha inventado— y encuentro el nudo borromeo que, como se dice —siempre— ahí me viene como anillo al dedo. Henos ahí todavía en el agujero." (recordemos que Homero Simpsons le dijo lo mismo a Hawking en un capítulo sobre donas y universo).

Sin ir más lejos, Eidelsztein (2006) lo sigue de cerca al postular: "Hay dos porque hay vacío.  Para nosotros, el intervalo en la cadena significante.  O sea, sólo porque hay intervalo es que hay dos significantes, porque se introduce ese corte en la cadena.  Con lo cual, Pitágoras no sólo plantea que el mundo es esencialmente dual, sino que para que exista, para que pueda existir como dualidad, requiere de un vacío que funcione como intervalar."

Eidelsztein (Mayo, 2012) sobre el Origen del universo, define: "Con esta lógica que proponemos articular al psicoanálisis, no se requiere negar la existencia ‘anterior’ del cuerpo biológico; pero se postula a su respecto una discontinuidad absoluta, un olvido radical de lo biológico en lo discursivo. Aunque Lacan no lo haya articulado, al menos hasta donde llega nuestra lectura, sostenemos que su teoría requiere de la articulación con la legalidad temporal y causal del Big Bang, es decir, del moderno modelo científico del universo, ya que –lo que siempre debe ser recuperado– su enseñanza está puesta en íntima relación y en forma constante con los avances más subversivos y sorprendentes de la física relativista y cuántica."

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Žižek en su pésimo libro "Órganos sin cuerpo" del 2005, postula sobre el mundo y las vibraciones en la Nada:  "la posición materialista radical postula que no hay Mundo, que el Mundo en su totalidad es Nada, el materialismo no tiene nada que ver con la presencia de una materia densa e inerte; sus figuras propias son, más bien, constelaciones en que la materia parece "desaparecer", como las puras oscilaciones de las supercuerdas o de las vibraciones cuánticas (...) un verdadero materialismo asume gozosamente la "desaparición de la materia", el hecho de que sólo hay vacío."

Posteriormente en el 2019 Žižek en su libro "Sexo y fracaso del absoluto", sigue delirando sobre el vacío: "Esta paradoja nos obliga a introducir la distinción entre dos vacíos: en primer lugar tenemos el «falso» vacío en el que el campo de Higgs está desactivado, es decir, tenemos una simetría pura sin partículas o fuerzas diferenciadas; este vacío es «falso» porque solo puede ser mantenido por cierto gasto de energía. Luego tenemos el vacío «verdadero», en el que, aunque el campo de Higgs está activo y la simetría se ha roto, es decir, hay una cierta diferenciación de las fuerzas y las partículas, la cantidad de energía gastada es cero, o sea, energéticamente, el campo de Higgs está en un estado de inactividad, de reposo absoluto (...) Al principio, existe el falso vacío; este vacío sufre una perturbación y la simetría se rompe porque, como ocurre con todo sistema energético, el campo de Higgs tiende a minimizar su gasto de energía. Esta es la razón por la que «hay algo en lugar de nada»: porque energéticamente ese algo es más barato que la nada."

Anteriormente en su libro "Mirando el sesgo" (1991), Žižek define la Nada con la "Cosa" Lacaniana, en tanto: "el vacío primordial en torno al cual circula la pulsión, la falta que asume una existencia positiva en la forma informe de la Cosa (das Ding), Ia sustancia imposible-inalcanzable del goce. Y el objeto sublime es precisamente "un objeto elevado a la dignidad de la Cosa, es decir un objeto común, cotidiano, que sufre una especie de tran-sustanciación y comienza a funcionar, en la economía simbólica del sujeto, como corporización de la Cosa imposible, como la NADA materializada". "

Volviendo a su libro del 2005, del siguiente modo postula el campo de Higgs: "Hay una manera de conceptualizar la aparición de Algo desde la Nada de forma materialista: cuando logramos concebir esta aparición no como un exceso misterioso sino como una LIBERACIÓN -una PÉRDIDA- de energía. ¿No apunta precisamente en esta dirección, en la física contemporánea, el llamado campo de Higgs? En general, cuando quitamos algo a un sistema determinado, rebajamos su energía. Sin embargo, la hipótesis es que hay alguna sustancia, un "algo" que no podemos sustraer a un sistema determinado sin elevar la energía de dicho sistema: cuando el "campo de Higgs" aparece en un espacio vacío, su energía sufre una nueva degradación.".

domingo, 17 de agosto de 2025

Schopenhauer y material de los sueños (procesos oníricos)

Siempre asombran las semejanzas de Freud ya anticipadas por Schopenhauer (1819):

"Nosotros tenemos sueños. ¿No es acaso toda la vida un sueño? O, más exactamente: ¿Hay un criterio seguro para distinguir entre sueño y realidad, entre fantasmas y objetos reales? — El pretexto de que lo soñado tiene menos vivacidad y claridad que la intuición real no merece consideración; porque hasta ahora nadie ha puesto las dos cosas una junto a otra para compararlas, sino que solo se puede comparar el recuerdo del sueño con la realidad presente. — Kant resuelve la cuestión así: «La conexión entre las representaciones según la ley de la causalidad distingue la vida del sueño."

"Por lo tanto, la respuesta de Kant sólo podía rezar así: el sueño prolongado (la vida) mantiene una continua conexión conforme al principio de razón, pero no con los sueños breves: aunque cada uno de estos incluye la misma conexión, entre estos y aquel se ha roto el puente, y en eso los distinguimos. — Pero sería muy difícil, y con frecuencia imposible, ponerse a investigar conforme a ese criterio si algo ha sido soñado o ha ocurrido; porque no estamos en situación de seguir miembro por miembro la conexión causal entre cualquier acontecimiento vivido y el momento presente, mas no por eso lo consideramos como un sueño. De ahí que en la vida real por lo común no nos sirvamos de esa clase de investigaciones para distinguir el sueño de la realidad. El único criterio seguro para distinguir el sueño de la realidad no es de hecho otro más que el criterio puramente empírico del despertar, con el cual el nexo causal entre los acontecimientos soñados y los de la vigilia se rompe de forma expresa y sensible (…)

la observación realizada por Hobbes en el Leviatán, capítulo 2: que confundimos fácilmente los sueños con la realidad en los casos en que nos hemos quedado dormidos vestidos sin proponérnoslo, pero sobre todo cuando además algún negocio o proyecto ocupa nuestros pensamientos y nos tiene ocupados tanto dormidos como despiertos: en esos casos el despertar se nota casi tan poco como el momento de dormirse, el sueño converge con la realidad y se mezcla con ella."

"Aquí, de hecho, se nos plantea muy de cerca la estrecha afinidad entre la vida y el sueño: y no ha de avergonzarnos el confesarla, después de que ha sido reconocida y expresada por muchos grandes espíritus. Los Vedas y los Puranas no conocen mejor comparación ni usan otra con más frecuencia que la del sueño para expresar el conocimiento del mundo real, al que denominan «velo de Maya». Platón dice a menudo que los hombres viven en un sueño y solo el filósofo se esfuerza por despertar.

La vida y el sueño son hojas de uno y el mismo libro. La lectura conexa es la vida real. Pero cuando las horas de lectura (el día) han llegado a su fin y comienza el tiempo de descanso, con frecuencia hojeamos ociosos y abrimos una página aquí o allá, sin orden ni concierto: a veces es una hoja ya leída, otras veces una aún desconocida, pero siempre del mismo libro. Y así, una hoja leída aisladamente carece de conexión con la lectura coherente: pero no por ello es muy inferior a esta, si tenemos en cuenta que también la totalidad de la lectura coherente arranca y termina de forma improvisada y no hay que considerarla más que como una hoja aislada de mayor tamaño."

"Los sueños individuales están separados de la vida real porque no se hallan engranados en la conexión de la experiencia que recorre constantemente el curso de la vida, y el despertar señala esa diferencia; no obstante, aquella conexión de la experiencia pertenece ya a la vida real como forma suya, mientras que el sueño ha de mostrar también una coherencia en sí mismo. Si juzgamos desde un punto de vista externo a ambos, no encontramos en su esencia ninguna diferencia definida y nos vemos obligados a dar la razón a los poetas en que la vida es un largo sueño." (Schopenhauer, 1819)

miércoles, 25 de junio de 2025

Crítica al Psicoanálisis Relacional

 Expongo críticas al psicoanálisis relacional en su teoría y métodos (no en su ética como fue aclarado anteriormente). Para armar este debate, de un costado entrelazo algunas idas de Freud con algunas de Balint, oponiéndolas frente a Winnicott-Benjamin (para fines didácticos los opondré, pero obviamente todos los autores referidos tienen complementos entre sí). Para aterrizar, comenzaré definiendo las dificultades clínicas del psicoanálisis ortodoxo kleiniano, para así, apreciar mejor las semejanzas y diferencias con el Psicoanálisis Relacional en sus riesgos y problemáticas.
Lo que discutiremos a continuación, por favor, entenderlo en función que HAY DISTINTAS corrientes del Psicoanálisis Relacional que emplean en mayor énfasis o menor acento algunos métodos sobre sobre otros.

En el psicoanálisis ortodoxo kleiniano, las sesiones deben pasar por el molino de la transferencia hacia el analista. La interpretación se aborda desde lo que ocurre "aquí y ahora" en las diversas proyecciones del paciente hacia el analista. Vertiendo sus aguas para transformar lo que se proyecta en insight de lo que ha depositado para revertirlas a una fase depresiva más digerible.
No se evita la resistencia, se trabaja con ella bajo la instauración transferencial. Los componentes de lo inconsciente deben analizarse a partir de lo traído "aquí yo ahora" durante la sesión, los cuales se proyectan a su analista. La resistencia es interpretada en el aquí y ahora, no es esquivada huyendo en un "allá y entonces" fuera de sesión. Esto permite abrir la transferencia negativa y la reacción terapéutica negativa en sus variadas intensidades hasta los impasses.

Centrar la transferencia en el "allá y entonces" y explorar remanentes extra-transferenciales fuera de sesión, son filtradas para licuar sus aguas en el contenedor del analista que las digiere. El analista es la pantalla que absorbe los elementos parciales proyectados y los regresa para que el paciente los introyecte digeridos. La amplitud de lo inconsciente se restringe a un campo entre lo que "aún no se sabe" hasta lo que logre descifrar el analista en su interpretación. Para nuevamente dar circuito a su ciclo hasta que las proyecciones del paciente sean devenidas a fase depresiva sin escisiones, consiguiendo una mayor integración de sus partes buenas y malas de su Yo proyectado en cuanto ver los grises de sus relaciones objetales sin parcialidades defensivas. Para ello, debe tejer lo intrapsíquico en el continente del analista como destino proyector ante las defensas y resistencias en análisis.

Por ejemplo, en vez de indicar al paciente su maltrato a sus hijos tal como sufrió maltrato por su propia madre, el analista le señala al paciente directamente que busca venganza contra el analista mismo, para así anular sus partes malas que fueron reveladas. Lo que emerge sería su envidia porque ve al analista como su hermano mayor que se fue de la casa antes y ya no recibe maltratos directos de su madre.
Vale decir, en vez de apuntar los contenidos inconscientes y transferenciales en las relaciones entre su hermano y madre. Primero traspone o muda los procesos primarios arropando a la figura del analista quien recibe la proyección, para después dar cuenta en un insight en dónde proviene en su pasado los complejos inconsciente sin integrar. Por tanto, al "aquí y ahora" de la sesión late con fuerza su conflicto en cuanto debe allí mismo interpretarse y así cazar su presa en el acto. Para ello, la red de captura es la propia vasija del analista quien recibe los ataques de envidia como destrucción en venganza contra su persona. Así se cierra el cuadrilatero del ring "aquí y ahora". Si el paciente resiste contra su analista o rechaza sus interpretaciones, no sería por el método de intervención del analista en este campo de tensa lucha constante. Todo remitirá a las pulsiones de muerte sin elaborar, a sus proyecciones defensivas en su transferencia objetal parcial no resuelta. Esto último contraviene a lo que el propio Freud críticó sobre aquellas intervenciones iatrogénicas donde "si es cara, gano, si es sello, gano también". Si aceptas, es verdad, si niegas es verdad también pues te resistes, de cualquier modo el analista siempre tendrá la razón. Esto mismo Freud lo discute, no obstante, el método ortodoxo kleiniano cae en esta trampa que justamente Freud nos alertó.

Todo esto puede agudizarse en su intensidad si sumamos en el "aquí y ahora", además, las contra-transferencias para uso interpretativo. Es decir, no tan solo interpretar lo proyectado del paciente en lo dicho, también se puede devolver lo que inconscientemente activó en la contra-transferencia y redoblar el devolver a su remitente (casi como la telepatía en Jung) lo que el paciente le produjo con su identificación-proyectiva al analista (en donde el analista purificado como espejo en su contenedor recibe un raspón en su vidrio que no nace de su propio inconsciente, algo externo fue injertado a la fuerza por lo drenado del paciente).
Para el analista nada se podría tomar a lo personal, pues todo lo que haga es neutro, es un maniquí desnudo donde le ven poniendo y sacando ropajes. No está nunca en escena realmente, lo que el paciente proyecta produce la propia escena clínica en cada sesión.
Personificando aún más la imagen del analista a tal grado que ya ni siquiera se podría hacer necesario hablar del pasado y sus recuerdos. Basta tomar en cuenta el psicodrama de lo que sesión tras sesión, le produce la figura de su analista. Donde su continente, cada vez más, atrae con su fuerza de gravedad todo lo malo y bueno de sus relaciones objetales impregnadas en su lectura y devolución. El recuerdo pasado narrado son defensas en desfiguración, deben leerse en su aquí y ahora en lo que deposita: Sus defensas dejan a la luz huellas, no hay cómo ocultar la evidencia. El espejo limpio quedó marcado en los dedos del paciente.
Las señales de transmisión proyectadas son decodificadas en sus objetos parciales y devueltas en objetos totales por el analista: desgranada y reintegra las partes del yo escindidas. El abanico proyectivo se constriñe en una antena principal como eje en su "aquí y ahora". El habla pasada nos aleja a lo defensivo, el presente es reconducido al psicodrama de reelaboración constante: No importa si la señal devuelve con mucho ruido o no capte retorno. La mala recepción de señal devuelta es por el efecto de sus resistencias que no dejan sintonizar la modulación ofrecida correctamente. Mientras se exploren diversas áreas, eso como podrá reintegrar en su propia pantalla depresiva los colores múltiples que antes estaban en arcaicos blancos y negros televisados esquizo-paranoides. No hay atajos, no es un camino de rosas.

Winnicott como Balint señalaron innumerables veces lo contraproducente de dicho método. Las interpretaciones se vuelven cada vez más insportables, las resistencias aumentan y se patologiza el vínculo paciente-analista. Forzando la pareja donde uno sabe y el otro debe aprender soportando. Finalmente el bebé escupe la leche, no quiere más pecho pues no está en condiciones de recibirla. Por lo que expulsa cada vez con mayor fuerza lo ofrecido. No hay escapatoria ni otra salida: el campo es uno frente al otro en la sesión. El paciente primero proyecta, analista recibe y luego regresa lo proyectado para repetir el ciclo indefinidamente. Todo líquido rebalsado se absorbe con el marco rígido de ser vertido en el pecho-inodoro del analista.
Winnicott (Balint y los post-kleinianos) apunta que el problema está en el reflujo por la leche del pecho y la diarrea o retención por expulsar la orina o heces. No pueden salir del presente enclaustrado del "aquí y ahora". Analista y paciente quedan encerrados en dicho campo cerrado y minado. Las historias pasadas narradas van perdiendo su eje cayendo al centro gravitario del analista que lo engulle, anillando el lomo del libro de un solo modo.

El psicoanálisis post-kleiniano y Middle Group otorgan diversas alternativas y soluciones a estos dilemas. Del mismo modo, el Psicoanálisis Relacional aporta las suyas propias. Sin embargo, paradójicamente el psicoanálisis relacional como veremos a continuación, cae en una trampa de encierro similar a como le sucede al psicoanálisis kleiniano ortodoxo.

En general, como veremos a continuación a detalle, creen poder salir de los atolladeros u obstáculos transferenciales brindando confort a la mutualidad rítmica o que podrían explícitamente revelar la transferencia negativa acontecida a través de los enactment de la pareja clínica. Es decir, revelar lo sucedido exponiendo su contra-transferencia para pactar un nuevo acuerdo clínico en los movimientos del juego, propiciando un nuevo compromiso de cuidado y reconocimiento mutuo en el campo relacional.

En vez de devolver las proyecciones mediante la figura espejante que refleja al paciente, ahora se devuelve la luz reflectora iluminando el campo completo alrededor de la sesión, contemplando las relaciones mutuas reconocidas entre paciente y el propio analista en juego. La figuración advenida son los jugadores que juegan conjugando. Por lo que centran un nuevo "aquí y ahora" como medio de pactación en renovación de votos. Borrando la rigidez actoral prototípica ortodoxa de: "tu hablas mientras quedo en silencio, para luego, yo interpreto y así vuelves hablar".
No sale a jugar con el balón trayendo a la galería otros escenarios del pasado en su "allá y entonces". Ahora reflejan retornando a un doble remitente en devolución. Esa supuesta neutralidad en lo kleiniano de un rebote reflejante esterilizado, ahora se retuerce lo reflejado adjuntando la firma explícita de quien escribe y recibe relacionalmente. La carta co-escrita no versará únicamente sobre el paciente mismo en sus procesos, la carta circulante rebota en reflejar lo circundante que ambos han jugado reconocidamente. La pelota dispara no hacia el pasado de figuras, sino al juego del garabato en su "aquí y ahora" que el enactment da cuenta entre ellos.
Las sesiones se van personalizando o personificando en un radio más amplio entre el conjugar. La devolución no es neutral ni tampoco refiere al paciente solamente ni a la analista únicamente, se suman ambos en un emergente que los trasciende y supere a una Terceridad que los acobije. Otra vez, dicha terceridad acontece en el "aquí y ahora" co-construido.

Dicho proceder, tropieza a mi parecer, nuevamente con la trampa del enclaustramiento del método kleiniano ortodoxo. En vez de establecer un espejo neutro que refleje como rebote al paciente, ahora este mismo reflejo centra la propia intimidad de lo que que uno y otro van co-sintiendo. Con el fin de reflejar lo que en el enactment se produce, se establece un espacio de reflexión mutua para reconciliar a través del reconocimiento, los límites de cada uno para no herirse. ¿Pero dónde estaría en esto último la trampa kleiniana ortodoxa antes referida?

Ya no es una verdad que uno revela a otro. La verdad se construye en el campo de las sesiones. Las huellas en el espejo, espejan a los miembros en juego, ambos deben democráticamente conjugar qué o cómo dibujar sin roles fijos o perennes. Son contratos que se renuevan cuando se detecta en su relación de juegos flexibles en roles, algún conflicto binario someter/sometido, persigo-perseguidor, etc. Ambos son responsables en develar sus jugadas, no serviría que uno solo autentifique honestidad, pues quedaría cojo para revelar lo inconsciente sincero entre ambos. La clínica se va transformando en un nosotros lúdico, agotando cada vez más el poder dar espacio a descifrar el pasado, los contenidos inconscientes o la transferencia "del allá y entonces" del mismo paciente como eje. No ocurre porque Benjamin niegue estos espacios Freudianos, sin embargo, Benjamín con sus caminos va enlodando el terreno fértil para aparcar un trabajo clínico de recordar para no repetir desde lo inconsciente del aparato psíquico del paciente (Freud, 1914). Los tiros de la pelota salen fuera de campo a un centro de mutualidad que poco a poco aleja lo que Freud consigna como descifrar la piedra roseta de cada aparato psíquico particular. Los enigmas son trasladados a la "relación" misma como foco de atención, un área que esconde el aparato psíquico propio del paciente (si bien esto nunca es ignorado por Benjamin, pierde su notoriedad varias veces).
Benjamin nos contestaría que el aparato psíquico con su propia sexualidad enigmática no puede ser analizado sin contemplar su relación conviviente en su aquí y ahora. Si bien esto último tiene su verdad, no necesariamente debiese ser prioritario lo que sucede en el terreno mutuo, pues desliza las aguas inconscientes a ciertos pozos forzados que podrían ser mejor aprovechados mediante la asociación libre de sus fantasías FUERA del baile a dúo en dicho cuadrilátero encuadernado relacional.
No discuto si reflejar la luz en el campo de juego, revelando explícitamente ambas partes sus cartas jugadas nos permita coayudar a procesar lo inconsciente. Pero! se teje un tejido en otro lugar donde no necesariamente es dónde debería reflejar a priori.

Un analista extremadamente hostil al psicoanálisis relacional, es Leo Rangell. Quien denuncia que estos desarrollos alejan la búsqueda de la verdad del paciente, incluyendo los propios contenidos inconscientes de éste, todo en favor de centrar la importancia en la interacción analítica en sí misma, como algo central y casi único. Cambiando consigo el foco en "verdad histórica por resolución del pasado en el aquí y ahora, la transferencia del paciente se equipara a la motivación del analista para descifrarla, la contratransferencia es un elemento mayor de observación que la propia neurosis de transferencia, los roles de ambos se hacen indistinguibles, y se mira con igual atención los conflictos de uno y otro.
Rangell interpreta que esto proviene del interés a la igualdad, donde ahora que ambos participantes actúan (enact), en vez de uno hablar y el otro escuchar y tratar de entender.
La materia prima para Rangell no es la interacción, más bien son las fantasías e historias del paciente en sus defensas y proyecciones que reitera. Las cuales el analista busca analizar e interpretar.
La neurosis de transferencia deja de ser la figura central, siendo ahora la vida emocional del analista que se equipara en el tratamiento a la neurosis del paciente, que bajo criterios de igualdad, desaparece la relación única que el paciente tiene con su analista. Rangell concluye que en lo relacional cualquier cosa manifestada, tiene significado de interactuado, por lo que no hay mundo propio que focalizar, más solo un escenario.

Volviendo a Freud: ¿Qué nos quedaría de la espontánea proyección transferencial en las fantasías libres, si estas se cierran amoldadas a un baile conjunto que establece reglas de juego co-construidas?
Para dar un ejemplo como los trazados por Benjamin: Supongamos que cierta temática de miedo del paciente, angustia al analista. Lo cual genera un enactment entre el binario perseguir/ser-perseguido (el cual repercute un mayor miedo al paciente que busca perseguir un demanda que al analista le angustia, afectando cada vez más la relación en un tira-afloja): El juego relacional de representar bajo enactment roles, tal como Benjamin cita a Bateson, se convierte en una mordida, donde lo actuado en juego duele a modo literal. El analista para recablear dicha situación revela su angustia a su paciente para pactar un nuevo juego fuera del binario: Un reconocimiento mutuo para los propios límites y capacidades suficientemente buenas del analista ante los miedos del paciente.

No obstante, se arriesga a repartir la responsabilidad clínica al propio paciente, puesto que el analista al confesar sus límites de lo que el propio analista aporta. Irremediablemente deberá ser tomado ahora en consideración también por el otro jugador en su rol de paciente para ahora contener de algún modo a su analista. Al paciente, ahora, de modo implícito o inconsciente en su relación con su analista se le relega parte de la responsabilidad en cómo reconducir su propio tratamiento.
Sin embargo, retomando a Freud, la asociación libre venidera ya no será tan espontánea como antes, quedará filtrada-sesgada cada vez más por el mismo receptor que escucha. Por mucho que se hayan establecido democráticamente un tercero nuevo para evitar este tira y afloja transferencial (por uno menos dañino para ambos). Con ello, nos dirá Freud, se perderá la libre asociación espontánea del propio aparato psíquico inconsciente, que ahora se le antepone como figura cada vez más relevante, un otro concreto de sentimientos ya figuradamente reconocida. En otras palabras, si un paciente en conflicto por quiebre amoroso, se entera o eleva su sospecha que la analista está soltera o casada, esto de entrada puede sesgar las libres asociaciones venideras en su espontaneidad requerida para la sesión.
Obviamente no se trata de decirle algo tan burdo como confesar hasta la más última intimidad en detalle de su vulnerabilidad, pero se puede tropezar en revelar algo que a mediano plazo puede encrudecer la resistencias cuando se podrían haber evitado por otros medios menos forzosos a largo plazo.

Por supuesto que Benjamín podrá contra-argumentar a Freud en que la asociación puramente libre, nunca es libre y que no hay un contenedor neutral al cual uno le habla. Pero Freud podría responderle que si bien eso podría suceder, podemos convenir en que existen espacios menos manchados de huellas en el espejo reflejante, frente a otros espejos ya sobremanoseados, para poder allí proyectar algo que no sea sobre-filtrado, escapando su posible espontaneidad. Freud remataría: Aunque los espejos podrían tener rasguños, manchas, huellas dactilares encima para reflejar-reflejarse en una relación que conjuegue compromisos, no cualquier espejo está igualmente cargado de manchas, pues existen espejos más pulidos que otros. No da lo mismo cualquiera, se requiere entregar el nuevo departamento con las mínimas grietas y que sea el paciente quien vaya agrietando a su manera espontánea sin interferir siempre en duetos.
Pero de nuevo, tengamos a consideración que esto es una elección motivada por la ética en juego, más que meramente sustentarlo a pura teoría.

Un importante Psicoanalista Relacional como Aron, nos advierte (sin condenar su uso) del riesgo respecto al reconocimiento mutuo como vía de curación: Si solamente reconociéndonos en nuestra interacción con sus ritmos en cuanto surgen asperezas clínicas, se enmarcará la reparación mutua cuando se proponga un nuevo acuerdo democrático al arbitraje del juego en sesiones. Ante eso, Aron sin desconocer lo INTRApsíquico individual del aparato psíquico Freudiano, tiene reparos que ahora mismo los veremos.
Para ello, cabe aquí cabe preguntarnos: ¿Los impasses mismos del enacment surgen por receptiva mutualidad propiciada que conllevó sus aguas a nuevo "un aquí y ahora" de tipo relacional?
El entrampamiento como pasa en la ortodoxia kleiniana salta a la vista. Podemos legítimamente interrogar que de haber encausado el molino de la transferencia de otro modo, podríamos evitar o no requerir de una honestidad reveladora. Puesto que Aron, nos advierte que el intento de Ferenczi en ser lo más sincero con su paciente no exime que su propio inconsciente desfigure u oculte lo que cree ser sincero de sí, lo mismo el paciente. La transparencia no es más completa por un mero esfuerzo de ser sincero o trasparente de sí. Esto fue algo que tanto Aron como Freud siempre alertó y que Ferenczi o Benjamin no tuvieron miedo. ¿No tuvieron miedo por qué? No por la teoría, no tuvieron miedo por su ética, son desde allí valientes en su compromiso y fines responsables.

Siempre llamó mi atención desde los casos clínicos relatados por Ferenczi (1932) el efecto reparatorio que generaría dichas intervenciones de sinceramiento u honestidad ante sus pacientes. Siempre culminan en un "happy end", con cálida acogida de parte del paciente: "Primera vez en mi vida alguien es sincero conmigo. Siempre añoré que mi madre me hablara de esta forma. Creo que puedo integrar mejor mi resentimiento gracias a tu transparencia, etc". Similares ejemplos podemos ver siempre en los casos clínicos de Benjamín con sus matices felices resolutorios.
No dudo que tales viñetas clínicas sean verídicas, pero llama mi atención su absoluta efectividad que me abre a sospechar si Benjamín silencia otros casos, donde, muchas veces por transferencia previa y durante las sesiones, los pacientes suelen venir ya preparados para vengarse y restituir en descargas lo que habrían sido humillados en su pasado. Es decir, un analista que muestre mayor horizontalidad se convierte en el momento idóneo para dar la estocada que el paciente llevaba tiempo reprimida. Cuando finalmente la presa se agota y deja de huir, ya es hora de comer como premio. Dicho de otro modo, aquellos "happy end" que narra Benjamin no siempre son garantía, pues el sadismo del paciente siempre podrá tener descargar sus riesgos en la clínica. Justamente Freud en sus textos tempranos nos detalló la cura a través de la palabra que sustituye el acto vengativo escenificándolo a modo consciente en su recordar a través de sus figuras pasadas.

Su apuesta ética de ofrecer una reparación, ser testigo del dolor como medio de sanar heridas, mediante el reconocimiento mutuo del dolor. Es su operación basada en lo ético antes que en lo teórico. Este tipo de ética conlleva a tomar riesgos comprometidos por ajustar lo que el paciente necesitarían para reparar su abandono o fallas en su maternaje. Sin embargo, como nos alertó el propio Balint (1959), esto sería engordar la regresión en su sentido maligno (adictivo y perverso) en cuanto riesgo clínico. También se arriesga a forzar un aumento en la dependencia hacia el analista e infantilizar al paciente en su propia responsabilidad (en pacientes adultos) ante sus compromisos. Para Klein el proceso de destete es importante para la integración así como la castración de la omnipotencia infantil. Por supuesto que Benjamin o Winnicott nos responderá que en niños traumatizados o severamente abandonados por fallas aquel rodeo es necesario tanto teóricamente como éticamente (incluso en adultos si lo requieren aún asumiendo los riesgos perversos de regresión maligna establecidas por Balint).

Otro motor de sus intervenciones para emerger un "nuevo comienzo" en restitución de lo disociado del Self, es el "Uso del objeto" (ab-uso del objeto). Donde en una escenografía de mártir, el analista resiste, tolera y sobrevive a los ataques y exigentes demandas del paciente. Predicando que lo exigido es lo requerido para alojar un lugar que lo repare, para que así, posteriormente, al percatarse que el objeto usado del analista, ha sobrevivido, no se ha destruido, no ha desaparecido, aún en su pataleta de crisis en su derrumbe, logro en dicho proceso ser sostenido, no tan solo sobrevivió el paciente, también como mártir logro soportar las heridas el propio analista. Cuando el analista logra sobrevivir las mordidas voraces, el paciente logra retener como contenedor un analista con vida propia que lo contiene a regresionar en su reparación, cuya terapéutica radica en revivir de forma contenida su Trauma y desgarro para volver a renacer.

Dicho esto, nuevamente cobra relevancia la alerta de Balint con respecto a que no todo proceso de regresión implica una regresión benigna, algunas veces, generan regresiones malignas de tipo adictivas o de fijación perversas. En tanto se es mártir por alojar incondicionalmente a quien prematuramente se le perdona o testifica como supuesta víctima de un derrumbe, donde no siempre es tal. Proceso clínico cuyas sesiones revelan el propio ideal masoquista mártir del analista y su fé en resistir como vía crucis en la redención como vía de renacer resucitado.
Métodos y fines que exigen sobrevivir, extremar la paciencia, forzar la tolerancia, morderse la lengua, ser mártir, mantener compasión, ser omnipotente misericordioso, masoquista moral, madre LITERAL, etc.
No podemos volver omnipotente nuestra posición como clínico, aparentando que atolladeros así se resolverían necesariamente con más sumisión y paciencia. Pues el paciente que pacientemente espera termina siendo el terapeuta y no el paciente. En ciertos grupos en formación, está el riesgo de hacer gala o exigir Ideales mártires para el "uso" del objeto, donde es delgadísima la línea con el propio "ab-uso" del objeto.

Paradójicamente, el analista pregona un Falso Self frente a su paciente, demostrando omnipotencia sin ser capaz de expresar lo que siente, dejando sin límites a la pulsión destructiva o perversa-sádica de quien atiende.
Contrayendo su impotencia contra-transferencial, incluso evitando que emerja su verdadero self. Solidifican su Falso Self clínico bajo la esperanza que soportando y sobreviviendo por más tiempo, masoquistamente tolerando se llegaría a destino reparatorio.

¿Debemos irremediablemente ofrecernos como la madre suficientemente buena que no tuvo, para así reparar sus fallas ambientales, sobreviviendo a las pataletas o berrinches del paciente en sesiones?
¿Nos basta solamente con tener en cuenta que el paciente merece misericordia y piedad dada la infancia dolorosa que tuvo sin sostén? ¿No cabe más que aguantar nuestra contra-transferencia culpabilizándonos, teniendo que confesar nuestras propias dificultades al paciente para rendir cuentas?
La diferencia clínica entre «regresión benigna» y «regresión maligna» de M. Balint, es compleja en detectar cuándo el paciente estaría en modo regresivo «benigno» o en modo «maligno», justamente porque la línea es MUY difusa o delgada para distinguir. No es tan sencillo polarizar «benigno» como pena-soledad y «maligno» como destrucción-adicción. Como suele suceder, se dan ambas en diversas mixturas y dinámicas no posibles de separar tajantemente.

Soportar con pasión la destructividad e insultos del paciente, aguantar dando la otra mejilla cuando rompen cosas, aguantar mordiéndose la lengua y labios, etc.
Winnicott (1963) como gran clínico, también contuvo una ética por el sacrificio: "cuando su relación conmigo adquirió importancia, se excitó mucho, trepó al techo de la clínica, inundó el subsuelo e hizo tal alboroto que debimos interrumpir el tratamiento. A veces su conducta entrañaba un peligro para mí: un día se introdujo por la fuerza en mi auto, estacionado fuera de la clínica, y lo puso en marcha en primera por medio del arranque automático, al no tener la llave de contacto. Por la misma época reincidió en los robos y la conducta agresiva fuera del medio terapéutico. El Juzgado de Menores lo envió a una escuela de readaptación social, precisamente cuando el tratamiento psicoanalítico estaba en su apogeo. Si yo hubiese sido mucho más fuerte que él, tal vez habría manejado esta fase y tenido la oportunidad de completar el análisis". Winnicott se lamenta no ser "más fuerte" para aguantar, considerando dichos acting como el "apogeo" que el proceso debe manejar como "fase".
¿Qué pasaría sin quererlo o sin desearlo, provocamos en pacientes una regresión maligna sádica: una perversión de vínculo que torne adictiva su descarga pulsional para Uso de sus frustraciones? O como muy bien refiere Bion en la Relación Parasitaria: cuando la relación entre continente y contenido es dañina para ambos.
¿Siempre podemos llegar a tiempo para revertir lo polimorfo pulsional-parcial, si nos permitimos sobrevivir ante la agresión y el desprecio?
¿Dar la otra mejilla hasta que se aburra y así deje de abofetearnos? ¿Destetar poco a poco, aunque el pezón ya esté carcomido? ¿Quien pagará ese odio es el terapeuta para promover un primer «Don» que el paciente no obtuvo por las fallas?
¿Llegaremos así al nuevo destino tras la redención y sacrificio por lograr que el paciente valore y repare desde?
Incluso Benjamín (2019) narra un caso clínico de una paciente que desea asesinarla con pistola y ella a pesar de los riesgos, NO ABANDONA su paciente, aún si ella luego, le ofrece galletas que podrían estar envenenadas.

Winnicott no le restó importancia a la destrucción como pasaje para llegar a la objetividad y creatividad, la cual debe ser inicialmente sostenida en la sobrevivencia para finalmente alojar un objeto exterior independiente que reconoce.
Hay que entender que tanto la perversión pulsional-parcial como la adicción NO SIEMPRE son producidas por una carencia-falla Ambiente, también se generan por los excesos ilimitados de la pulsión (perversa polimorfa) sin destete ni castración.
El Uso del objeto en contexto de pacientes graves fronterizos, invitan a regresionar al paciente para que reviva y re-transite por el odio-destrucción puro sin límite como primera base para dar cuenta de la existencia del objeto como tal. Pero, dicha voracidad y sadismo pueden potenciarse más que apagarse. Es un arma de doble filo su apuesta. Podría ser un viaje sin retorno dejarse dañar con daños irreversibles que al comienzo, subestiman la destructividad o perversión sin empatía.

Pero brindando voz a Benjamin aquí, para otorgarle a ella la última palabra. Benjamín podría agarrar todo este tablero de ajedrez con sus piezas teóricas y ponerlo de cabeza. Pues para ella, otro camino conllevará al irremediable Falso Self del analista, cuestión que es aún más hipócrita y perjudicial a largo plazo, frente a su método de reconocimiento mutuo en su intento de volver sincero la conjugación en sesiones para repactar nuevas jugadas. Sostener
como mártir demandado en el auxilio a quien sufre por un supuesto trauma, se pagará un alto precio de no hacerlo por si alguien realmente lo necesitó, más allá si el paciente perversamente maltrate a la analista. Es un gran riesgo a correr, sí, pero podrá salvar (testimoniar) una vida que tuvo algún derrumbe real. Benjamín acá no necesita de una u otra teoría que la respalde su clínica, solamente nos advierte que su ética es tan rigurosa como la de cualquier otro analista que podría caer en su Falso Self clínico de conservar moduladamente las formas formales.
Obviamente, para despejar ridículas caricaturas, no se trata que el analista camine con el corazón abierto al desnudo o que todo Falso Self sería errático (el propio Winnicott nunca dijo que el Falso Self a priori es algo malo siempre). Pero cruzar el umbral que arriesgue a un Tercero que ilumine el juego del garabato en un mutuo reconocimiento alienta a la reparación mediante la genuina relación.
Para Benjamín lo ético procede también en lo político: Armar comunidad, sesiones grupales para la reconciliación que testifique a escuchar víctimas, reparar las culpas, abrir el perdón entre con-vivientes. Benjamín apunta también más allá del encuadre analítico, des-amurallándolo de ser posible.