miércoles, 3 de noviembre de 2021

Rudolph Loewenstein y sus influencias en los comienzos de Lacan

Sabemos que Lacan inició su análisis en Junio de 1932 con Rudolph Loewenstein y cortó su análisis con él en 1938. Por E. Roudinesco se narra a Lowenstein como alguien que no aportó nada a Lacan y lo tropezó en su formación como analista, siendo supuestamente un contrario a su aceptación a la SPP en Diciembre de 1938 (no hay documentación al respecto aún). Además, como todos los analistas que se fueron a USA, automáticamente se los puso en el index tabú de "psicólogos del yo", como sinónimo de pecado capital al rubro lacanés. Como ya es de suponer en gremios Lacanianos sectarios, Rudolph Loewenstein está en la misma lista negra junto a Anna Freud, Spitz, Stern, Kohut, etc.

 
Si consideramos las citas de Loewenstein expuestas por Manuel Hernández (2019). En pleno 1932 en su L’Évolution Psychiatrique, Loewenstein en contra del determinismo biologista psiquiátrico publicó un texto que se llama “El psicoanálisis y la teoría de la constitución”, del cual detalla:
"En todos los dominios de la psiquiatría que ha atacado, el psicoanálisis ha dado los golpes más duros a las concepciones que se sirven de la noción de constitución. Ha sido así sobre todo para las psiconeurosis, las perversiones sexuales y los problemas de carácter. Conviene, para poner de relieve el antagonismo existente entre el psicoanálisis y la noción de constitución, desprender de este último los aspectos que le son conferidos por los diversos empleos que se le dan (...) las particularidades psicológicas de un individuo que parecen constitucionales no son, en realidad, sino los resultados de eventos o de situaciones de la primerísima infancia a tal punto que, en nuestra opinión, es imposible afirmar la naturaleza constitucional o innata de tal o cual particularidad psicológica, de un rasgo de carácter o de comportamiento, antes de haber procedido a un psicoanálisis profundo del sujeto (...) La constitución es un conjunto de caracteres inherentes al individuo, indisolublemente ligados con él. Habitualmente las constituciones son consideradas como habiendo sido transmitidas hereditariamente, cualquiera que sea el momento de su aparición en el individuo; y los caracteres transmitidos son considerados como siendo de orden somático".
 
Vemos claramente que la postura de Loewenstein, no es contraria a Lacan, es más, se ve claramente como aliado a sus ideas en dicha época.
 
Más todavía, Loewenstein (con una gran lectura Freudiana) en su texto de 1932 D’un mécanisme auto-punitif, comentando las implicancias del espejo y el rostro respecto a un sueño:
"Veo mi propio rostro, como en un espejo [glace], pero me doy cuenta de que es el rostro de mi padre. Yo llevo bigote y, como él, tengo una ligera calvicie”. Ahora bien, el soñante era lampiño y tenía una cabellera abundante. La situación afectiva del soñante en la época de la muerte de su padre se encontraba además influida por la presencia, en ese momento, en la ciudad donde él se encontraba, de una antigua amiga de la familia. Desde que residía en el extranjero era la primera persona cercana a su familia que había encontrado; esta dama se quedaba ahí para arreglar ciertos asuntos comunes a ella y al padre de nuestro analizado. Por lo demás, él suponía que esta dama, cuyo pasado erótico agitado él no ignoraba, había sido la amante de su padre en otra época. Y esto contribuía ciertamente a despertar en él el deseo, apenas confesado, de ser apreciado por sus cualidades de varón por esta dama con la que él se topaba cotidianamente". (...) "La técnica de la que se ha servido el inconsciente en la elaboración de ese sueño se encuentra muy frecuentemente, aunque el sueño que acabamos de analizar parezca ser un ejemplo de una ejecución particularmente elegante. Esos sueños realizan las metas de dos tendencias opuestas por la misma imagen, de tal suerte que una de esas tendencias es como la consecuencia lógica de la otra".
 
¿No vemos aquí claramente influencias que Lacan tomó en el estadio del espejo en 1936? (su mejor época en sus aportes)
 
Por último, para despejar los clichés hacia el tabú o index contra Loewenstein en su rol de "Educador" a ultranza y manipulador al "american way".
En 1965 en su entrevista para Columbia University:
"-yo nunca he estado muy interesado en aplicar psicoanálisis a la educación de los hijos. Pero, usted sabe, los analistas solían cometer cualquier número de errores porque eran analistas y porque pensaban en su teoría. Y es algo bueno pensar en la teoría analítica, pero hay cosas esenciales, en donde el sentido común y la teoría coinciden; en especial, amar a los propios hijos. Tratar de entenderlos. Respetar su individualidad, así como ver que hay un proceso necesario de crecimiento y desarrollo en el que uno tiene que ayudarlos, ayudarlos también estableciendo una cierta situación estructurada, alguna disciplina y algunas prohibiciones son necesarias. Uno no debe darles ira y angustia, si es posible. Ellos no deben ser… uno no debe ser punitivo. Los hijos deben ser animados y auxiliados para crecer y desarrollarse, y al mismo tiempo darles tiempo para pasar un tiempo en su estado no desarrollado. ¿Sabe? Respetar el tiempo que requieren para desarrollarse"
Y prosigue en la misma entrevista de 1965 respecto a su análisis con H. Sachs (nótese la libertad):
"-un año y medio, lo que era prolongado para esos días. Fíjese que Sachs tenía esta misma actitud que Freud tenía, usted se quedaba tanto como usted quisiera. Le podía decir que podría ser bueno para usted quedarse más tiempo, pero si usted no quería, no continuaba [but if you didn’t want to you don’t continue]. La actitud general era, tú tienes un vistazo de algo, una pizca de algo, y entonces lo trabajas por ti mismo después. Eso estaba muy bien. Él pensaba que uno podía hacerlo."
 
En conclusión, vale la pena tener en cuenta otras perspectivas más allá de las opiniones hegemónicas de moda lacanianas.

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