viernes, 23 de octubre de 2020

Transferencia y su endógismo clínico

Pienso que el método clínico más peligroso es trabajar con la transferencia entre paciente/analista o del otro(i)/Otro (con o sin barra).
 
Creo que es el lugar más paradójico y vuelve la clínica endógena a sus 4 paredes: Condensar los conflictos en la figura del analista y desde allí transformar, me parece forzado, sobretodo al guardar silencio abstinente para transferenciar conflictos en dicho objeto-analista.
 
La transferencia me parece mayormente ligada al análisis del Diván propiamente tal, que en una psicoterapia donde apunta las múltiples transferencias extra-muros de la habitación clínica. Creo que una transferencia realmente viable como trabajo clínico requiere cierta regresión (Balint, Winnicott) o lazo constante (varias sesiones por semana).

Obviamente la transferencia en sesión a veces es fundamental e impacta de forma inmediata (casos fronterizos o borderline como algunos llaman) y por supuesto implica un trabajo. Algunos interpretan pasado-presente, regresionar-reparar maternaje, víncularse relacionalmente, otros buscan girar o invertir la posición transferencial y otros promueven diversificar la fuente transferencial en su historia extra-transferencial (fuera de los muros de la habitación).
 
En resumen, en lo personal me preocupa, el llevar forzadamente las aguas a la relación objetal o figura del analista (recrear una nueva pantalla casi psicodramática donde el analista no actúa) y desde allí interpretar todas las aguas ,o, el también forzar un lugar Otro mágico (barrado o no) para intervenir un S.S.S las aguas (con silencios, Conductismo de Corte o frustrando toda demanda). Sin mediar en las múltiples transferencias extra-muros del paciente y no volcar las aguas en el contenedor de 4 paredes solamente.
 
Pd: No busco decidir cuál sea la mejor opción ni que las demás no sean respetables de alguna forma, estoy abierto a otros planteamientos también.

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