Esta
fotografía publicada demuestra de manera evidente cómo opera, surge y se
construye un sentido del pensamiento teórico psicoanalítico que, a ojos de este
ensayo, es rígido, ahistórico y acultural y, que se ajusta perfectamente a los
conceptos de de rocas, calcos y diccionario. Los cuales serán los
elementos a detectar y problematizar a lo largo de este ensayo. La imagen
consiste en una pequeña serie de viñetas que muestran el proceso en que un
cavernícola, llega a la invención de la rueda. En la primera escena, el hombre
aparece sentado imaginando a una mujer desnuda. En la siguiente, visualiza los
pechos en ausencia del cuerpo, para luego, ver uno de los pechos, el cual
finalmente se convierte en una rueda. Esta cómica ilustración, vista desde la
perspectiva psicoanalítica, va dejando de ser un chiste para convertirse en una
verdadera calamidad que refleja fielmente el reduccionismo en que cae el
concepto de interpretación en el psicoanálisis.
Se sostiene
desde algunas posiciones críticas (Foucault, por ejemplo) que el psicoanálisis
suele reducir sus argumentos a temas concretos, como la conflictiva con los
padres y la sexualidad. A su vez, esta corriente, también es acusada de vestir
de teorías a los pacientes antes de oír en plenitud la biografía particular,
como elemento primordial para el análisis y la posterior maduración psíquica
del sujeto.
Es así como,
muchos psicoanalistas de diccionario han leído a Freud o Klein y, dicen a
partir de esto: "¡pero mira! Freud lo ha dicho, por eso es verdad" o
“Freud lo dijo en tal o cual momento, por lo tanto es cierto”. En este sentido,
cabe preguntarse si tanto Freud o Klein están en lo correcto como para
tomar la teoría de dichos autores al pie de la letra o también sin ir más allá
de las criticas posteriores de ellos mismos y sus discípulos.
Para
comprender hacia dónde se dirige este ensayo, tomaremos las diversas formas en
que se manifiestan una interpretación literal y generalización de los
contenidos teóricos del psicoanálisis. De este modo, se tomarán las
interpretaciones hechas en la práctica concreta que calzan con los conceptos de
rocas, calcos y diccionarios, para finalmente, presentar en el próximo
ensayo una distinta alternativa de análisis que se ha mantenido medianamente
oculta en el tiempo, la cual consiste en las construcciones en análisis. El
concepto de roca refiere a entelequias teóricas que traspasan las
barreras del tiempo, la historia y la cultura. Son supuestos teóricos rígidos
que se mantienen dentro de un saber que pese al paso de los años, en varias
escuelas psicoanalíticas y clínicas psicológicas
Respecto del
concepto de calco, se refiere a las a las interpretaciones, que
se sobreponen a un molde prefigurado por las rocas hacia el paciente. Tal
como una hoja trasparente que se pone por encima de un dibujo que se quiere
calcar, claro que a diferencia de éste, el calco en la clínica, será un papel
trasparente que acomodará y reformará la superficie sobre la que se ponga, le
dará forma según el dibujo que el propio papel trasparente trae desde antes de
posarse.
Finalmente,
el concepto de diccionario referirá a los expertos cuyo trabajo
analítico lo basan en manuales u otros tipos guías teóricas clasificatorias que
son usadas como nomenclatura explicativa de síntomas. El analista de
diccionario será aquel que en el ejercicio de la escucha identifica elementos
en la medida que éstos se asemejen o cuadren con los que su teoría ya tenía
definidos.
Un ejemplo de
una situación real fue lo que le pasó a un profesor de Psicología Cognitiva que
estuvo conservando con una Psicoanalista. Mientras ellos hablaban, el profesor
comenzó a dar vuelta su reloj de pulsera y la Psicoanalista expresa:
"¿Tienes un problema con tu Padre?". Por lo cual aquel profesor se
horrorizó y jamás se sacó en mente que los Psicoanalistas son así. ¿Qué pasó?
¿Qué ocurrió Epistemológicamente hablando? Si seguimos la lógica de aquella
"psicoanalista de diccionario" paso a paso fue seguramente lo
siguiente: el reloj representa el tiempo pero en cuanto controlado, el control
tiene que ver con la castración, la castración a su vez con la Ley y la Ley con
el PADRE. Antes de proseguir, si después de este ejemplo mientras me leen no
creen que esto fue un error lógico, les pido que si quieren seguir leyendo
tengan apertura de mente a lo que sigue, ya que si bien nos mantenemos aún en
los cánones del psicoanálisis, este tipo de interpretaciones como las de esta
psicoanalista de rocas y diccionario me parece una calamidad.
En resumen
(retomando lo dicho en mis otros ensayos), retuercen el Psicoanálisis en una
especie de diccionario pre-moldeable para lanzar interpretaciones del binario
"contenido-manifiesto y contenido-latente", pues a la hora de
analizar las gráficas, imágenes o dibujos, pareciera como si el Psicólogo
dispusiera a convertirse en creerse perfectas autoridades para criticar el Arte
o para dar un juicio biográfico a la obra en cuestión por solo ver unos cuantos
detalles que piden al sujeto, para dar juicios a lo que supuestamente ellos
creen saber de la imaginación que ellos expresan. Observando entonces una foto
y no un flujo de fotogramas para obtener un mejor criterio.
Vemos
entonces también cómo se reduce al sujeto a temáticas principales en donde
aquellos calcos no se pueden solapar, mezclar una de otras ya que existen
distinguidamente en una especie de estado puro, estado "limpio" para
lograr así su directa interpretación sin contaminaciones de otras asociaciones
que impiden llegar a las rocas sólidas interpretativas.
Postular
aquello ocasiona el conservadurismo de algunos psicoanalistas respecto a los
cambios sociales y la construcción social se ven momificadas por los conceptos
temáticos primordiales (el Edipo es universal con padre y madre, el fin sexual
es la heterosexualidad, el padre es quien imprime la ley, etc.)
Prosiguiendo
con mi ensayo publicado sobre las críticas a los Test Proyectivos,
"si miramos el "análisis de crítico de arte" que los Psicólogos
realizan en un Test gráfico observan la imagen y toman las partes de ésta (sus
elementos) como figuras metafóricas. Por ejemplo: "Entonces este tiesto de
ropa colgada representa la cáscara de la personalidad expuesta a los
demás". Ven aquí uds que se usó los elementos literales cambiándolas como
metáforas. Eso es lo que pretenden con ello lograr: cambiar lo literal en
metáforas para que se adaptan más o menos al motivo manifiesto de consulta.
Nuevamente,
lo literal lo amplían a una metáfora que calce con el motivo de consulta. Esto
mismo error se comenzó a emplear desde que se pervirtió el legado de Freud en
la interpretación de los sueños (Jung como culpable directo), como si abriendo
un diccionario pre-diseñado para cada sujeto (omitiendo su particular
diferencia), lo traducen en un término exacto que se amolde a sus
pre-configuraciones establecidas inmodificables. Caso reverso ocurre en el Tarot,
donde lo metafórico se traduce a lo literal: "la carta de las 3 espadas,
representa que algo le sucederá a tu padre por quien me has preguntado."
Otro ejemplo
de la misma línea es cuando pervierten aún más la 2da tópica de Freud
antromorfolizándola en el Test de dibujo "Casa-Árbol-Persona", en
dónde como diccionario pre-fijado, el árbol es el "Ello", la casa es
el "Yo", o incluso el sol (si es dibujado) es el "Superyó".
Para que no me se acuse de anti-psicoanálisis o que este ensayo es un intento de destruir el psicoanalisis, sería nada más lejos de la realidad si tomamos en cuenta a los mismos fieles seguidores y fundadores del Psicoanálisis cuando Ferenczi y Rank (1922) critican que en “el fanatismo de
interpretación llevaba a perder de vista, por la fijeza de traducciones de
diccionario, que la misma técnica de la interpretación es sólo una herramienta
para el reconocimiento del estado anímico inconsciente del paciente, y no la
finalidad o incluso la finalidad principal del análisis (...) testiguan la
incompleta comprensión de la totalidad de la situación analítica y la sobrevaloración
de detalles aislados. Éstos pueden querer decir un día una cosa, otro día otra.
El mismo símbolo puede, en un mismo paciente, tener distintos sentidos o
adquirirlos, según sea la conexión, la situación, bajo la presión o remisión de
la resistencia. En el análisis se ponen en juego tantos detalles finos,
aparentes bagatelas como la entonación, los gestos, el aspecto” (p.38). Por tanto, ya no es necesario dar más justificaciones, pues desde aquí podemos ver que tanto los Test Proyectivos, Jung con sus Arquetipos, Klein con sus Fantasías Originarias y Jones con las Simbolizaciones, no hicieron más que desviar el sentido técnico-teórico del psicoanálisis hacia un diccionarios de bolsillo.
Ahora bien,
para aterrizar el análisis a casos concretos usaré el libro de Hanna
Segal titulado "Melanie Klein", el cual fue publicado en 1979,
donde se muestra la interpretación de un test proyectivo de dibujo y de
juego simbólico. Si se lee con detenimiento el siguiente ejemplo se podrá
deducir que M. Klein hace exactamente lo mismo que se ve en el chiste de la
viñeta mencionada en un principio. Para que no se me acuse de sacar los
escritos de la autora fuera de contexto, se citaré un largo fragmento de una
sesión y sus interpretaciones realizadas en libro de Hanna Segal:
"En la
sesión siguiente, Richard llegó dos minutos tarde y pidió a la analista que
prolongara el horario por dos minutos. Cuando Klein interpretó los dos minutos
como los dos pechos que él temía perder, la expresión del niño adquirió
animación y el comentario fue: «debes ser muy inteligente para haber podido
descubrir eso...» Pero casi a continuación hizo un dibujo que representaba una
pista de patinaje de hielo con puntos que eran personas y dijo que la gente
estaba arañando el hielo; también asoció este dibujo con otro que había hecho
antes, al que había bautizado la «protesta china». Por aquella época, la
«protesta china» representaba ataques fecales y uretrales. Klein interpretó el
dibujo y la idea en él vertida como un ataque contra el pecho-pista de hielo y
relacionó el ataque con la pérdida y el destete.
Muy pronto el material de
Richard lo mostró extendiendo su ataque contra los bebés de su madre. Klein
conectó todas estas actividades con la ira contra el pecho nacida de la pérdida
y de los celos que le ocasionaban los nuevos bebés. Poco después, en la sesión,
el paciente hizo un dibujo de una estación, a la que llamó Blueing (Azulina);
explicó que azul significaba azul claro y señaló con el dedo a Melanie Klein,
quien le preguntó si podía decir algo acerca de «—ing»; Richard respondió que
no y Klein sugirió que podía significar ink (tinta). El niño, con una sonrisa,
contestó que lo sabía pero que no quería decirlo. El azul claro por lo regular
representaba para Richard su madre nodriza ideal; la tinta, a la que él llamaba
maloliente, representaba sus heces y su orina. De modo que Klein interpretó que
el niño deseaba una escisión y quería mantener la madre azul claro protegida de
sus ataques uretrales y fecales. Al oír la interpretación, Richard dibujó una forma
ovalada que tenía dentro dos círculos grandes y uno pequeño, después dibujó dos
círculos bastos fuera del óvalo y comenzó a cubrirlos furiosamente con puntos.
Después de esto dibujó más puntos en el óvalo, mientras rechinaba los dientes,
echaba fuego por los ojos y expresaba ira en todas sus facciones. Melanie Klein
interpretó que los dos círculos representaban los pechos —los de ella y los de
la madre de Richard— y que el paciente los atacaba con mordiscos y haciendo
rechinar los dientes, además de hacerlo también con el pene, representado por
el lápiz, que apuñalaba y orinaba. Cuando le preguntó qué eran las formas
dentro del óvalo, el niño replicó sin vacilaciones que eran huevos. Klein lo
interpretó como un ataque contra el cuerpo de la madre y contra los niños que
había dentro de ella y relacionó esto con los celos de los nuevos bebés. En
esta secuencia se advierte también otra vez la admiración que despiertan las
interpretaciones de Klein, su conocimiento del significado de los dos minutos,
el hecho de adivinar que la terminación —ing significaba ink (tinta), una
admiración que desemboca en una fantasía de un pecho lleno de bebés y en un
ataque que se manifestaba en una escisión y en la fragmentación de ese
pecho".
La primera interpretación que
realiza Klein, al decir que los dos minutos de prolongación, significan los dos
pechos que el niño teme perder, es asentida por el niño. Ahora, se puede pensar
que dicha interpretación no es la única que se puede realizar, pues también es
posible creer, por ejemplo, que los dos minutos representen su deseo
(consciente o no) de recuperar el tiempo perdido. La confirmación de Richard en
donde halaga a Klein respecto a su inteligencia, habría que precisar que
solamente el niño cree que eso es la verdad por la persuasión de la lógica de
la analista en cuestión y es finalmente Richard quien acepta el sentido a cabo.
Por tanto, que el niño confirme la veracidad de esta interpretación no confirma
nada.
Continuando con la siguiente
interpretación sobre la estación que llamó "blueing" (Azulina),
cuando Klein interroga a Richard sobre que podría significar el "ing"
seguramente el niño ya estaba acostumbrado a lo largo de las sesiones que Klein
interprete con él juegos de palabras (considerando que sus sesiones llevan más
de 90 es posible que dada la inteligencia y lenguaje del niño sea capaz de
producir asociaciones semejantes fonéticas), el niño al no decir que significa,
Klein se lo dice asociándolo a "ink" o sea, tinta.
No se niega
la posibilidad de condensar en una sola palabra blue-ink como dos objetos o
representaciones contradictorias que puedan significar deseos de escisión de
una representación de fondo (roca en-sí de la madre), sin embargo, en la
interpretación se presentan dos problemas que no permiten convencer de las
asociaciones. Por un lado, a veces azul claro represente la nodriza y, por
otro, no se puede hacer una asociación directa con ink (tinta) donde lo
maloliente tenga única relación con heces y, además, con algo en el orden de la
agresión. Y luego, resulta más complicada la triangulación de ambos conceptos
con una escisión inconsciente manifestada en dicha palabra combinada.
Este ejemplo
interpretativo, tiene un alcance aún más ambiguo, ya que, la lógica de las
interpretaciones y asociaciones que realiza Klein pueden condicionar poco a
poco las propias asociaciones del niño a un terreno transferencial que Klein
crea y proyecta, lo cual no sucede de manera inversa (como es la intención
original en el psicoanálisis), entonces, muchas confirmaciones del análisis
pueden caer en un sesgo autoconfirmatorio de las palabras de la psicoanalista cayendo
entonces en un vicio sin salida. En este punto vale recordar lo que muy
sabiamente Wittgenstein dijo: "Si escucháramos a un león hablar no lo
entenderíamos". Y justamente, esto ocurre en el caso de Richard, ya
que, las interpretaciones de Klein, enfrentan el lenguaje del adulto con el del
niño, el cual debe a partir de un pensamiento concreto, traducir las interpretaciones
ya hechas desde un nivel más abstracto.
Continuando
con el caso, cuando Richard comienza a dibujar los óvalos se debe entender que
Klein ya le informó recién de dicha interpretación, de este modo, es esperable
en el niño cierto condicionamiento asociativo que lo motive a dar ese tipo de
interpretaciones siguientes, pero lo que veremos a continuación, es que ni
siquiera el dibujo logra acercarse a lo que M. Klein intenta luego interpretar.
Klein supone que Richard rechinaba los dientes con ira, pero que además era un
deseo de atacar los pechos de ella y de su madre, representados en los óvalos
mordisqueados. También expresa que el lápiz con el que dibuja representa su
pene con el cual atacaría aquellos bebes que están dentro de la madre. No obstante
fuera de toda esa interpretación hay una interpretación donde termina aquella
que dice: "Cuando le preguntó qué eran las formas dentro del óvalo, el
niño replicó sin vacilaciones que eran huevos. Klein lo interpretó como un
ataque contra el cuerpo de la madre y contra los niños que había dentro de ella
y relacionó esto con los celos de los nuevos bebés." Esto último
guarda mayor coherencia y es muy posible que los huevos en el dibujo si
representen aquello que Klein cree sobre el embarazo de su madre y su ataque de
celos hacia los nuevos bebés. Sin embargo, para rematar Melanie Klein en una
conclusión que mezcla todas las anteriores interpretaciones, bajo una sumatoria
sin poder determinar una relación coherente que demuestre ser parte de un solo
significado global. Finalmente suma: "Su conocimiento del significado
de los dos minutos, el hecho de adivinar que la terminación —ing significaba
ink (tinta), una admiración que desemboca en una fantasía de un pecho lleno de
bebés y en un ataque que se manifestaba en una escisión y en la fragmentación
de ese pecho."
Ahora, del
mismo texto, exponemos otro fragmento respecto al sueño:
"Una
mujer que presentaba una psicopatología maníaco-depresiva grave. Durante su
período de análisis, esta mujer había obtenido un logro profesional importante,
lo cual le produjo un sentimiento de gran exaltación y triunfo. La paciente
relató este sueño: En el sueño ella estaba en el aire sobre una alfombra mágica
que la sostenía por encima de la copa de un árbol. La altura era suficiente
como para ver, a través de una ventana, el interior de una habitación donde una
vaca estaba mascando algo que parecía ser un interminable jirón de una manta.
En la misma noche tuvo también un corto sueño en el que sus bragas estaban
mojadas.
En sueños
anteriores, la vaca había representado a la analista como madre-nodriza.
Asoció que
el interminable jirón de manta representaba un interminable chorro de palabras,
ocurriéndosele que éstas eran todas las palabras que yo había dicho en el
análisis y que ahora tenía que tragármelas. Atemorizada por el éxito de su
paciente, la analista tenía que comerse sus palabras.
Las
bragas mojadas representaban un ataque uretral contra la analista. La ayuda
analítica que recibía la paciente había movilizado una envidia poderosa, que
conducía a la desvalorización y destrucción de la analista, la cual
representaba el pecho original."
La
interpretación del sueño es muy probable que sea correcta salvo un par de
detalles que son impertinentes de interpretar, "Las bragas mojadas
representaban un ataque uretral contra la analista." Así como también
decir que el pecho original es la última roca sólida donde se remonta la
transferencia originaria de la valorización de un sujeto, en este caso la
analista, es nuevamente reducir las asociaciones al compás de una roca sólida:
no importa lo que se exprese se puede remontar todo aquello a una simbolización
o aspectos del pecho original como la batuta que impregna las transferencias
posibles. Por cierto, no niego que algo de aquello en las relaciones tempranas
con la madre o vivencias de apoyo o apego, aún influyan en su conformación
psíquica, pero decir aquello en la manera a cómo lo aborda Klein, es similar si
digiera que el gol que metí en el partido de fútbol se debe a que mi papá me
enseñó a jugar fútbol... De modo que sí, seguramente de no ser por su padre no
hubiera jugado, pero decir que toda la acción acontecida hoy es producto
directo o que la influencia más verdadera que explica es ese episodio pasado,
es aventurar un pasado y homonogarlo a un presente sin más. Quizás muchas
transferencias de ese enseñanza paterna sigan en pie a lo largo del
entrenamiento previo, pero en el partido en sí, es algo al azar seleccionar
esos recuerdos como los decidores y no otros mas actuales que expliquen la
influencia del resultado con más vivencia y sentido.
Respecto a
las bragas mojadas podemos pensar que justamente en algún punto algo así haya
ocurrido tal vez en su infancia temprana (llamar la atención de su madre o
hacerla rabiar), quizás algo de eso le significó aún hoy como recuerdo infantil
que se solapó en el sueño como significado desplazado. Solamente si la paciente
recuerda o refiere sensaciones o asociaciones de esa índole a lo que para ella
significan las bragas mojadas, podría recién ahí dar ese sentido en esa parte
del sueño. No obstante, si esa interpretación se debe a la generalización de
los niños que tiene en mente la teoría Kleiniana, pues básicamente con sumo
absurdo abusa de vestir al paciente con sus conceptos antes de comprender la
biografía.
En las interpretaciones de este
tipo surge el problema donde se impone la teoría primero, por sobre la
asociación libre y biografía del paciente. Es cierto que todo encuadre, postura
clínica, forma de preguntar, guardar silencio o el acento puesto en una
temática frente a otras, SIEMPRE tiene detrás una teoría y que, jamás estaremos
en un terreno a-teórico, sin embargo, como se darán cuenta, es posible ver
muchos matices de cómo abordar aquello y se puede por otra parte detectar si realmente
está ocurriendo un atropello a la identidad del paciente imponiendo teorias.
Para ello, expondremos del mismo
texto en cuestión dos citas relacionadas a lo referido:
"La
envidia del pene también está influida en profundidad por la primigenia envidia
del pecho. El bebé puede apartarse con odio del pecho envidiado para dirigirse
hacia un pene idealizado, que a su vez se convierte en portador de la envidia
original del pecho. De lo expuesto se deduce que el criterio inicial de Melanie
Klein acerca de una envidia autónoma del pene, aunque reforzada por otras
fuentes, quedó suplantado por una hipótesis más radical: el origen primario de
una envidia excesiva del pene debe buscarse en la envidia del pecho
experimentado por el bebé."
"tales
circunstancias pueden desembocar en un rechazo prematuro del pecho y en la
elección del objeto alternativo, el pene, y por lo tanto existe la posibilidad
de que se produzca una sexualización prematura. Klein había advertido este
fenómeno en el análisis de Dick, el niño psicótico; pero por entonces no
consideró que esa sexualización prematura fuese una defensa frente a la
envidia".
Aquí se
observa el atropellamiento a la identidad, imponiendo una teoría antes de
verificar la biografía o asociaciones libres del paciente. Que ocurran rechazos
prematuros del pecho o la envidia a éste ante una elección alternativa de
objeto, es posible, pero tomar necesariamente aquel prematuro rechazo
casuísticamente a un pene, es forzoso considerarlo.
Ante todo lo criticado en el libro de Hanna Segal, similar crítica tiene el
psicoanalista Felix Guattari junto al filósofo Gilles Deleuze en
su libro "Mil mesetas" de 1980 que en su definición sobre lo
rizómico comparándolo con cierto psicoanálisis de "diccionario" o de
“calco” exponen: "Forma parte del rizoma. El mapa es abierto,
conectable en todas sus dimensiones, desmontable, alterable, susceptible de
recibir constantemente modificaciones. Puede ser roto, alterado, adaptarse a
distintos montajes, iniciado por un individuo, un grupo, una formación social.
Puede dibujarse en una pared, concebirse como una obra de arte, construirse
como una acción política o como una meditación. Una de las características más
importantes del rizoma quizá sea la de tener siempre múltiples entradas; (…) Contrariamente
al calco, que siempre vuelve "a lo mismo", un mapa tiene múltiples
entradas. Un mapa es un asunto de performance, mientras que el calco siempre
remite a una supuesta competance. Contrariamente al psicoanálisis, a la
competencia psicoanalítica, que ajusta cada deseo y enunciado a un eje genético
o a una estructura sobrecodificadora, y saca hasta el infinito calcos monótonos
de los estadios en ese eje o de los componentes de esa estructura, el
“esquizoanálisis” rechaza cualquier idea de fatalidad calcada, sea cual sea el
nombre que se le dé, divina, anagógica, histérica, económica, estructural,
hereditaria o sintagmática. Es evidente que Melanie Klein no entiende el
problema de cartografía de uno de sus pacientes infantiles, el pequeño Richard,
y se contenta con sacar calcos prefabricados —Edipo, el buen y el mal padre, la
mala y la buena madre— mientras que el niño intenta desesperadamente continuar
una performance que el psicoanálisis desconoce totalmente. Las pulsiones y
objetos parciales no son ni estadios en el eje genético, ni posiciones en una
estructura profunda: son opciones políticas para problemas, entradas y salidas,
callejones sin salida que el niño vive políticamente, es decir, con toda la
fuerza de su deseo.
Un calco
es más bien como una foto, una radiografía que comenzaría por seleccionar o
aislar lo que pretende reproducir, con la ayuda de medios artificiales, con la
ayuda de colorantes o de otros procedimientos de contraste. El que imita
siempre crea su modelo, y lo atrae. El calco ha traducido ya el mapa en imagen,
ha transformado ya el rizoma en raíces y raicillas. Ha organizado,
estabilizado, neutralizado las multiplicidades según sus propios ejes de
significación. Ha generado, estructuralizado el rizoma, y, cuando cree reproducir
otra cosa, ya sólo se reproduce a sí mismo. Por eso es tan peligroso. Inyecta
redundancias y las propaga. El calco sólo reproduce los puntos muertos, los
bloqueos, los embriones de pivote o los puntos de estructuración del rizoma.
Véase si no el psicoanálisis y la lingüística: el primero nunca ha hecho más
que sacar calcos o fotos del inconsciente, la segunda, calcos o fotos del
lenguaje, con todas las traiciones que eso supone (no debe, pues, extrañar que
el psicoanálisis haya unido su suerte a la lingüística). Véase si no lo que ya
ocurría con el pequeño Hans, dentro del más puro ejemplo de psicoanálisis
infantil: no han cesado de ROMPERLE SU RIZOMA, de EMBORRONARLE SU MAPA, de
ponérselo al derecho, de bloquearle cualquier salida, hasta hacerle desear su
propia vergüenza y su culpabilidad, hasta lograr enraizar en él la vergüenza y
la culpabilidad, fobia (le cortan el rizoma del inmueble, luego el de la calle,
le enraizan en el lecho de los padres, le "enraicillan" en su propio
cuerpo, le bloquean con el profesor Freud). Freud considera explícitamente la
cartográfica del pequeño Hans, pero siempre y únicamente para ajustarla a una
foto de familia. Véase si no lo que hace Melanie Klein "con los mapas
geopolíticos del pequeño Richard: saca fotos, hace calcos, adoptad la pose o
seguid el eje, estadio genético o destino estructural. Os romperán vuestro
rizoma, os dejarán vivir y hablar a condición de bloquearos cualquier salida.
Cuando un rizoma está bloqueado ya no hay nada que hacer, el deseo no pasa,
pues el deseo siempre se produce y se mueve rizomáticamente (p.18-19)”
(negritas resaltadas por mí).
Por su lado,
André Green (1982) en su libro "La Nueva Clínica Psicoanalítica"
plantea este mismo problema sobre las rocas originarias (arcaicas)
interpretativas, señalando que "tomaban por comunicación arcaica
directa cuando en verdad se trataba de un producto ya reordenado, portador de
mecanismos de defensa hasta de tlpo muy tardío. Se sostlene que la verslón
arcaizada de lo manifiesto tomaba la sombra por la presa. Pretendiendo ser
profunda, Melanie Klein había sido lnadvertidamente superficial porque parecía
desconocer la acción de la represión prlmaria, que oculta para slempre los
tiempos originarios. Lo que a nosotros llegaría por retorno de lo reprimtdo no
puede proporclonar por si una imagen fiel del pasado más remoto, puesto que
contrabandea todos los estratos de los periodos de la vida que lo han
recubierto. Lo traído a la superffcie no es el testigo fiel de la prehistoria,
sino un producto muy sospechoso, traficado por los falsificadores del
preconclente, de las más diversas épocas, cada una de las cuales dejó su
impronta sobre el objeto psíquico pretendidamente «primitivo». Dicho de otro
modo: la metáfora de Freud era inadecuada porque incurría en la ingenuidad de
creer que el pasado desenterrado conservaba su forma originaria.
(p.38)"
Deleuze
y Guattari en un texto anterior "El Anti-Edipo" de 1972,
apuntan que este tipo de interpretaciones "ocurre con los juegos
de los niños. Un niño no juega sólo a papá-mamá. También juega al brujo, al
cow-boy, al policía y al ladrón, al tren y los coches. El tren no es
forzosamente papá, ni la estación mamá. El problema no conduce al carácter
sexual de las máquinas deseantes, sino al carácter familiar de esta sexualidad.
Se admite que, cuando se ha hecho mayor, el niño se encuentra engarzado en
relaciones sociales que ya no son familiares" (p.51). En este mismo
punto concuerda plenamente Ricardo Rodulfo en su libro "Desconstruir el
Psicoanálisis" (2008) donde plantea que se debiese comprender ante
las interpretaciones que más bien “el trabajo del juego deja de ser
reactivo, como lo era en otras teorizaciones psicoanalíticas (defensa contra la
emergencia de angustia, sustituto de la actividad masturbatoria, reacción
tendiente a elaborar activamente un padecimiento sufrido bajo el signo de la
pasividad, etc.) y pasa a concebirse como la actividad originaria por
excelencia de la subjetividad, pasar a ser marca de la subjetividad”
(Rodulfo, 2008:110). Puesto que "enmarcar la vida del niño en el
Edipo, al convertir las relaciones familiares en la universal mediación de la
infancia, nos condenamos a desconocer la producción del propio inconsciente y
los mecanismos colectivos que se asientan sobre el inconsciente, principalmente
todo el juego de la represión originaria, de las máquinas deseantes y del
cuerpo sin órganos. Pues el inconsciente es huérfano, y él mismo se produce en
la identidad de la naturaleza y el hombre." (Deleuze-Guatarri,
1972:53)
Ambos
autores continúan enfatizando que "descifrar en ella «el atentado
incesante contra el padre», «el sordo estribo de los instintos contra la
solidez de la institución familiar y contra sus símbolos más arcaicos».
Entonces, en vez de participar en una empresa de liberación efectiva, el
psicoanálisis se une a la obra de represión burguesa más general, la que
consiste en mantener a la humanidad europea bajo el yugo del papá-mamá, lo que
impide acabar con aquél problema." (P.54)
Volviendo al
texto de Green (1982) el autor critica que en dicha forma "el complejo
de Edipo pertenecería a ese fondo específlco. Presentes en la forma de huellas
mnémicas heredadas, las fantasias originarias -de las que derivan todas las
demás- significan la vida psíquica. Dicho de otro modo, descifran los
acontecimientos con arreglo a su código, los clasifican, los ordenan y, para
decirlo todo, organizan lo inconsciente como otros tantos a priori o
universales." (p.40)
Volviendo al texto de Ferenczi y Rank (1922) somos enfáticos en señalar que "muchas veces se presentó a toda la psique como un mosaico de esos complejos y el análisis se encaminó a "analizar extrayendo" un complejo tras el otro, o se intentaba tratar toda la personalidad como la suma de complejos del padre, madre, hermana, etc. Naturalmente, era fácil coleccionar material para estos complejos ya que cada persona posee todos los "complejos", es decir, cada quien tuvo que arreglárselas de alguna manera en el devenir de su relación con las personas y cosas cercanas.” (p.40)."
Volviendo al texto de Ferenczi y Rank (1922) somos enfáticos en señalar que "muchas veces se presentó a toda la psique como un mosaico de esos complejos y el análisis se encaminó a "analizar extrayendo" un complejo tras el otro, o se intentaba tratar toda la personalidad como la suma de complejos del padre, madre, hermana, etc. Naturalmente, era fácil coleccionar material para estos complejos ya que cada persona posee todos los "complejos", es decir, cada quien tuvo que arreglárselas de alguna manera en el devenir de su relación con las personas y cosas cercanas.” (p.40)."
De este modo,
(Deleuze-Guattari, 1972) este método analítico interpretativo o este tipo de
interpretación, traiciona lo elemental iniciado por "Freud y los
primeros analistas descubren es el campo de las síntesis libres en las que todo
es posible, las conexiones sin fin, las disyunciones sin exclusividad, las
conjunciones sin especificidad, los objetos parciales y los flujos. Las
máquinas deseantes gruñen, zumban en el fondo del inconsciente, la inyección de
Irma, el tic-tac del Hombre de los lobos, la máquina de toser de Anna, y
también todos los aparatos explicativos montados por Freud, todas esas máquinas
neuro-biológicas-deseantes. Este descubrimiento del inconsciente productivo
implica dos correlaciones: por una parte, la confrontación directa entre esta
producción deseante y la producción social, entre las formaciones
sinto-matológicas y las formaciones colectivas, a la vez que su identidad de
naturaleza y su diferencia de régimen; por otra parte, la represión general que
la máquina social ejerce sobre las máquinas deseantes, y la relación de la re-presión
con esa represión general. Todo esto se perderá, al menos se verá singularmente
comprometido, con la instauración del Edipo soberano. La asociación libre, en
vez de abrirse sobre las conexiones polívocas, se encierra en un callejón sin
salida de univocidad. Todas las cadenas del inconsciente dependen
bi-unívocamente, están linealizadas, colgadas de un significante despótico.
Toda la producción deseante está aplastada, sometida a las exigencias de la
representación, a los limitados juegos del representante y del representado en
la representación. Y ahí radica lo esencial: la reproducción del deseo da lugar
a una simple representación, en el proceso de la cura tanto como en la teoría.
El inconsciente productivo da lugar a un inconsciente que sólo sabe expresarse
— expresarse en el mito, en la tragedia, en el sueño" (p.59-60) Estos
propios mitos y tragedias, imponiendo en la biografía más que despertar la
particularidad de cada uno, es como si el "inconsciente deja de ser lo
que es, una fábrica, un taller, para convertirse en un teatro, escena y puesta
en escena." (p.60). Bajo este escenario el "psicoanalista
se convierte en el director de escena para un teatro privado." (p.61)
O sea, el "Edipo se apropió de la producción deseante como si
todas las fuerzas productivas del deseo emanasen de él. El psicoanalista se
convierte de este modo en el perchero de Edipo, el gran agente de la
anti-producción en el deseo." (p.62)
En sus últimas obras, Deleuze (1993) en su libro "Crítica y Clínica", denuncia que "es un error hacer como si el niño estuviera primero limitado a sus padres y sólo accediera a otros medios a posteriori, y por extensión, por derivación. El padre y la madre no son las coordenadas de todo aquello de lo que el inconsciente se apropia. No existe un momento en el que el niño no esté ya inmerso en un medio actual que recorre, en el que los padres como personas sólo desempeñan el papel de abridores o de cerradores de puertas, de guardianes de los umbrales, de conectadores o desconectadores de zonas. Los padres siempre están en posición en un mundo que no resulta de ellos." (p.99) Finalizando que en dicha lógica "parece pasar por alto la actividad cartográfica del pequeño Richard. Sólo la considera un a posteriori, mera extensión de personajes
de su familia, el buen padre, la mala madre..." (p.100).
En sus últimas obras, Deleuze (1993) en su libro "Crítica y Clínica", denuncia que "es un error hacer como si el niño estuviera primero limitado a sus padres y sólo accediera a otros medios a posteriori, y por extensión, por derivación. El padre y la madre no son las coordenadas de todo aquello de lo que el inconsciente se apropia. No existe un momento en el que el niño no esté ya inmerso en un medio actual que recorre, en el que los padres como personas sólo desempeñan el papel de abridores o de cerradores de puertas, de guardianes de los umbrales, de conectadores o desconectadores de zonas. Los padres siempre están en posición en un mundo que no resulta de ellos." (p.99) Finalizando que en dicha lógica "parece pasar por alto la actividad cartográfica del pequeño Richard. Sólo la considera un a posteriori, mera extensión de personajes
de su familia, el buen padre, la mala madre..." (p.100).
No obstante,
esto resulta contradictorio para el mismo Deleuze cuando plantea en 1968:
"se reprime porque se repite" (se reprime un deseo porque se repite),
por lo cual, Deleuze se refiere aquí al deseo incestuoso, el deseo de posesión,
o deseo ingobernable. Afirmación de 1968 que dejarán de tener su validez
en el año 1972 dejando al olvido dicho recorrido. Aclaremos también que
el sentido ético de análisis para los autores apunta a desquebrarjar todo
intento del analista en enfrascar al sujeto a cualquier tipo de imperativo
categórico, puesto que dejaría su rol de analista de máquinas deseantes y
flujos. Sin embargo, es rescatable su crítica al psicoanálisis en
general, donde ellos sólo ven los que sus ojos filtran ver. Es cierto que
todo campo del saber adolece en este mismo velo, no obstante, al modo del eje
edipizado, esto es brutalmente visible. Las rocas, los calcos insesantes y
repetitivos que congelan la biografia en fotografias que hacen perder el
devenir del flujo de fotogramas incesantes que es la existencia.
El
"Esquizo-análisis" de Deleuze y Guattari es una clínica de abrir
el goce erosionando el bálsamo del lenguaje-social que para ellos es una
instancia territorialista o molar represora. Creo que la santificación del
"perverso polimorfo" en contra del "Edipo", si bien otorgan
una frescura y una crítica necesaria al determinismo binario papá-mamá de las
interpretaciones psicoanalíticas, creo que es importante reconocer que la
amoralidad del perverso polimorfo irremediablemente está destinado para
reprimirse y terminar en diversos disfraces sociales (aparentes adaptaciones).
Pienso que el Edipo que descubrió Freud, es una forma más de
decodificación-represión del deseo en la sociedad, que por supuesto no es el
único, pero sean cuales sean bajo su diversidad (formas de vínculos sociales,
colectividades o familiares), la castración, la ley, el deseo del Otro, seguirá
siendo lo que diferencia las Neurosis de las Psicosis. Con respecto a
la estructura Perversa, aunque puedan desmentirse (la castración o la
ley) en perversiones gozantes, seguirán siendo primordialmente un
reconocimiento de la castración y a su vez un fuerte deseo de rechazo a lo
percibido de ésta (desmentida o renegación como mecanismo defensivo que corre
paralelo a la represión en su conformación). Debemos pues, tomar en
consideración la castración, la identificación, el deseo del otro, la seducción,
el orden social particular, la libido hacia los primeros cuidadores, la conformación
del ideal del yo, son temas que no debemos pasar por alto, para así, no
divinizar el sujeto "perverso polimorfo" en su modalidad productiva
como máquina-deseante molecular (que proponen Deleuze y Guattari), puesto
que, a sí mismo como Deleuze y Guattari critican a la divinización del
sujeto "edipíco", resaltan el mismo efecto en lo inverso
"polimorfo" (de un polo caen a otro). De este modo, dejan de lado
importantes aportes y énfasis no menores en marco referencial del
psicoanálisis. Si bien la postura ética del anti-edipo se condice con lo
hemos planteado, es una ética particular que no subsume la postura de una
clínica donde su trabajo en la talking cure, es dar luz a esa angustia, que es
lo que no engaña.
Debemos ser claros en que no
todas las asociaciones responderán al Complejo de Edipo, al Complejo de
Castración, a la Madre, al Padre, su Falta, quizás algunas sí, pero siempre y
cuando sean sumamente pertinentes y el paciente por si mismo las refiera.
Así también lo enuncian Deleuze
y Guattari donde no "se trata de negar la importancia vital y amorosa
de los padres. Se trata de saber cuál es su lugar y su función en la producción
deseante, en lugar de hacer a la inversa, haciendo recaer todo el juego de las
máquinas deseantes en el código restringido de Edipo" (1972:52).
De no ser así, es como si la
vida humana se redujera 5 temáticas o 5 rocas sólidas de significación absoluta
que se remiten desde distintos caminos todos los inicios de cualquier
asociación. De modo que no importa la mujer de quién me enamoré o refiera como
amiga, siempre remite a mi amor originario por mi madre y cualquier conflicto
con las mujeres se debe rastrear justamente en esas huellas primarias con mi
madre. Pensar así, no se mira que tras ello, si se proyecta o si se tienen
transferencias propias en el mundo femenino está también mediado por mis
identificaciones, mi narcisismo, mi sexualidad o zona erógena, mensajes
enigmáticos, mis frustraciones en distintas esferas. No negamos que la relación
a la madre puede ser revelante o no (siempre y cuando suponemos que el paciente
tuvo una madre empíricamente hablando), pero hay que preocuparse de otros
factores temporales.
Si seguimos con esta lógica de
las rocas, ¿no es esto algo similar con lo que intentó apuntar Jung? Pues
justamente Jung reducía el bagaje psíquico humano en una serie de arquetipos
pre-establecidos inmodificables en el inconsciente colectivo que te conectan
con tu ser, vemos entonces también cómo se reduce al sujeto a temáticas
principales en donde aquellos calcos no se pueden solapar, mezclar una de otras
ya que existen distinguidamente en una especie de estado puro, estado
"limpio" para lograr así su directa interpretación sin
contaminaciones de otras asociaciones que impiden llegar a las rocas sólidas
interpretativas.
Postular aquello ocasiona el
conservadurismo de algunos psicoanalistas respecto a los cambios sociales y la
construccion social se ven momificadas por los conceptos temáticos primordiales
(el Edipo es universal con padre y madre, el fin sexual es la heterosexualidad,
el padre es quien imprime la ley, etc.).
A tal forma, se “puede
enceguecerse en una apelación automática al sistema de los conceptos, con su
inmediato deslizamiento a la actitud dogmática (típicamente, despachar toda
cuestión invocando a “la falta” o a “la roca” del complejo de castración, sin
abrir verdaderamente ningún horizonte (de) nuevo” (Rodulfo, 2008:253)
Cercano a Rodulfo, Deleuze (1993) reclama que "no se trata de la búsqueda de un origen, sino de una evaluación de los desplazamientos. Cada mapa es una redistribución de callejones sin salida y de brechas" (p.101) y que además "el inconsciente ya no tiene que ver con personas y objetos, sino con trayectos y devenires; ya no es un inconsciente de conmemoración, sino de movilización, cuyos objetos, más que permanecer sepultados bajo tierra, emprenden el vuelo." (p.101-102)
No se niega que las temáticas
psicoanalíticas referidas al inicio de este párrafo no existan o que no tengan
realidad ni actualidad posible, pero hay que entender que la castración de hoy
es distinta que la de ayer, el Edipo actual es distinto al Edipo de los tiempos
actuales, como en ciertos lugares en su diferencia. No es por tanto, criticar
esos conceptos que incluso son los fundamentales de la teoría psicoanalítica en
si misma, pero adjudicarlas un estatuto de "significados en-sí", es
abusar de estos por sobre la diferencia de cada sujeto. Los sujetos son más
complejos, las imágenes del padre o de la madre están subvertidas en múltiples
significantes y referentes a contextos incluso contradictorios, incluso en
intentos de simbolización que escapan al lenguaje en su intento de significarlo
todo. Para que las significaciones llegasen a referirse a estas temáticas y
elaborarlas, interpretarlas y reconstruirlas, solo es posible mediante una
asociación libre que contemple los discursos, sus resistencias, sus
repeticiones, contradicciones, traumas propios, recuerdos encubridores, etc.
Solo desde allí se podrá dar cuenta de las asociaciones que van suscitando las
temáticas más globales e interpretarlas, construirlas, contenerlas, etc., pero
no antes de haber pasado por esos recorridos de posiciones transferenciales e
identificaciones inconscientes.
Si algún trauma esta remitido
directamente por una fobia a la castración del padre, pues eso será posible
confirmarlo cuando el paciente asocie aspectos que apuntan a ello, no forzarlo
antes a una temática pre-establecida, puede incluso iniciar en situaciones
pasadas reciente que le den sentido su presente y que poco a poco vayan
deshilando aspectos temáticos mas íntimos que se acerquen a temáticas generales
o incluso hacia aspectos biográficos que relevan situaciones originarias que
van más allá de lo temático y el acento y sentido de significación tenga mayor
acento allí y no desenfocarlo en un "trauma primario" de algún tipo
temático. Quizás el paciente en algún momento refiera a un acento de su vida
pasado temático a elaborar y quizás lo anterior dicho por él no sea más que una
fantasía que encubre una defensa, un deseo, un complejo, etc. Puede que el
Edipo de un niño no haya sido traumático o provocado síntomas graves, pero que
tenga actualmente problemas para relacionarse en triadas, algo de su Edipo
puede dar cuenta de esto en cierta medida, pero quizás eso tenga que ver con
otros problemas más importantes actuales, algún conflicto social, marginalidad,
abandono o eventos de rechazo, que están por fuera del núcleo edipico en sí, no
es resignificar el Edipo entonces ante estas situaciones de los eventos
actuales, más bien es resignificar lo más actual (poner entonces el acento
allí). Ya que pensar de otra forma, seria creer que si una persona tiene un
Edipo sin traumas o síntomas graves, sería prácticamente imposible que se
neurotice por alguna cosa, ya que algo debe remitirse al Edipo (alguna falla o
conflictos debiese tener sí o sí). Es posible que sea importante el Edipo y
remitirlo, pero no tiene peso o valor de importancia en el acento en lo que se
amerite dar cuenta y elaborar en cómo se protege el sujeto de su sufrimiento a
base de síntomas o como convive con las angustias. Si por ejemplo a una madre
se le muere su hijo, es importante dar cuenta de cómo la madre le dio amor,
pero es importante dar cuenta del vínculo, los proyectos, las transferencias
con el hijo fallecido que se anudaron en ese momentos, antes que apuntar y
buscar alumbrar los aspectos recónditos del pasado con su madre, si el paciente
espontáneamente en asociación libre lo refiere pues es por algo y debe
escucharlo siendo el caso o no y si aún así la madre es muy relevante y la
refiere espontáneamente, seguramente por alguna represión y a lo largo de la
resistencia se relevará en el camino su sentido de interpretación y
reconstrucción.
Si nos sumergimos en otro modo
en esta lógica criticada, perfectamente podríamos a incurrir en que los miedos
a las serpientes representan el miedo al pene, más allá si la fobia está
constituida por el peligro de la mordedura o al veneno. O que si veo en un test
proyectivo antenas alargadas, pilares, en el fondo se enquistan en una roca
sólida final que sería el falo o pene. Tal como si, no importa la asociación
que digas buena parte de ellas "todos los caminos llegan a Roma",
siempre habrá el inicio a una huella mnémica fundamental que será eje de las
asociaciones de fondo que encubren la verdadera significación.
Volviendo al texto de Deleuze y
Guattari (1972), refiriéndose al análisis de Freud al caso Schreber,
"en este texto (1911) donde Freud se enfrenta a la cuestión más
temible: ¿cómo atreverse a reducir al tema paterno un delirio tan rico, tan
diferenciado, tan «divino» como el delirio del presidente — sabiendo que el
presidente en sus Memorias sólo concede unas breves referencias al re-cuerdo de
su padre? En varias ocasiones el texto de Freud señala hasta qué punto percibe
la dificultad: en primer lugar, parece difícil asignar como causa, aunque sólo
sea ocasional, de la enfermedad un «acceso de libido homosexual» sobre la
persona del médico Flechsig; pero, cuando reemplazamos el médico por el padre y
encargamos al padre la explicación del Dios del delirio, apenas podemos seguir
por nosotros mismos esta ascensión, pues nos otorgamos derechos que no pueden
justificarse más que por sus ventajas desde el punto de vista de nuestra
comprensión del delirio." (p.62)
En este sentido Deleuze y
Guattari expresan una cierta carga de culpa que se "rectificaría" en:
"no es por mi culpa que el psicoanálisis dé prueba de una gran
monotonía y encuentre al padre por todas partes, en Flechsig, en el Dios, en el
sol; la culpa está en la sexualidad y en su obstinado simbolismo. Por otra
parte, no tiene nada de sorprendente el que el padre aparezca constantemente en
los delirios actuales bajo las formas menos reconocibles y más ocultas, puesto
que aparece en todas partes y de manera más visible en los mitos antiguos y las
religiones que expresan fuerzas o mecanismos que actúan eternamente en el inconsciente"
(p.62-63). Lo que no perdonan ambos autores es el "enorme
contenido político, social e histórico del delirio de Schreber no se tiene en
cuenta ni una sola palabra, como si la libido no se ocupase de esas cosas. Sólo
se invocan un argumento sexual, que lleva a cabo la soldadura entre la
sexualidad y el complejo familiar, y un argumento mitológico, que plantea la
adecuación entre el poder productivo del inconsciente y las «fuerzas
edificadoras de los mitos y las religiones»" (p.63) En otras palabras,
es importante agregar que "cuando el psicoanálisis tradicional
explica que el instructor es el padre, y que el coronel también es el padre, y
que incluso la madre también es el padre, vuelca todo el deseo sobre una
determinación familiar que ya no tiene nada que ver con el campo social
realmente cargado por la libido. Está claro que siempre hay algo del padre o de
la madre tomado en la cadena significante, los bigotes del padre, el brazo
levantado de la madre, pero siempre yendo a ocupar determinado lugar furtivo
entre los agentes colectivos." (p.68) Esto resulta más importante
considerando los conflictos políticos que puede desprenderse como
práctica social: "la cuestión no radica en saber si las mujeres
están castradas o no, sino en saber si el propio inconsciente «cree en ello»,
pues toda la ambigüedad radica ahí: ¿Qué significa creencia aplicada al
inconsciente, qué es un inconsciente que tan sólo «cree» en vez de producir,
cuáles son las operaciones, los artificios, que inyectan al inconsciente «creencias»
— ni siquiera irracionales, sino al contrario demasiado razonables y conformes
con el orden establecido?" (p.67)
Hay que aclarar que es innegable
que en algún punto nos toparemos con aquellas temáticas que son conceptos fundamentales
en el psicoanálisis, pero cada una de ellas tiene su paso, sus huellas y su
ritmo. Por ejemplo, si tengo una transferencia con alguien y lo trato como una
persona que le otorgo respeto. Podría ser que esa transferencia se originó
desde el padre y se repite, pero puede perfectamente ocurrir que más por el
padre, se debe a un amigo querido suyo que falleció que lo trataba con respeto.
Si trabajamos el padre primero antes del amigo, dando un peso o acento mayor al
padre que al amigo fallecido es incurrir a un error de apreciación, es dar una
significación coja, se debe mas bien trabajar el amigo a través de la figura
anterior de su padre para comprender y explicar, no al revés, o sea, trabajar
el padre a través de la figura de su amigo, ya que quien está afectado por el
duelo es por el amigo, no los recuerdos hacia el padre. Y todo aquello
finalmente para darse cuenta en el presente de lo que ocurre con esta persona
ahora, que no es mas que una persona que transfiere algo que da cuenta de un
pasado: de su amigo perdido que trata con respeto y que por diversas vivencias
y otras transferencias y mezclas se inicio sus primeras influencias desde su
padre que marco un cierto ritmo y que con el amigo fallecido se marcó el baile
más complejo que se traslada la melodía en la persona que refiere ahora con la
sensación de darle respeto. Deteniéndome justo en este ejemplo, es pertinente
recordar lo que dijo Freud en análisis terminable e interminable respecto a ser
un bombero que intenta apagar un incendio solo quitando el candelabro que
ocasionó el incendio y dejar con poca importancia la casa incendiada. La casa o
el tejido incendiado, son los hilos posteriores, su historia, hilos que pueden
quizás desenredarse mejor por comprender los aspectos de su pasado con su padre
para apagar mejor el incendio, pero quizás solo sea un nudo pequeño ante los
otros nudos: desatar el nudo inicial no asegura que automáticamente se
desanuden de una sola catarsis los nudos de sus historias posteriores (hasta su
presente).
En este sentido cobra mucho
valor lo que dijo J.P Sartre, en su concepción de la mala fé: Si no logré mi
objetivo de ser un buen médico, esto se debe que hace 30 años cuando era
pequeño me llevaba mal con mi padre… bajo este ejemplo entonces sería un no
hacerse cargo de su pasado y justificar de mala fe cada uno de sus actos. En
tal sentido y siguiendo por unos momentos la filosofía de Sartre: ¿Dónde está
la libertad del sujeto? ¿Qué libertades o ilusiones de elección puede tener si
está atado a pesadas rocas que lo determinan? Sin duda algo de su padre afectó
en sus transferencias, quizás algo no se pudo elaborar y quedó como trauma
irrecuperable, situaciones así pueden ocurrir perfectamente, pero uno no
siempre queda realmente afectado por traumas necesariamente, y más bien algunos
traumas o quiebres pueden ocurrir más tardíamente. Y eso más tardío estará
bañado por pulsiones, goces, represiones, identificaciones que impiden lograr
la búsqueda de aquella pureza solida de roca final. Aquello último en si, no existe,
ya que todo remite a otro remitente en un contexto.
Como todo marco teórico, está
entretejido entre lo ético y político, por cual trae consecuencias importantes
en algunas prácticas de la Salud Mental (por generaciones). Así es como
Deleuze y Guattari (1972) basándose en la obra de M. Foucault
"Historia de la Locura" comentan que la medicina o la salud
mental busca "unir la locura a un complejo parental vincularla «a la
dialéctica semi-real, semi-imaginaria, de la familia»; constituir un
microcosmos en el que se simbolizasen «las grandes estructuras masivas de la
sociedad burguesa y de sus valores», Familia-Hijos, Falta-Castigo,
Locura-Desorden; hacer que la des-alienación pase por el mismo camino que la
alienación, Edipo en los dos cabos, fundamentar de este modo la autoridad moral
del médico como Padre y Juez, Familia y Ley; y llegar, por último, a la
siguiente paradoja: «Mientras que el enfermo mental está enteramente alienado
en la persona real de su médico, el médico disipa la realidad de la enfermedad
mental en el concepto crítico de locura» (p.99) "
¿No se han preguntado de dónde
surge la raíz polémica entre Rank y Freud sobre el origen de la angustia?
Rank (1925) intentó
responder esta cuestión ni más ni menos bajo una forma lógica-teórica
que Freud estuvo estableciendo, por tanto Rank, postula que casi
todas o todas las angustias se remiten originariamente a una angustia del
nacimiento. ¿No es esa roca sólida lo mismo que también buscaba Rank en sus
elaboraciones a mediados-inicios de los años 20s? Como algunos saben O. Rank
especuló el origen de la angustia a raíz de la angustia del nacimiento donde se
supone que el bebé al nacer experimentara su principal trauma al nacer. De tal
modo que cualquier angustia futura que ocurra se remontara a este quiste
angustioso del nacer, en donde la terapia debe buscar la forma de conectarse
con aquella angustia encapsulada en lo inconsciente y descargarse o descargarla
en una catarsis.
Freud respondió
críticamente a Rank en varios textos, en 1937 respondió diciendo
que el camino que plantea Rank es igual a que si en un incendio, saco el
mechero que ocasionó el incendio de una casa, dejando consigo el resto de la
casa incendiada. Es claro para Freud que la angustia no es algo que se
encapsula en una emoción y queda ahí guardada para siempre en la espera por
varias décadas en lograr su catarsis y con ello sanar todas las neurosis. Como
si arreglando las bases de un piso subterráneo automáticamente se arreglan
todos los pisos de más arriba frente a todo viento y marea. Desatar algún nudo
originario no es garantía de que por medio de un linealidad temporal los
conflictos inconscientes se solucionen, lo inconsciente no tiene un
ordenamiento temporal lineal, poseen fragmentos más que un orden preconcebido.
Esto último nos remonta a los primerísimos escritos de Freud en la época con
Breuer en a fines del 1880 e inicios de 1890, los cuales respondían al modelo
de la catarsis, de la descarga.
No negamos que algo de eso
ocurre en forma de alguna descarga, pero Freud descubrió gracias a Breuer en
sus últimos trabajos juntos, el fenómeno de la transferencia, la resistencia,
la repetición, etc. Anterior a dicha época las fantasías de la cura analítica
en ese modelo consistían en que a lo largo de las sesiones llegarán a la verdad
de un pasado lo más originario o reprimido posible en donde se esconde
toda la verdad que dará sentido a todo el ser y al momento de decírselo en la
interpretación, “automáticamente” sanarás. No obstante, Freud ya en las
conferencias de 1909 en la Clark University de Estados Unidos ya se cuestionaba
aquellos supuestos básicos iniciales hacia otros ejes, tomando en cuenta la
resistencia y el tiempo propio de cada paciente.
Recapitulando ahora hacia los
Test Proyectivos, el fenómeno de las interpretaciones que criticamos, son
bastante comunes o frecuentes en dichos test. Por ejemplo al Test de
Rorschach, la lámina IX temáticamente representa la madre arcaica y el
surgir de elementos relacionados con el propio nacimiento. Es un claro fenómeno
de que existe una roca sólida enquistada en lo inconciente o en las
representaciones pulsionales que reflejan lo en-sí exacto que son las huellas
en lo intrauterino y del nacimiento. No se niega que en la conformación del
feto y la gestación ocurran organizaciones celulares o neuronales que afectan
los futuros caminos asociativo perceptivos del bebé, pero argumentar que es
plenamente posible aislar unas manchas que tienen algo que ver directamente con
las huellas mnémicas de cada uno de los bebés, para que asi, de esas manchas lo
que uno vea aperceptualmente y se diga, refieren algo de mi propia placenta o
huella en lo uterino. De modo que bajo esta lógica en la lámina IX estamos
operando tal como lo propuso O. Rank.
Por otra parte según el texto de
Fenómenos Especiales, se consigna por ejemplo que el Shock al azul y verde
respondería a una homosexualidad femenina. Otro ejemplo al mismo test es en la
Lámina VII, si uno ve algún objeto musical tal como un cello, aquello
significaría algo relacionado con la masturbación. Otro ejemplo en la Lámina I
la cual refleja la identidad de la persona, si uno ve una máscara o antifaz,
significa que tiene un sentido de ocultar su propia identidad. Sin embargo, si
suponemos que tras ello la persona a solo un par de días antes de realizar el
test asistió a una fiesta de máscaras, podemos considerar que perfectamente vea
dicha asociación, sin embargo, pese a que si no hubiese asistido a la fiesta
seguramente podría decir algo quizás más representativo a su persona, pero aun
teniendo esto en cuento de igual modo se le considerara como parte de su
personalidad o identidad. La objeción está en que se admite en el Rorschach no
considerar patológico o en el orden de relaciones sociales parciales, si un
médico ve muchas partes o interiores de un cuerpo humano, considerándolo normal
hasta incluso esperable. Si esto último guarda relación de la profesión y la
influencia reciente, ¿qué tan distinto es el caso de una persona que ve una
máscara un par de días antes de aplicarse el test? Nuevamente si respondemos
esta pregunta nos encontraremos con respuestas enfocadas en los calcos y rocas
interpretativas para justificarlo o no.
Siguiendo con la propuesta crítica
desarrollada, cobra suma relevancia dar cuenta qué cosas debieran suceder
durante el juego simbólico para lograr una acertada interpretación: Para ello,
se debe dar cuenta si lo simbolizado por el niño da cuenta de un evento pasado
real (sea o no traumático) o si éste es fantaseado. Se debe también distinguir
si el juego en cuestión representa un terreno en torno a los anhelos,
idealizaciones o deseos fantaseados. Se debe distinguir por otro lado si el
juego en cuestión representa un terreno en torno a la negación, oposición a su
contexto actual o de su propia imagen, expresando "al revés" su realidad
escondiéndola. Dilucidar si el contenido emocional del juego se refiere a un
estado de animo de alguna experiencia vivenciada reprimida o recordada y si
estas se distinguen de una mera descarga emocional motriz.
Hay que tomar en cuenta la
posible abstracción simbólica, la coordinación senso-motriz posible, la defensa
a la negación que posee el niño (para la mayoría de las veces se hace necesario
un trabajo de indagación triangular del relato. No considerar estas variables
abrirá un espacio a riesgo de adecuar aquellos calcos y rocas para aliviar la
carga interpretativa y ahorrar el camino a la indagación. Por lo tanto se
debiese comprender que ante las interpretaciones “el trabajo del juego deja
de ser reactivo, como lo era en otras teorizaciones psicoanalíticas (defensa
contra la emergencia de angustia, sustituto de la actividad masturbatoria,
reacción tendiente a elaborar activamente un padecimiento sufrido bajo el signo
de la pasividad, etc.) y pasa a concebirse como la actividad originaria por excelencia
de la subjetividad, pasar a ser marca de la subjetividad” (Rodulfo,
2008:110) vale decir, no toda simbolización representa una salida al conflicto
psíquico sino mas bien en una primera instancia corresponde a la curiosidad y
experimentación del niño frente al mundo, lo que luego puede constituirse en
una simbolización que el niño acuñe para constituir su psiquismo.
Ante todo lo expuesto con
respecto a las interpretaciones en sus abusos, mal usos, límites y
posibilidades. La pregunta que hay que buscar es: ¿Son las interpretaciones
el principal y único camino para hacer consciente lo inconsciente? ¿Es la
interpretación lo único que logra dar sentido a las transferencias entre
paciente y analista? ¿Es la interpretación lo único que ayuda a levantar la
represión?
Para contestar estas
preguntas, es importante considerar que teniendo en cuenta las facultades
virtuosas y viciosas de las interpretaciones, Freud en sus últimos textos abrió
un espacio nuevo, que no muchos pudieron seguir a su paso, algunos dejándolo en
una posición secundaria ante toda la elaboración teórica-practica
correspondiente a las interpretaciones (con sus fortalezas y debilidades). Al cimiento que nos estamos refiriendo ahora no es otra
cosa que las construcciones en análisis. Tema que concluirá y finalizará
este mismo ensayo en su próxima parte hacia una "nueva" propuesta teórico-práctica
en el quehacer de la clínica psicoanalítica.
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