Hay un ensayo de S. Freud muy interesante que por motivos que aún desconosco he visto muy pocas publicaciones o comentarios de dicha obra en otros lados. Es un ensayo breve datado en 1910 llamado "El Doble Sentido Antitético de las Palabras Primitivas".
En este ensayo Freud se apoya en las investigaciones de un filólogo llamado Kart Abel que exponiendo sus descubrimientos sobre la significación originaria de doble sentidos opuestos en algunas palabras, dan cuenta del carácter de la diferenciación sistemática entre ellas. En otras palabras, una palabra significa lo que significa no en si misma, sino más bien en las diferenciaciones sistemáticas que hayan una de las otras.
Sin ir más lejos tesis como éstas se encuentran desarrolladas en la obra del semiologo F. Saussure, donde expresa del mismo modo que en estructuras fonéticas es indispensable que un fonema se distinga de otros fonemas para ser ese y no otro (lo que llama el "valor"). Esta idea como muchos saben, fue retomada por la filosofía en distintos periodos y en especial en autores como Lacan y Derrida quienes revolucionaron el sentido semiótico de las palabras y su estructuración en el discurso humano.
Para dar un ejemplo respecto a esto último, en la obra de Derrida si bien admite la radicalidad crítica a la metafísica que se puede encontrar en la crítica de Saussure (una palabra nunca significa en sí misma si no es en relación a otras palabras para en su diferenciación ser algo entre los otros), Derrida critica que Saussure no llevó todo esto a sus mayores alcances posibles al establecer este tipo de diferenciación fundamentalmente en los fonémas y grafemas, o sea, en los significantes como tales. Dejando de lado, que justamente es también en los mismos significados en donde también ocurre dicho fenómeno. En otras palabras, lo que hace Saussure es que al concepto o significado de vaca, se eligen al azar significantes que no tienen nada que ver con el concepto de vaca, pero que no obstante se utilizan los sonidos diferenciados de "v", "a", "c" , "a", para denominarla así, un significado o concepto que se une a un significante. Por tanto criticará Derrida, Saussure regresa a la filosofía metafísica de la escolástica al sugerir un concepto "puro" o un significado por si mismo, "la vaca" que luego se une a un basto espectro de sonidos (fonémas y grafemas) o significantes para comunicarlo. En resumen, para Saussure, las palabras son plantillas anexas que sobran o re-plican o copian al signficado puro, que en contraste a lo plantado por Lacan y Derrida, la escritura del lenguaje sí incide en cómo significamos las cosas en el mundo.
Es ahí donde cobra suma importancia el hasta donde se quedó truncada la critica metafísica que Derrida buscaba en Saussure y que no consiguió finalmente.
No obstante, en Freud a diferencia de Saussure, Freud no cae en ese mismo juego y va más allá de Saussure. Aunque a primera lectura de su ensayo, pareciera que Freud (1910) toma las mismas tesis de Saussure, va más allá de estas y rompe además con la metafísica del significado o concepto "puro", al decir que, para sostener el concepto de alto o fuerte, se debe precisamente comparar algo con algo, para sostener qué es alto o fuerte en una comunidad se establece un sistema de diferencias tales que permitan con el tiempo sostener dichas diferencias de forma tal que se conviertan en "sólidos" conceptos para referir.
Así lo explica Freud (1910) en su ensayo: "Nuestros conceptos nacen por comparación. «Si siempre fuera día claro, no distinguiríamos entre claridad y oscuridad y, por consiguiente, no poseeríamos el concepto de la claridad ni la palabra correspondiente…»
«Todo en este mundo es relativo, y sólo tiene existencia independiente en cuanto es diferenciado de otras cosas y en sus relaciones con ellas…» «Siendo así todo concepto la pareja de su antítesis, ¿cómo podría ser pensado por vez primera y comunicado a quienes intentaban pensarlo, si no es por comparación con su antítesis?» «No siendo posible concebir el concepto de la fuerza más que por contraposición a la debilidad, la palabra que designaba lo «fuerte» integraba una reminiscencia a lo «débil», por ser aquello merced a lo cual logró existencia. Tal palabra no designaba en realidad ni lo «fuerte» ni lo «débil», sino la relación entre ambos y la diferencia entre ambos, las cuales crearon igualmente lo uno y lo otro…» «El hombre no ha podido conquistar sus conceptos más antiguos y más simples si no es por contraposición a sus contrarios, y sólo paulatinamente ha aprendido a discriminar los dos elementos de la antítesis y a pensar el uno sin necesidad de una comparación consciente con el otro." (..) " Cuando la palabra egipcia ken debe significar «fuerte», lleva detrás de su fonema, alfabéticamente escrito, la imagen de un hombre erguido y armado, y cuando la misma palabra ha de significar «débil», sigue a las letras que representan el fonema la imagen de un hombre acurrucado y laxo. Análogamente, la mayoría de las demás palabras equívocas son acompañadas de imágenes aclaratorias.»
Según Abel, en el lenguaje hablado servía el gesto para dar a la palabra pronunciada el sentido deseado."
De este modo, lo que Freud retoma del filólogo va más allá de Saussure, ya que subvierte las diferencias de algo con algo (en cuanto significantes), también a los significados (no tan solo en los significantes). Por tanto, cada concepto significa en una serie de comparaciones diversas que en una cultura sustentan su significado (con el apoyo de imágenes o imaginarios) y los fonemas o grafemas a corresponder.
Freud da varios ejemplos: "Así, ya en los jeroglíficos la palabra ken, «fuerte-débil», se disocia en ken, «fuerte», y kan, «débil». «Dicho de otro modo: los conceptos que sólo antitéticamente pudieron ser hallados se hacen ya con el tiempo lo bastante familiares al intelecto humano para otorgar a cada uno de sus dos elementos una existencia independiente y crear para cada uno su especial representación fonética." (...) "El latín altus es a la vez alto y profundo, y sacer, sagrado y maldito, subsistiendo, por tanto, aun en estos casos, la antítesis completa, sin modificación alguna de la palabra. La modificación fonética introducida para la separación de los contrarios queda ilustrada por ejemplos tales como clamare (gritar), clam (silencioso, callado), siccus (seco), succus (jugo)." (...) "En alemán, la palabra Boden significa aún hoy en día lo más alto y lo más bajo de la casa. A nuestro bös (malo) corresponde un bass (bueno) en sajón antiguo, frente al inglés bad (malo). El inglés to lock (cerrar), frente al alemán Lücke (hueco) y Loch (agujero). El alemán kleben (pegar, adherir), frente al inglés to cleave (hendir, separar); alemán stumm (mudo) y Stimme (voz)." (...) "llama Abel la atención sobre otras huellas de antiguas dificultades del pensamiento. Los ingleses dicen todavía hoy para expresar «sin» without, o sea «consin», y lo mismo los habitantes de la Prusia oriental (mitohne). La palabra with misma, que hoy corresponde a nuestro «con», significó originariamente también «sin», como puede verse todavía por las palabras withdraw (marcharse) y withhold (sustraer). Este mismo cambio se nos muestra en las palabras alemanas wider (contra) y wieder (unido a). "
Este ensayo de Freud que voy citando también está enfocado en los análisis de los sueños, por tanto, cuando un significado cobra un sentido opuesto a lo real vivido, siendo disfrazado por el proceso primario (por desplazamiento y condensación), por ejemplo, que el perro que me ataca del cual estoy soñando en realidad representa aspectos hostiles de mi padre, eso también ocurre con las palabras que alguna vez en lo primitivo el niño aprendió a diferenciar, y dicha arcaica diferenciación de distinguir una cosa de otra, también se podría manifestar en los sueños bajo el proceso primario. Así lo expresa Freud (1910) al final de su ensayo: "En la coincidencia entre la peculiaridad de la elaboración de los sueños, expuesta al principio del presente trabajo, y la práctica de las lenguas, más antiguas, descubierta por los filólogos, debemos ver una confirmación de nuestra tesis del carácter regresivo y arcaico de la expresión de los pensamientos en el sueño".
No obstante, tal como décadas después Lacan nos dice, no es que la palabra "gato" denomine a un conjunto de percepciones-sensibles que pueda tener un infante y que luego se use la palabra "gato" para in-vestir dicho conjunto de sensaciones o percepciones al animal, Lacan, en oposición a esto, dirá que más bien esto ocurre por efecto de los discursos del Otro (desde el tesoro de los Significntes), que están codificados de antemano por dicha reglas (leyes) que se lo nombran o lo han nombrado (precedidamente antes de nacer por la cultura) y de estructuras del lenguaje que hacen conducir a dicha significación.
Aquí vemos claramente en el discurso de Lacan la primacía de lo Simbólico por sobre lo Imaginario y lo Real. Vale decir, las palabras están pre-construidas de ante mano, nos arrimamos a un código que nos precede al nacer, las diferenciaciones que logremos para referir los diversos objetos en el mundo, ya están cincelados por los conceptos. De este modo, si seguimos a Lacan, no nos podríamos explicar o comprender fenómenos tan humanos como la Creatividad o nuestro lenguaje privado (oponiéndonos a Wittgenstein), así como también las senso-percepciones imaginarias del cuerpo (Anzieu) y las huellas de placer-displacer que comandan la configuración de representaciones (yo placer puificado de Freud en 1915), pues, es en lo Imaginario donde los efectos del significante o de lo simbólico se construyen nuevos sentidos o significaciones creativas nuevas, que van más allá de lo precedido por nuestra cultura. Además, lo Real también tiene su propia incidencia en romper los esquemas discursivos que nos anteceden, no somos una herencia de meras "voces del Otro", más bien, cuando lo imaginario junto con lo Real se coagulan generan una instancia Simbólica que transciende las generaciones culturales, para luego ser nuevamente abatidas por el devenir histórico del cambio.
Si bien,. la propuesta de Lacan señala la influencia del Otro en la construcción del mundo del pequeño infans. Creo que como bien dice Laplanche, desde el Coloquio de Bonneval (1960), no sería como lo dice Lacan, "es el lenguaje la condición del inconsciente", sino que es "el inconsciente quien condiciona al lenguaje". Aunque Laplanche por su parte dice en textos posteriores que ya no sigue dicha binariedad, si remarca que la seducción originaria al infans es lo que le permite conformar sus funciones psíquicas, más que el lenguaje en sí, tesis retomada y elaborada ingeniosamente por su discípula S. Bleichmar (temática compleja que no abordaré en este ensayo).
Existe por otra parte, una mala-lectura de diccionario pre-determinado en los textos de Freud, subvierten a Freud aún hoy a los pasajes metafísicos de que un significado se representa por un significante. Ya que por el contrario, y siguiendo a Lacan, un significante, representa a un sujeto para a otro significante o para decirlo desde lo clínico, un síntoma que se repite "involuntariamente", remite a otro síntoma que volverá a repetirse en una cadena de otros síntomas que (de)vendrán (allí está alojado el inconsciente, lo innombrable, lo que no se agota en el decir, sino en su decir más "un plus", "una vuelta") de lo que uno intencionalmente trataba de decir.
Si bien tanto S. Freud como F. Saussure, no llevaron sus ideas a los senderos más radicales y críticos posibles contra las metafísicas de su época. No es menor rescatar la radicalidad de sus comentarios, para entender de mejor modo la obra de estos autores. Y con ello, dar cuenta de cierta injusticia a la interpretación "errada" o de tipo diccionario que se realiza a su obra.
El ensayo de Freud (1910), si bien su intención estuvo enfocada en el análisis de la interpretación de los sueños, no deja de ser imprescindible que dicha obra nos aborda a comprender aún más el proceso primario y las simbolizaciones sustitutivas que se emprenden.
muy bueno!!
ResponderEliminarMuchas gracias por leer y por su comentario :)
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