Es muy cínico e hipócrita que los Lacanianos critiquen a la Ciencia por borrar al "sujeto". Cuando son los mismos lacanianos quienes degeneran su sujeto ahuecado como conjunto vacío en afánisis desfalleciente por el fading como mero efecto de significantes. Sujeto de la enunciación atado a discursos en enunciados.
Lacan mismo pulveriza al sujeto y lo forcluye de la sesión. Al abortar sesión prematuramente estafando peor que taxímetro adulterado, ni Marx podía anticipar el negocio burgués de no dar oferta para la demanda y anular los tiempos de trabajo a mera lógica reduccionista en matemas.
Ni Marx podía anticipar la plusvalía de ganar más trabajando menos bajo la estafa de Lacan en sus sesiones variables. Invierte la demanda sin dar oferta, el negocio soñado del capitalista anulando los tiempos a mera "lógica" anti-cronológica, dañando en derretir las coordenadas de espacio-tiempo a sujetar.
La vil desnutrición corporal como mero eco de palabras en cuanto cuerpo, el mero discurrir del habla-ser como sujeto-en-falta. Si existe algo como un yo (moi) es bajo su reducción de síntoma: mero trozado imaginario donde el campo del discurso del Otro le amarra fantasmáticamente coagulado en una metonimia de pérdida que lo desdibuja a través de la cadena. Para que luego, nuevamente, los Lacanianos se quejen en que la Ciencia forcluye al sujeto. No es más que proyectar su propia trituración del sujeto proyectada al supuesto demoníaco eje científico goce-Otro.
Sobretodo, con Lacan no hay ciencia empírica posible en medio de agujeros vacíos y nada ex-nihilo. Puesto que el A (Otro) está tachado a su vez, no tan solo el $ujeto está barrado en su perforación que impide una corraboración científica posible. Estrangulan la representación de la falta incompleta no-toda en cuanto literalmente delirar con la nada-vacío-afánisis de forma mística teológica. Al no existir en los desfiladeros del significantes un A = A, puesto que la diferencia remite a un sujeto para Otro, la inconsistencia del desencuentro de todo encuentro es perpetua, de modo que el sujeto queda desintegrado en su ahuecada cáscara vacía en la nihilidad de su REAL.
Si hablamos de Ciencias Humanas, tenemos al magnífico Piaget en Psicología de la Inteligencia, Pediatras como Winnicott, Neurólogos como Kandel (Freudiano premio nobel), que pese a no rellenar la totalidad del sujeto, no lo destruye, más bien lo estudia, lo afirma en abrir nuevos espacios para interrogar la complejidad de su cuerpo, su química, su biología, psicología, sociología, su desarrollo fetal, su clima-geografía, etc.
Pocos se acuerdan de las Ciencias Morales como antes era llamada la Filosofía en su investigación de la "naturaleza humana". Pero claro, los lacanianos beben del anti-humanismo de Heidegger (del cual Lacan hacía gala a su adherencia). Cuya hipocresía mayor la encontramos en la "Serenidad de Morada" ante la "Técnica" Moderna que oculta al Ser. Cuestión que debería darnos risa, pues, Heidegger, el lamebotas académico del III Reich, tras el fin de la II Guerra nos seduce con sus "caminitos por el claro del bosque" donde debajo de sus tierras hay cadáveres en campos de exterminio. Vaya ironía!